Respecto de las recientes polémicas patrimoniales levantadas por distintos actores del sistema patrimonial en Chile, las que van desde la impugnación de un "mensaje" (proyecto de ley) enviado al Congreso por el Ejecutivo liderada por el Colegio de Arquitectos, hasta la crisis de gestión urbana detonada por los propietarios de algunos ascensores de Valparaíso -piezas claves de su valor excepcional universal reconocido por Unesco- creemos que nada de ello activará un proceso sistemático de puesta en valor patrimonial, si es que como telón de fondo acabamos de ver por televisión un debate entre postulantes a la presidencia nacional, en donde no se mencionó nunca la palabra patrimonio, más que para referirse a su etimológica acepción financiera.
Revisen las cintas.
Si no se mencionó el patrimonio no es porque no exista o no sea relevante, muy probablemente la repuesta de cualquier actor del mundo político frente a un cuestionamiento sectorial y técnico al respecto coincida con el reconocimiento básico de su necesidad e importancia, sin embargo después de lo que millones de televidentes vimos ayer, más bien pareció que el patrimonio fue maniatado, amordazado y silenciado como un rehén. Un rehén que se sabe valioso como moneda de cambio, pero que se maltrata, mutila y aún se aniquila si es necesario. Curiosamente esta misma imagen se pone en pantalla por la señal televisora estatal que transmite su exitoso culebrón protagonizado por la pregunta de una ausencia doble: el rapto y la muerte de la protagonista. Para variar la realidad siempre supera la ficción.
Revisen, nuevamente, las cintas.
Por lo anterior es que el estado del debate patrimonial debería concentrar su energía tanto en lo cotidiano como en lo perdurable, para vencer el sino trágico del culebrón: en nuestro caso el rapto y la muerte del patrimonio, esta última siempre "anunciada" mientras siga siendo víctima del daño colateral de la especulación inmobiliaria o las medidas que promueve el propio Estado evidenciando las profundas contradicciones de sus políticas públicas en este tema como es, por ejemplo, el hecho de que entre dos ministerios se desaten conflictos entre sus competencias sobre los instructivos de intervención de zonas patrimoniales, de uno, y los instrumentos de planificación territorial, del otro.
Revisen otra vez la cinta, ahora la que más de alguno se quiere poner en marzo.
José de Nordenflycht
Presidente de ICOMOS Chile
No hay comentarios.:
Publicar un comentario