“Indignarse
no basta.”, con esa sentencia comienza el último libro de Salvatore Settis, el
que con el elocuente título de Azione
popolare. Cittadini per il bene comune (Einaudi, 2012), comienza justo
donde quedaban las propuestas de su anterior libro Paesaggio, Costituzione, Cemento. La battaglia per l’ambiente contro il
degrado civile (Einaudi, 2010).
Desde
los contenidos que anuncian esos títulos, para cualquier lector desprevenido Settis podría ser un
activista que habla desde el frenesí atribulado de la acción directa sobre la
esfera pública.
Lo
curioso es que de alguna extraña y prejuiciosa manera al conocerlo en persona no nos calza esa
superficial lectura con este juicioso y pausado profesor que, desde el rigor y
la contención académica ha recorrido el largo camino de la arqueología y la
historia del arte hasta el patrimonio. Y viceversa.
Es
sabido que Italia –su paisaje de origen- concentra una gran cantidad de bienes
culturales y valores ambientales que lejos de ser la mitad de todo el
Patrimonio Mundial –como el muy bien desmitifica en algún pasaje de sus libros-
es lo suficientemente abundante y relevante como para imaginar que desde su
niñez el futuro arqueólogo e historiador del arte tenía un horizonte de
expectación tan profundo como abierto, tal cual como confiesa en una entrevista
a Umberto Allemandi.
Nacido
en Rosarno -en 1941- ha tenido importantes responsabilidades directivas en
Italia (Diretore de la Scuola Normale Superiore de Pisa) y EEUU (Getty Center
for the History of Art and the Humanities), así como de reconocimiento disciplinar en
España (Cátedra Museo del Prado), Alemania , Francia (Consejo Científico del
Museo del Louvre) entre otros innumerables episodios de una biografía
intelectual que se despliega más allá de una simple enumeración curricular.
Sin
embargo más allá de su impecable y destacado cursus honorum científico y académico, será la impertinencia de
quien extiende su palabra hacia lo público lo que nos ha tenido más admirados a
quienes desde la distancia nos reconocemos en la complicidad disciplinar, en un
gremio abundante y de larga tradición en su país, pero que para nuestro medio
local es escaso y a ratos invisible.
Tal
vez desde Giulio Carlo Argan que Italia no nos entregaba un historiador del
arte tan comprometido con la esfera pública. Un historiador del arte que más allá de la estética se
compromete con la ética de una disciplina que no podría tener otro fundamento que
la sostenibilidad de sus objetos de estudios devenidos patrimonio en tanto bien
común.
Como disciplina que investiga sobre los testimonios de una voluntad
preexistente por producir lo que hoy podemos designar como arte, no deberíamos
estar ajenos al destino posible de nuestros objetos de estudio.
Y
es desde ese lugar en que sus textos representan la convergencia de dos líneas
temáticas que no son tan paralelas como pudiera pensarse. La primera en
referencia al estudio del arte clásico y moderno italiano y la segunda en torno
a la problemática del patrimonio. Hasta la fecha traducidos al español entre lo
primero hemos podido leer La “Tempestad”
interpretada (Akal, 1990/Einaudi 1978), El
Futuro de lo Clásico (Abada, 2006/Einaudi 2004) y Warburg Continuatus. Descripción de una biblioteca (La Central,
2010). Mientras que de lo segundo solo conocemos las ediciones originales en
italiano, entre las que destacan –a parte de los ya mencionados- Italia S.p.A. L’assalto al patrimonio
culturale (Einaudi, 2002) y Battaglie
senza eroi. I beni culturali tra istituzioni e profitto (Electa, 2005).
Probablemente
Salvatore Settis representa en estos últimos textos algunos valores escasos por
nuestros días en esta parte del mundo. Una dignidad académica que, lejos de la
arrogancia pseudo intelectual, tiene el arrojo de poner al servicio de la
comunidad sus capacidades en beneficio de un bien común como es el derecho a
poner en valor el pasado en línea con un futuro posible para las generaciones
que asoman.
Texto leído como introducción al diálogo entre el Historiador del Arte Salvatore Settis y José de Nordenflycht, Presidente de ICOMOS Chile, Festival Puerto de Ideas, Valparaíso 9 de noviembre de 2012.
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