octubre 28, 2010

Políticas Patrimoniales

Desde que la Municipalidad de Valparaíso nos invitó a formar parte de la organización de esta convocatoria, no dudamos en responder con el rigor y la lealtad que demanda un gran esfuerzo colectivo como este. Rigor formado en la adversidad y satisfacción de quienes tenemos el privilegio de vivir y trabajar en esta ciudad. Lealtad asociada siempre a una idea, que trasciende siempre las lealtades personales e institucionales.

Tal vez para algunos les resulte extraño -y hasta incoherente- que el grupo de profesionales especialistas en el patrimonio que ha invertido gran parte de su trabajo voluntario en acosar sistemáticamente, con el recuerdo de sus obligaciones para con el patrimonio, a las autoridades locales y nacionales, esté ahora compartiendo esfuerzos para sumarse a una actividad que resulta tan fácil criticar desde la anónima comodidad de la galería.

Ya nos pondrán contar nuestros colegas españoles de cómo en la gestión de sus ciudades patrimoniales, muchas de ellas modelos de referencia para la región latinoamericana, se desperdician en vano esfuerzos y recursos en interminables rencillas entre instituciones que se supone estamos orientadas al desarrollo del bien común. Único destino posible de nuestros esfuerzos por el patrimonio.

Seamos claros: lamentablemente no es común ver en un mismo cartel a la OCPM, el ICOMOS y las instituciones locales y nacionales responsables de la administración territorial. Tal vez si sea más común ver a ICOMOS involucrado con el mundo académico, de hecho la Universidad que en esta oportunidad nos acoge es un muy buen ejemplo de ello. Por lo que esta es una ocasión realmente única y debemos aprovecharla.

¿Y cual sería ese provecho? como ya lo hemos escuchado en el clamor de varias voces, sería promover las condiciones para un nuevo trato en la ciudad de Valparaíso, lo que en ningún caso significa bajar las brazos de la fiscalización y la denuncia cuando esta sea necesaria y pertinente, sino que más bien insistir hasta el cansancio con el paradigma que desde hace quince años venimos movilizando desde el activismo académico local, ese que dice que el patrimonio es la base del desarrollo, y no al revés como muchas veces se instala mediáticamente, desde una confusión que, lejos de suponerla producto de perversas conspiraciones, más bien pareciera el facilismo y acomodo de una gran ignorancia ambiental.

Es por eso que nuestro trabajo, desde esos mismos quince años a esta parte, se ha concentrado en construir insumos de uso público para disminuir esa brecha entre el saber y el poder en la cual se instala esa ignorancia.

El Seminario que hoy inauguramos tiene precisamente como objetivo poner en discusión el estado del debate contemporáneo sobre el patrimonio a partir de los grandes desplazamientos que han ido situando la tradicional dimensión valorativa formal en un contexto más amplio demandado por las exigencias de la participación ciudadana en la apropiación de su patrimonio.

Este debate resulta urgente en las ciudades de la región latinoamericana, donde la realidad urbana ha sufrido una de las más radicales transformaciones en las últimas décadas, por lo que los agentes técnicos y políticos de sus territorios han tenido que actuar contra el tiempo en la urgente tarea de administrar la obsolescencia.

Los alcances de este nuevo paradigma nos obligan a pensar una ética el patrimonio más allá del sentido común de sus demandas por la conservación del mismo, una ética que se haga cargo de las urgencias por solucionar la violencia de la pobreza, para imponer en la agenda patrimonial valores proactivos desde una amplia agenda que se los conviertan en un testimonio de humanidad.

La invitación es a que los actores de la administración local, técnicos y académicos así como los ciudadanos y vecinos sean activos protagonistas de la reflexión sobre estos cambios que, hoy día, está transformando el escenario futuro de nuestros espacios locales a partir de la solidaridad global invocada en el sentido último de nuestras responsabilidades cotidianas para con las generaciones futuras.

Acá, desde Valparaíso, como no podía ser de otra manera.




Discurso inaugural del Seminario, por José de Nordenflycht Presidente de ICOMOS Chile

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