mayo 25, 2009

LA MAR NOS MIRA

P(r)ECIO

Todos los elementos culturales que han permanecido durante largo tiempo bajo el agua, como por ejemplo un embarcación hundida, presentan una fragilidad material extrema cuando se les intenta sacar rápidamente desde ese medio. Los vigorosos metales se mineralizan y las añosas maderas se pudren, como si la mar nos reclamara como suyo lo que ha caído en su seno.

De este modo es que la embarcación retenida por la mar se convierte en pecio.

Analógicamente un pecio es a la embarcación, lo que la ruina a la arquitectura.
Es decir su estado máximo de pérdida de funcionalidad, en donde paradojalmente esplende con mayor intensidad su forma y valor simbólico. De hecho John Ruskin defendía la idea de que el estado más excelso del arte de la arquitectura era la ruina.

El problema con esto es que tanto en el caso de la ruina como en el pecio las causas de su obsolescencia nunca son naturales. La naturaleza nunca es un riesgo, es el actuar del hombre en ella el que hace aparecer ese riesgo, con las consecuencias que vemos repetidamente, como si la culpa no fuera nuestra.

En momentos en que no podemos disociar el patrimonio cultural del natural, y en donde la conciencia sobre ambos se disemina en responsabilidades compartidas, la sociedad civil entra fuertemente en el debate sobre la defensa de todos aquellos elementos que, como vemos en este caso, nosotros no le queremos devolver a la mar, para al menos mitigar los efectos destructivos en la naturaleza, como si nosotros no fuéramos parte de ella.

Mientras su destrucción está en marcha, son los artistas -otra vez- los que se adelantan con su poética a la crítica política. Cuestión de la que la obra de Cecilia Vicuña es una testimonio coherente y vigente, conminándonos a pasar de la reflexión a la acción, para que la frágil embarcación que somos todos nosotros, como intrusos visitantes en la mar, no sea convertida en pecio sino que más bien en un precio.

Precio que por lo demás nuca será tan alto como para dejarnos la posibilidad de que en el consuelo podamos ser escépticos de nuestra propia hipocresía para con las generaciones futuras, a quienes la mar nos mira.


José de Nordenflycht
Presidente ICOMOS Chile

Texto de presentación de la intervención de la artista Cecilia Vicuña en el "Gran Vidrio, pensamiento ocular", espacio de exposición del edificio del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, bajo la curatoría de Anamaria Briede, Valparaíso, 28 de mayo al 30 de junio de 2009.

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