noviembre 22, 2011

Arica: 7.000 años en 70 horas.


Recostada sobre el piso vidriado del Museo de Sitio Colon 10, una niña le grita a su mamá -desde toda la urgencia de su asombro- que ha encontrado una familia de momias.


Esa imagen nos acompañó persistentemente durante nuestra primera visita a la ciudad de Arica por apenas 70 horas, invitados generosamente a inaugurar un seminario organizado por el Centro de Investigaciones del Hombre en el Desierto.


En ese breve tiempo fueron muchas más las instantáneas e impresiones que sumadas todas en una apretada síntesis nos dejan por un lado con el déjà vu de cientos de encuentros como ese en donde cada sujeto intenta ser escuchado desde su relato, y por otro lado la nostalgia por un futuro posible en donde todos nuestros esfuerzos colectivos por instalar una conciencia de bien común desde la relación con el patrimonio deben ser alimentados cotidianamente.


En medio de lo cual nos debimos regresar abruptamente arrobados por la leve melancolía de una soledad infinita -tan infinita como el desierto- en la que a ratos nos perdemos con una rapidez a la cual no nos podemos acostumbrar.


Si algo hemos aprendido de esta "familia de momias" es que desde los siglos que nos separan del momento en que fueron producidas por una comunidad que invirtió su trabajo en dispositivos de trascendencia para cada uno de sus sujetos en una formalización ritual colectiva, es que los únicos fragmentos y divisiones para los que la mitigación es más dificil no serían los objetuales sino mas bien los relacionales, siempre en busca de un significado construido desde la apropiación social.


Esperamos que nuestras posibles próximas horas en Arica, nos permitan seguir colaborando en un proceso que mas allá de sus agendas institucionales y relatos personales, pueda converger en el necesario reconocimiento local, nacional e internacional de una familia de momias que ya ha esperado por miles de años un trato digno y comprometido desde lo que hoy son sus propias generaciones futuras, tal cual como lo representa para nosotros el asombro de una niña ariqueña.



José de Nordenflycht

Presidente Icomos Chile

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