Los rayadores que acaban de ensañarse con el macizo muro
blanco de la casa de José de Nordenflycht en el cerro Yungay de Valparaíso no
tienen idea de que marcaron la vivienda del presidente del Comité Chileno del
Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos por su sigla en inglés
International Council on Monuments and Sites), encargado de velar por los
sitios declarados Patrimonio de la Humanidad en representación de la Unesco.Los
gruesos trazos negros sobre la nívea superficie recién pintada son una pálida
muestra de los problemas y las tareas pendientes de los gobiernos central y
locales en materia de protección y conservación de esta ciudad cuyo casco
histórico es Patrimonio de la Humanidad desde 2003.Historiador del arte,
magíster en Historia con estudios de doctorado en la Universidad de Granada,
España, a este docente de la Universidad de Playa Ancha le preocupan
profundamente esas tareas inconclusas. Partiendo por la falta de lo que
considera la columna vertebral de la gestión patrimonial como agente de
desarrollo, que es el plan director.“Debería haber sido prioridad y haberse
hecho en el año 1, ya que el documento que sanciona el ingreso de Valparaíso a
la Lista del Patrimonio incluye una indicación muy clara: falta un plan
director”, plantea. Y sostiene, en entrevista en El Mercurio de Valparaíso, que
el Programa de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso (PRDUV) debió
haberlo priorizado sobre cualquier otro proyecto de su carpeta.A esa carencia y
a la escasa inyección de recursos para la conservación y protección patrimonial
atribuye en lo fundamental los problemas, contradicciones y discrepancias que
se han venido registrando últimamente en materia de desarrollo urbano del
Puerto.
-La Comisión de Cultura de la Cámara aprobó la petición del
diputado Joaquín Godoy de invitarlo a explicar los alcances del informe de
Icomos que recomendó evaluar el impacto patrimonial que tendría el proyecto
Puerto Barón.-
Considero sumamente importante que haya una preocupación
de todas las autoridades involucradas en el manejo, no solo de la
administración de la ciudad, como el municipio, sino también de todos los
órganos concurrentes del nivel central. Porque el integrar la Lista del
Patrimonio Mundial convierte a Valparaíso por lejos, pienso yo y piensan los
patrimonialistas, en la ciudad más importante de Chile. Entonces me parece
excelente, pero también tardío, porque es la primera vez que la Comisión me
invita a ir.
-
Tanto la directora de Gestión Patrimonial del municipio como
Puerto Valparaíso han señalado que ese proyecto no está en la zona definida
como patrimonial por la Unesco. ¿Por qué tendría que tener impacto sobre ella?-
Al inicio del proceso de inscripción de las iglesias de Chiloé
en el Sitio del Patrimonio Mundial, en 1997, se envió una información muy
precaria de cara a la posibilidad de que fueran afectadas en el futuro por el
desarrollo inmobiliario. Y la zona de amortiguación alrededor de la iglesia de
Castro es algo así como la vereda y la plaza que está al frente. A dos cuadras
yo puedo hacer lo que quiera. Esa es la ley. Pero la Convención ha evolucionado
adaptándose a los tiempos y muchos sitios que se inscribieron bajo una
normativa han tenido que ser revisados posteriormente.
-¿Y eso es aplicable al caso de
Valparaíso?-
Muchas veces he planteado a la encargada técnica y a dos
alcaldes que desde la perspectiva de la protección del patrimonio la táctica es
ampliar el área Unesco, no constreñirla. Hay gente que dice que eso perjudica
la inversión. No. Es dejarle claras las reglas a la inversión. Una cosa es que
el plano diga tal cosa y otra lo que indica el buen desarrollo de esos bienes
patrimoniales, sobre todo en el caso de Valparaíso, donde la variable
paisajística es fundamental. Aquí se revela la falta de plan director, que la
ciudad esté planificada sobre la base del patrimonio como variable central, no
como una variable más.
-
Según el mismo criterio, Unesco e Icomos también tendrían que
pedir evaluación de impacto patrimonial si el borde costero se copara con una
muralla de grúas y contenedores o se hiciera un acceso por Cabritería,
considerando la tornamesa y la torre Barón.-
Lógico. Sin duda. Esto no es una manía en contra del mall por el
rol que cumple; ese es otro tema. En definitiva, cualquier cosa que se haga en
esta ciudad que tiene un valor excepcional universal -y eso apela a cuestiones
como el mall u obras que están en el entorno del área Unesco- puede afectar el
área Unesco. Por ejemplo, tráfico de camiones, de maquinaria pesada, corte de
vías, etcétera. Eso puede generar un impacto.- Usted señaló que Valparaíso ya
no es la misma ciudad de los años 90, que a partir de 2003 cambió su condición
y hoy es patrimonio del mundo. ¿Cree que eso lo han asumido el Gobierno central
y las autoridades regionales y locales?
-Yo creo que no completamente. Los hechos están ahí. Una cosa es
el discurso y otra son los hechos.-
¿Y piensa que los ciudadanos lo
han asumido?-
Es cierto que a nadie se le preguntó si quería ser Patrimonio de
la Humanidad. En el proceso de construir un expediente para postular a Sitio
del Patrimonio Mundial, que empezó en 1997- 98, hubo mucha preocupación de
definir en el plano, de catastrar las casas, lo que era bonito, lo que era feo,
pero no recuerdo que haya habido una instancia de participación ciudadana, más
allá de invitar a los organismos influyentes, a las universidades, para que
cooperaran. Al cumplirse 40 años de la Convención del Patrimonio Mundial, la
Unesco ha instalado una agenda muy clara: las comunidades son las depositarias
últimas de la soberanía patrimonial y por supuesto el patrimonio es una
herramienta fundamental, un agente súper potente del desarrollo económico.
-
¿Lo es en nuestro caso?-
Llama la atención que sectores que deberían estar mucho más
comprometidos con esto no aparezcan tanto. Sernatur, por ejemplo; Fundación
Imagen País, Pro Chile, deberían incluir el patrimonio como un tema súper
potente en su agenda y tampoco lo tienen. En la conmemoración en México de los
40 años de la Convención el eje fue clarísimo: turismo sostenible de carácter
patrimonial. Esa es la gallina de los huevos de oro en México, de manera
categórica. ¿Por qué no podría serlo aquí?
-El encargado de Cultura de la
Unesco para América Latina y el Caribe, Fernando Brugman, planteó que la
protección patrimonial de Valparaíso es responsabilidad de las autoridades
locales, pero especialmente del gobierno central.-
Sin duda. La gran contradicción que vemos nosotros es que Chile
es un país que está en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE), es decir en el club de los campeones del mundo, pero en estos
temas de cultura en general y de patrimonio en particular estamos con un bajo
desarrollo.
- El PRDUV termina este año y
no está definido qué instrumento financiero se encargará de la protección y
mantención del patrimonio ¿Cuál debería ser?
-Una glosa directa del Estado, un fondo permanente. La fórmula
para administrarlo tendría que ser mixta, en términos público-privado, pero
también gobierno central-gobierno local, porque si se traspasa una cantidad de
recursos a un gobierno local que no está adaptado para controlarla y
administrarla, va a ser una gestión poco sustentable. Un aspecto central del
plan director es la creación de la institucionalidad, de la estructura
organizacional que va administrar esto. Pero primero tiene que haber una
inversión. No se puede dejar abandonado a Valparaíso como administrador del
Sitio echándole esto a sus espaldas sin recursos. Sería un escenario bien
insólito.
-
¿Valparaíso va a aprobar la evaluación de Unesco sobre la
protección y mantención de su calidad patrimonial o va a quedar dentro de los
Sitios de Patrimonio en Peligro?-
En octubre, en Humberstone y Santa Laura, habrá una reunión
propiciada por la Unesco con asistencia de especialistas de todo el mundo,
orientada a estudiar una estrategia para sacarlas de la Lista de Patrimonio en
Peligro. Los participantes pondrán la atención sobre el sistema en su conjunto,
van a pasar revista a nuestra legislación patrimonial y a cómo se ha actuado en
otros casos. Y en diciembre, en Santiago, la Cancillería y el CMN organizan un
encuentro al que vendrán todos los administradores de los Sitios del Patrimonio
Mundial de América Latina a elaborar el informe periódico de estado de
conservación. Es como el Mundial de las ciudades patrimonio y va a haber
visitas a Valparaíso.
-
¿Ellos harán un diagnóstico?-
Creo que rápidamente van a tener una visión muy clara, no tanto
sobre la evaluación, yo diría que es prematuro usar ese concepto, sino más bien
sobre el diagnóstico. Y en la próxima reunión del Comité del Patrimonio
Mundial, en julio de 2013, en Camboya, ahí recién se va a ver humo blanco. Y si
el estado de las cosas que planteó Icomos en la famosa carta no se ha
solucionado, se va a empezar a evaluar qué pasa y ahí sí que le van a tirar las
orejas al Gobierno.- Entonces, si Valparaíso pasa a la Lista de Patrimonio en
Peligro será responsabilidad del país.- Lógico y sería un fracaso del sistema
en su totalidad, en eso también hay que ser bien claro. A nadie le gusta que un
sitio entre a la lista de Patrimonio en Peligro, todos quieren que salga. Pero
claro, obviamente las dificultades son del país que tiene la responsabilidad de
administrar este sitio para todo el mundo.
Por Rosa Zamora,
Mercurio de Valparaíso, 9 de septiembre de 2012.
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