noviembre 08, 2006

EMPODERAMIENTO PATRIMONIAL

Desde mediados del año 2003 la administración territorial local de Valparaíso ha tenido que hacerse cargo de un compromiso internacional contraído por el Estado de Chile, como es la inscripción de los Barrios Históricos de la Ciudad Puerto de Valparaíso en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Entre las múltiples y complejas acciones que ello implica, toda vez que ese hacerse cargo es producto de la energía liberada por un deseo de quienes detentan el poder político, la participación ciudadana se nos ha enrostrado como una de las necesidades para legitimar el proceso de construcción patrimonial.

El problema es que los modelos de participación tienden a ser cooptados, en el mejor de los casos desde motivaciones paternalistas y de manera menos transparente pretendiendo que sus condiciones de operatividad sean animadas, llegando al absurdo de una obligatoriedad amenazante con su táctica excluyente.

Todo ello a partir de un escenario conformado por la conflictiva relación del patrimonio con una economía política que en el ámbito urbano no se ha desmarcado de la liberalización del uso del suelo, impuesto hace más de treinta años.

Ante ello los procesos de transferencia y educación patrimonial sólo se pueden activar con resultados a largo plazo. Plazo que se hace más largo aún si consideramos la necesidad para generar un control social a la gestión de los recursos públicos sobre los cuales se hipotecan los valores patrimoniales. A corto plazo, entonces, se debe cautelar que la ciudadanía sea más independiente y esté facultada, o como podríamos decir utilizando un barbarismo anglosajón en boga: empoderada.

Desde la analogía económica al ámbito del patrimonio urbano, las claves de este empoderamiento serían: compartir información con todos, crear autonomía por medio de límites precisos y reemplazar la jerarquía por grupos autodirigidos.

Habrá que estar atentos para comprobar si la figura denominada “gerencia de barrios” -anunciada como plan piloto para uno de los barrios históricos de la ciudad puerto- asume el riesgo que implica convertir a los propietarios en vecinos y a los vecinos en ciudadanos, acercando las reivindicaciones actuales que van desde el extremo de quienes promueven exclusivamente los derechos de los consumidores hasta quienes defienden su derecho a la ciudad de manera militante, amplio espectro que debería considerar una participación incluyente por la necesidad de ser solidarios con las generaciones futuras.


Resumen de la ponencia que será presentada por José de Nordenflycht, Presidente de ICOMOS Chile, al VIII Seminario sobre Patrimonio Cultural “Rescate, invención y comunidad”, convocado por la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos DIBAM para los días 22 al 24 de noviembre de 2006 en Recoleta Dominica, Santiago de Chile.

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