mayo 11, 2008

El Oriflama: el p(r)ecio de una oportunidad

Por la prensa nos comunican que una sociedad de empresarios chilenos quieren adjudicarse el derecho sobre un pecio encontrado en los bancos arenosos de la Playa de la Trinchera, en la localidad de Curepto (Región del Maule, Chile).
La clara defensa que ha hecho el Consejo de Monumentos Nacionales respecto del marco legal que administra, supone colocar a resguardo el patrimonio de todos frente a las aspiraciones de unos pocos. Lo que en este caso no merecería más duda que las especulativas inversiones en las decisiones sobre una teoría del valor patrimonial.
De ahí que sea tan curiosa la argumentación de supuesta "desprotección" del pecio del barco de origen español Oriflama, desplegada por la sociedad de empresarios que relcama un derecho que los pone sobre otros, aduciendo que el Estado de Chile no haya suscrito la Convención de Patrimonio Cultural Subacuático de UNESCO del año 2001.
Debemos recordar que esa Convención fue redactada y promovida desde el ICUCH, Comité Científico Internacional de Patrimonio Cultural Subacuático de ICOMOS, organismo que aporta la expertiz técnica que logra convertirse en Convención, sólo después de que los Estados concurrentes en la Asamblea General de UNESCO la sancionan en su cuerpo doctrinal, quedando la ratificación a la espera de las decisiones soberanas de cada Estado que estime hacerlo.
Sin embargo lo que instala el texto de una Convención no es sólo un instrumento del derecho internacional público, sino que antes de eso: una doctrina, la que a nivel técnico y científico actúa como protocolo de gestión a la hora de legitimar intervenciones en el patrimonio. Por lo que en momentos en que la Cámara de Diputados da señales contundentes de su apoyo para que el Estado de Chile firme la Convención de Patrimonio Intangible de UNESCO, creemos que es de suma importancia que la nueva Comisión Permanente de Cultura de ese cuerpo colegiado considere la urgencia de definir la ratificación de una Convención en el contexto de un país como Chile con mas de 4.000 km de costa, para que la Doctrina devenga en Norma, y así el PECIO no se convierta en PRECIO.
Por mientras ello no ocurra, recordemos que el patrimonio cultural subacuático es básicamente cualquier elemento de valor patrimonial que esté en condiciones de saturación hídrica, por lo que claramente el Oriflama ya tiene su VALOR.


José de Nordenflycht
Presidente ICOMOS Chile

2 comentarios:

tocotuco dijo...

Esperar entonces la ratificación de dicha Convención. Que se haga doctrina, es una necesidad.
Algo así como la lluvia que ha caido después de meses de sequía...

Saludos cordiales.

C*

José de Nordenflycht dijo...

Estimada Carolina, gracias por tu comentario. Efectivamente hacer doctrina significa en este caso instalar conciencia, y ese es el patrimonio más escaso...

Saludo Cordial

José de Nordenflycht