Para la comunidad chilena de profesionales y especialistas ocupados en la conservación del patrimonio es evidente que nuestro año patrimonial 2010 comenzó mucho antes del Terremoto grado 8.8 del 27 de Febrero (27F).
Sin embargo no es menos cierto que ese hecho marcó la agenda.
Hasta esa fatídica madrugada de Febrero la energía estaba puesta en el Bicentenario y todos los “testimonios” levantados en su nombre.
Hasta ahí era evidente que el 2010 sería un año de cambios leves o profundos, según las expectativas cifradas en un nuevo gobierno nacional que –al igual que los anteriores de otro color- vuelve a quedar en deuda con una necesaria institucionalidad patrimonial. Esperamos que por el momento.
Por eso que a estas alturas de fin de año más allá de volver a insistir en las deudas, será más útil constatar como nos pilló parados, en un diagnóstico forzado por la adversidad.
Pudiendo decir varias cosas al respecto, y dispuestos a ver el vaso medio lleno, podemos reseñar una tendencia parafraseando la campaña levantada para responder a la emergencia: salvemos lo salvable.
Es un síntoma de vigor en nuestro sistema patrimonial tener la certeza de que el patrimonio se está pensando, se está actuando y se está fiscalizando, a través de la actividad académica, gremial y comunitaria que sigue en aumento. Así consecutivamente la proliferación de centros, estudios y tesis da cuenta de lo primero, la realización de encuentros, congresos, seminarios y reuniones es testimonio de lo segundo y por cierto el acicate ciudadano desde la acción vecinal la ha dado una dimensión de contingencia que provoca como respuesta una inédita bancada patrimonial en nuestro Congreso Nacional. Aquí el Estado hace un tiempo que se ve acompañado en su labor por las asociatividades emergentes que durante este año se van consolidando, tanto desde el referente técnico -nos referimos a la Asociación Gremial de Conservadores y Restauradores- hasta el referente ciudadano -la Asociación de Barrios Patrimoniales-
Por nuestra parte por primera vez se realizó en Chile una Reunión de un Comité Científico Internacional de ICOMOS, instalando un tema urgente a nivel hemisférico como es el Patrimonio Polar, contexto en el cual por segunda vez un Presidente Internacional de ICOMOS visita nuestro país, dando cuenta de que nuestras filiaciones con el debate contemporáneo internacional sobre el patrimonio son absolutamente protagónicas.
Muchos pensarán que este tipo de actividades no se condice con el nivel de concreción y masividad que revisten las acciones directas sobre la reconstrucción patrimonial, sin embargo mientras aquello es responsabilidad directa del Estado, el contexto de significación y apropiación de esas acciones debe construirse desde todos los actores involucrados, y ahí el mérito a mediano plazo de la formación técnico-científica de unos y el activismo cívico de los otros.
Por otra parte la vigilia permanente sobre el funcionamiento de la Convención de Patrimonio de la Unesco, ha sido una de nuestras preocupaciones más allá del 27F. Ello porque si bien la zona de devastación sólo tuvo a Valparaíso entre sus víctimas, los colapsos totales y las ruinas monumentales fueron acotadas y –paradaojalmente- menores que en otros desastres precedentes, donde sabemos que los saldos negativos sólo son consecuencias de falta de prevención.
La reciente confirmación del apoyo gubernamental de cada uno de los países que convergen en el proyecto de candidatura del Qhapaq Ñan (Camino Principal Andino) a la Lista de Patrimonio Mundial de Unesco es una buena señal para la buscada inscripción de un itinerario cultural multinacional, la que siendo una categoría infra representada ha demostrado que el equipo técnico chileno lidera acciones ejemplares en el contexto de los desafíos de este proyecto multilateral, con un importante aporte que supera y amplía la ortodoxia patrimonial que todavía se arrogan visiones miopes y trasnochadas.
En la 34 Sesión del Comité de Patrimonio Mundial (Brasilia), la revisión de las condiciones de autenticidad e integridad de los valores excepcionales universales de Sewell no plantearon novedad, mientras las Iglesias de Chiloé anuncian cautelar la calidad de sus intervenciones bajo la esperanza de una nueva gestión a su cargo y por su lado Valparaíso continúa esperando por una oportunidad para los ascensores con la presión de un Informe Periódico ad portas. En esa misma Sesión nuevamente Chile no pudo sacar de la Lista de Patrimonio en Peligro a las Salitreras de Humberstone y Santa Laura, cuestión que preocupa, sin embargo tal vez sea igualmente preocupante el caso de Isla de Pascua, donde a cientos de kilómetros de terremotos y maremotos, la inversión técnica, financiera y de gestión en el Sitio Patrimonio Mundial está mediada por un complejo conflicto de visos autonómicos que, independiente de su legitimidad, ha provocado serias dificultades en la investigación e intervención sobre su patrimonio, el que se ha convertido en rehén de unos y en moneda de cambio para los otros. Claramente ahí urgen planes, programas y proyectos que desactiven ese círculo tan poco virtuoso.
Por lo anterior es que en un país sísmico como el nuestro esperar del 2011 un progresivo mejoramiento de nuestros compromisos para con la Convención, significa aumentar la convicción y a su vez convertirla en acción, para que no nos pillen mal parados las replicas permanentes que -como impacto acumulativo- median entre los inevitables terremotos.
José de Nordenflycht
Presidente de ICOMOS Chile
1 comentario:
A proposito del dia del patrimonio, les invitamos a ver nuestro articulo: “De las declaratorias a la Gestion del Patrimonio Urbano”. Por, Mariela Aranda, Arquitecta, MSc City Design and Social, Science, LSE UK.
http://www.comunactiva.cl/blog/de-las-declaratorias-a-la-gestion-del-patrimonio-urbano.html
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