agosto 09, 2006

LA MESA COJA: ¿PATRIMONIO NACIONAL?

Los medios nos informan respecto de la conformación de una Mesa para la definición de las políticas públicas patrimoniales.

Quien pone la mesa es libre de invitar a quien quiera, sin embargo debe cautelar que esta no cojee para que los que si han sido invitados no tengan que recurrir a papelitos doblados u otros elementos suplementarios que permitan darle estabilidad a la misma.

Sabemos que esto resulta muy molesto.

Y de molestias están alimentadas las defensas sectoriales que corresponden a la programática voluntad de hacer ciudadanía cultural, las que se construyen desde necesidades básicas como es el derecho al patrimonio.

Desde ese derecho, resulta inquietante el que a muchos de los actores protagónicos, ya sea por sus competencias técnicas -como en el caso del organismo asesor de la UNESCO en todo lo relativo al Patrimonio Mundial - o sus responsabilidades públicas –como el caso del único municipio responsable de una ciudad chilena inscrita en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO- no se les invite a la Mesa.

Caben muchas posibilidades para imaginar las razones de nuestra exclusión, podemos pensar con entusiasmo que quedaremos en algún momento debajo de la Mesa, es decir llegaremos a ser invitados, pero tarde. Otra posibilidad es que sino somos comensales seremos llamados a servir la Mesa, para que deje cojear circunstancialmente.

Sin embargo lo peor sería ser convidados a la Mesa del Pellejo, usanza de nuestros abuelos para discriminar a los menores de edad, mismos a los cuales no se les deja ser ciudadanos en plenitud de derechos y deberes.

Esperemos que este “gesto” de Poner La Mesa, como se escucha hoy en día entre nuestros servidores públicos en tantos temas relevantes de la agenda país, no signifique finalmente que a los acervos de nuestro imaginario se integre la Mesa Coja como Patrimonio Nacional.




José de Nordenflycht
Presidente
Comité Chileno del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios
ICOMOS Chile

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