junio 20, 2006

Del papel al blog: las ideas siguen aquí.

A propósito de la última publicación de la serie Patrimonio en Peligro de ICOMOS Underwater Cultural Heritage At Risk: Managing Natural And Human Impacts (editado por Robert Grenier, David Nutley and Ian Cochran, Abril 2006), que da cuenta de una de las áreas emergentes (nunca mejor dicho) con más rápido desarrollo y legitimación en la cultura patrimonial mundial de los últimos años, debemos recordar el valor que han tenido este tipo de publicaciones en la historia de los aportes capitales que ha hecho ICOMOS al debate internacional sobre la doctrina patrimonial.

Desde su origen ICOMOS ha tenido como objetivo principal formar una red interdisciplinaria de especialistas que sean el referente doctrinal y técnico de las intervenciones para la salvaguarda y puesta en valor del patrimonio mundial.

Para a esta tarea una de las herramientas principales han sido distintas plataformas de comunicación entre sus miembros y hacia la sociedad en su conjunto.

Desde una revista con perfil eminentemente científico como MONUMENTUM, o las series monográficas de la REVISTA CIENTÍFICA DEL ICOMOS, hasta boletines de información más abiertos en sus propósitos informativos como fue primero ICOMOS INFORMATION y el vigente ICOMOS NEWSLETTER, el papel ha sido el soporte de todas nuestras ideas.

Es más, desde hace tiempo la misión no ha sido sólo publicar sino que también acopiar y transferir todo tipo de textos a través del CENTRO DE DOCUMENTACIÓN DE ICOMOS -a cargo en París del siempre diligente José García- el que se ha convertido en uno de los importantes instrumentos en nuestro trabajo cotidiano, por lo que sigue siendo absolutamente imprescindible estrechar nuestra vinculación a él tanto en consultas como en aportes.

Sin embargo el papel ya se ha convertido en un soporte complejo por la paradoja que supone su imprescindible presencia a la vez que su acelerada obsolescencia, problema que por cierto no podemos obviar por mucho que algunos estemos absolutamente sometidos por los placeres hápticos del texto impreso.

De ahí que a las herramientas ya reseñadas se suman las que entregan la nuevas tecnologías de la información y comunicación, lo que nos obliga necesariamente a estar en línea con nuestras propias ideas.

El blog resiste todo, dirán las generaciones futuras.

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