DEL
RITUAL CONMEMORATIVO A RECUPERAR EL FUNDAMENTO DEL SITIO
Nuevamente este 2 de julio
asistiremos a la retahíla de rituales conmemorativos de la inscripción del Área
Histórica Puerto en la Lista del Patrimonio Mundial UNESCO (2 de julio2003).
Con seguridad, la memoria,
como buena acompañante que discrimina (con conciencia o no) lo que queremos recordar y oculta aquello que
nos molesta, volverá a reeditar autocomplacencias con frases, eventos,
exposiciones, charlas y reportajes (de los que glotonamente gustan los medios)
que nos dispondrán en un éxtasis patrimonial.
Más allá de ese juego ritual,
al que nos hemos acostumbrado, valdrá la pena llamar a la puerta de la
historia, nuestra honesta y cruda consejera, en momentos en que se revela la
búsqueda de nuevos horizontes para la conservación y gestión sustentable de la
ciudad patrimonial. Algunos le llamarán nuevo paradigma, otro modelo, nuevos
caminos, pero lo cierto es que la historia social, política y económica de la
ciudad y su patrimonio está en las márgenes de una síntesis de cambio.
La inscripción de Valparaíso
en 2003 significó una apuesta exitosa de abrir las compuertas para los patrimonios
modernos de nuestro continente y del planeta, en un contexto donde hasta ese
momento Latinoamérica y el Caribe lucían centros históricos consolidados en los
siglos XVII y XVIII. En cambio Valparaíso demostró que también existía un
aporte al repertorio de patrimonios elaborados en la segunda mitad del siglo
XIX y primera mitad del XX (visión de país, innovación, transformación y
desarrollo racional)
Sin embargo, lo que pareció
abrir un nuevo horizonte para conservar y desarrollar con innovación a Valparaíso, prontamente se
transformó en otra cosa, enclaustrándonos en visiones conservadoras,
cortoplacistas y retardatarias, que han ralentizado los procesos modernizadores
de una ciudad puerto construida fundamentalmente en el marco de un paisaje cultural
dinámico, cuya cultura logró modelar la naturaleza y las condiciones
geográficas del medio.
En vez de ver un Estado que
se fortaleciera en planificar los
procesos de transformación del siglo XXI, sucumbimos en las manos de la gestión
inmobiliaria y turística, que sin darnos cuenta se apropia de los bienes
públicos que son en definitiva el patrimonio.
En vez de promover la
creatividad de los empoderamientos sociales (comunidades vivas que actúan en la
periferia del poder), hemos constatado
que las decisiones de preservación, conservación y desarrollo del patrimonio
urbano se han mantenido en las estructuras de decisión tradicionales, cada vez
más asfixiadas en sus problemas locales cotidianos.
En vez de racionalizar integralmente
la planificación de los elementos urbanos y arquitectónicos del patrimonio, en
instrumentos como un Plan de Manejo y Gestión, se nos quiere convencer que
proyectos puntuales (espacios comerciales de consumo que nada tienen que hacer
en el borde costero, que aprovechan la capacidad instalada de un recurso
público) detonarán la mítica reactivación de la ciudad. Se piensa en la Terminal
2 del Puerto como recuperación del rol portuario, sin ver las expectativas de
desarrollo de la ciudad y su puerto en el contexto nacional y regional. El
borde costero de la región comienza en Papudo, y termina en San Antonio, ese es
el sistema de Valparaíso en el presente siglo.
Son pocas las inteligencias
y sensibilidades patrimoniales que captan el impacto funcional, social,
económico que dichas intervenciones generarán en los habitantes, autores del paisaje
cultural vivo de la ciudad puerto, en su Área Histórica UNESCO, en el sector
Almendral, en los habitantes montanos, etc. ¿Quien ha imaginado el desarrollo
de la ciudad desde el “maritorio de la bahía”, un espacio público, una fuente
de recursos y un área verde (o azul) inexplorada para el paisaje de nuestra
cultura?
Requerimos concebir al Sitio
Patrimonio Mundial de Valparaíso más allá de los títulos internacionales,
alejarnos del juego mediático que insiste con la frase majadera “se viene el patrimonio
en riesgo o en peligro”. Es necesario comprenderlo al Sitio como una
oportunidad de desarrollo para la cultura y el patrimonio local y mundial, como
un recurso económico en sí mismo, del cual debemos beneficiarnos todos en esta
y en las futuras generaciones.
Sin duda lo anterior es una
responsabilidad del Estado, pero sobretodo de la sociedad, consistente en
implementar adecuadamente como país las responsabilidades a que nos obliga la
suscripción de la Convención del
Patrimonio Mundial Cultural y Natural de 1972, firmada por Chile en 1980.
ICOMOS
Chile ha establecido en su Declaración de 19 de junio 2015 (como resultado del
Simposio 50 Años ICOMOS del 28 mayo), propuestas de acción concretas, a las que
convocamos a trabajar conjuntamente con el Gobierno de Chile, el Parlamento, el
Consejo de Monumentos Nacionales, el Consejo Nacionales de la Cultura y las
Artes, los Administradores de Sitio, las universidades y los actores sociales
comprometidos.
PROPUESTAS ICOMOS CHILE PARA EL SITIO DEL ÁREA HISTÓRICA DE LA CIUDAD PUERTO DE VALPARAÍSO:
INICIATIVA
PROYECTO DE LEY
1.
Solicitar
al Gobierno la presentación ante el Parlamento de una iniciativa de “Proyecto
de Ley para los Sitios Patrimonio Mundial en Chile”, que incluya una Glosa Presupuestaria especial, lo que permita a estos
bienes contar permanentemente con una articulada gestión para su conservación y
puesta en valor, en beneficio del
desarrollo territorial, social, económico y cultural de las comunidades
beneficiarias.
INICIATIVAS TÉCNICAS
2.
Solicitar las gestiones del Gobierno de Chile
ante UNESCO, para incorporar el borde costero portuario, con todas sus expresiones
materiales e inmateriales, al Sitio Área Histórica de Valparaíso. Esto
significaría declarar el borde costero como Zona Típica, articulada con el Plan
Regulador Comunal y PLADECO (ambos instrumentos actualmente en curso de
modificación).
3.
Solicitar las gestiones del Gobierno de Chile
ante UNESCO, para complementar los criterios de valor universal y excepcional del Sitio
(VUE), incorporando el concepto de Paisaje Cultural Vivo,
particularmente el de Paisaje Histórico Urbano.
4.
Solicitar las gestiones Gobierno de Chile,
para elaborar
un Plan de Manejo y Gestión Sustentable para la ciudad de Valparaíso y su Sitio
UNESCO, que contemple estrategias económicas, sociales y territoriales,
planes, programas y proyectos en el mediano y largo plazo, y eviten el aumento
de los riesgos que experimenta la ciudad y el Sitio.
INICIATIVA
PARA LA GESTIÓN POLÍTICA DEL PATRIMONIO
5.
Propone
al Consejo de Monumentos Nacionales establecer para cada Sitio, un Comité
de Desarrollo y Gestión Patrimonial de carácter permanente y vinculante,
que convoque a los actores sociales, públicos y privados con atingencia en la
materia. Esto ayudará a construir las decisiones bajo una visión compartida y consensuada
del desarrollo, la planificación y la gestión del Sitio, en beneficio del
proyecto patrimonial de largo plazo que aquel requiere.
Mario Ferrada Aguilar
Presidente
Comité
Chileno del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios
ICOMOS
CHILE
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