septiembre 10, 2012

Entrevista Presidente ICOMOS Chile


Los rayadores que acaban de ensañarse con el macizo muro blanco de la casa de José de Nordenflycht en el cerro Yungay de Valparaíso no tienen idea de que marcaron la vivienda del presidente del Comité Chileno del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos por su sigla en inglés International Council on Monuments and Sites), encargado de velar por los sitios declarados Patrimonio de la Humanidad en representación de la Unesco.Los gruesos trazos negros sobre la nívea superficie recién pintada son una pálida muestra de los problemas y las tareas pendientes de los gobiernos central y locales en materia de protección y conservación de esta ciudad cuyo casco histórico es Patrimonio de la Humanidad desde 2003.Historiador del arte, magíster en Historia con estudios de doctorado en la Universidad de Granada, España, a este docente de la Universidad de Playa Ancha le preocupan profundamente esas tareas inconclusas. Partiendo por la falta de lo que considera la columna vertebral de la gestión patrimonial como agente de desarrollo, que es el plan director.“Debería haber sido prioridad y haberse hecho en el año 1, ya que el documento que sanciona el ingreso de Valparaíso a la Lista del Patrimonio incluye una indicación muy clara: falta un plan director”, plantea. Y sostiene, en entrevista en El Mercurio de Valparaíso, que el Programa de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso (PRDUV) debió haberlo priorizado sobre cualquier otro proyecto de su carpeta.A esa carencia y a la escasa inyección de recursos para la conservación y protección patrimonial atribuye en lo fundamental los problemas, contradicciones y discrepancias que se han venido registrando últimamente en materia de desarrollo urbano del Puerto.

-La Comisión de Cultura de la Cámara aprobó la petición del diputado Joaquín Godoy de invitarlo a explicar los alcances del informe de Icomos que recomendó evaluar el impacto patrimonial que tendría el proyecto Puerto Barón.-

Considero sumamente importante que haya una preocupación de todas las autoridades involucradas en el manejo, no solo de la administración de la ciudad, como el municipio, sino también de todos los órganos concurrentes del nivel central. Porque el integrar la Lista del Patrimonio Mundial convierte a Valparaíso por lejos, pienso yo y piensan los patrimonialistas, en la ciudad más importante de Chile. Entonces me parece excelente, pero también tardío, porque es la primera vez que la Comisión me invita a ir.

-                Tanto la directora de Gestión Patrimonial del municipio como Puerto Valparaíso han señalado que ese proyecto no está en la zona definida como patrimonial por la Unesco. ¿Por qué tendría que tener impacto sobre ella?-

Al inicio del proceso de inscripción de las iglesias de Chiloé en el Sitio del Patrimonio Mundial, en 1997, se envió una información muy precaria de cara a la posibilidad de que fueran afectadas en el futuro por el desarrollo inmobiliario. Y la zona de amortiguación alrededor de la iglesia de Castro es algo así como la vereda y la plaza que está al frente. A dos cuadras yo puedo hacer lo que quiera. Esa es la ley. Pero la Convención ha evolucionado adaptándose a los tiempos y muchos sitios que se inscribieron bajo una normativa han tenido que ser revisados posteriormente.

-¿Y eso es aplicable al caso de Valparaíso?-

Muchas veces he planteado a la encargada técnica y a dos alcaldes que desde la perspectiva de la protección del patrimonio la táctica es ampliar el área Unesco, no constreñirla. Hay gente que dice que eso perjudica la inversión. No. Es dejarle claras las reglas a la inversión. Una cosa es que el plano diga tal cosa y otra lo que indica el buen desarrollo de esos bienes patrimoniales, sobre todo en el caso de Valparaíso, donde la variable paisajística es fundamental. Aquí se revela la falta de plan director, que la ciudad esté planificada sobre la base del patrimonio como variable central, no como una variable más.

-                Según el mismo criterio, Unesco e Icomos también tendrían que pedir evaluación de impacto patrimonial si el borde costero se copara con una muralla de grúas y contenedores o se hiciera un acceso por Cabritería, considerando la tornamesa y la torre Barón.-

Lógico. Sin duda. Esto no es una manía en contra del mall por el rol que cumple; ese es otro tema. En definitiva, cualquier cosa que se haga en esta ciudad que tiene un valor excepcional universal -y eso apela a cuestiones como el mall u obras que están en el entorno del área Unesco- puede afectar el área Unesco. Por ejemplo, tráfico de camiones, de maquinaria pesada, corte de vías, etcétera. Eso puede generar un impacto.- Usted señaló que Valparaíso ya no es la misma ciudad de los años 90, que a partir de 2003 cambió su condición y hoy es patrimonio del mundo. ¿Cree que eso lo han asumido el Gobierno central y las autoridades regionales y locales?

-Yo creo que no completamente. Los hechos están ahí. Una cosa es el discurso y otra son los hechos.-

¿Y piensa que los ciudadanos lo han asumido?-

Es cierto que a nadie se le preguntó si quería ser Patrimonio de la Humanidad. En el proceso de construir un expediente para postular a Sitio del Patrimonio Mundial, que empezó en 1997- 98, hubo mucha preocupación de definir en el plano, de catastrar las casas, lo que era bonito, lo que era feo, pero no recuerdo que haya habido una instancia de participación ciudadana, más allá de invitar a los organismos influyentes, a las universidades, para que cooperaran. Al cumplirse 40 años de la Convención del Patrimonio Mundial, la Unesco ha instalado una agenda muy clara: las comunidades son las depositarias últimas de la soberanía patrimonial y por supuesto el patrimonio es una herramienta fundamental, un agente súper potente del desarrollo económico.

-                ¿Lo es en nuestro caso?-

Llama la atención que sectores que deberían estar mucho más comprometidos con esto no aparezcan tanto. Sernatur, por ejemplo; Fundación Imagen País, Pro Chile, deberían incluir el patrimonio como un tema súper potente en su agenda y tampoco lo tienen. En la conmemoración en México de los 40 años de la Convención el eje fue clarísimo: turismo sostenible de carácter patrimonial. Esa es la gallina de los huevos de oro en México, de manera categórica. ¿Por qué no podría serlo aquí?

-El encargado de Cultura de la Unesco para América Latina y el Caribe, Fernando Brugman, planteó que la protección patrimonial de Valparaíso es responsabilidad de las autoridades locales, pero especialmente del gobierno central.-

Sin duda. La gran contradicción que vemos nosotros es que Chile es un país que está en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), es decir en el club de los campeones del mundo, pero en estos temas de cultura en general y de patrimonio en particular estamos con un bajo desarrollo.

- El PRDUV termina este año y no está definido qué instrumento financiero se encargará de la protección y mantención del patrimonio ¿Cuál debería ser?

-Una glosa directa del Estado, un fondo permanente. La fórmula para administrarlo tendría que ser mixta, en términos público-privado, pero también gobierno central-gobierno local, porque si se traspasa una cantidad de recursos a un gobierno local que no está adaptado para controlarla y administrarla, va a ser una gestión poco sustentable. Un aspecto central del plan director es la creación de la institucionalidad, de la estructura organizacional que va administrar esto. Pero primero tiene que haber una inversión. No se puede dejar abandonado a Valparaíso como administrador del Sitio echándole esto a sus espaldas sin recursos. Sería un escenario bien insólito.

-                ¿Valparaíso va a aprobar la evaluación de Unesco sobre la protección y mantención de su calidad patrimonial o va a quedar dentro de los Sitios de Patrimonio en Peligro?-

En octubre, en Humberstone y Santa Laura, habrá una reunión propiciada por la Unesco con asistencia de especialistas de todo el mundo, orientada a estudiar una estrategia para sacarlas de la Lista de Patrimonio en Peligro. Los participantes pondrán la atención sobre el sistema en su conjunto, van a pasar revista a nuestra legislación patrimonial y a cómo se ha actuado en otros casos. Y en diciembre, en Santiago, la Cancillería y el CMN organizan un encuentro al que vendrán todos los administradores de los Sitios del Patrimonio Mundial de América Latina a elaborar el informe periódico de estado de conservación. Es como el Mundial de las ciudades patrimonio y va a haber visitas a Valparaíso.

-                ¿Ellos harán un diagnóstico?-

Creo que rápidamente van a tener una visión muy clara, no tanto sobre la evaluación, yo diría que es prematuro usar ese concepto, sino más bien sobre el diagnóstico. Y en la próxima reunión del Comité del Patrimonio Mundial, en julio de 2013, en Camboya, ahí recién se va a ver humo blanco. Y si el estado de las cosas que planteó Icomos en la famosa carta no se ha solucionado, se va a empezar a evaluar qué pasa y ahí sí que le van a tirar las orejas al Gobierno.- Entonces, si Valparaíso pasa a la Lista de Patrimonio en Peligro será responsabilidad del país.- Lógico y sería un fracaso del sistema en su totalidad, en eso también hay que ser bien claro. A nadie le gusta que un sitio entre a la lista de Patrimonio en Peligro, todos quieren que salga. Pero claro, obviamente las dificultades son del país que tiene la responsabilidad de administrar este sitio para todo el mundo.




Por Rosa Zamora, Mercurio de Valparaíso, 9 de septiembre de 2012.





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