septiembre 02, 2007

NORMAS DE QUITO 1967

INFORME FINAL DE LA REUNION SOBRE CONSERVACION Y UTILIZACION DE MONUMENTOS Y LUGARES DE INTERES HISTORICO Y ARTISTICO

Quito, 1967


1. INTRODUCCIÓN

La inclusión del problema que representa la necesaria conservación y utilización del
patrimonio monumental en la relación de esfuerzos multinacionales que se
comprometen a realizar los Gobiernos de América, resulta alentador en un doble
sentido. En primer término, porque con ello los Jefes de Estado dejan reconocida, de
manera expresa, la existencia de una situación de urgencia que reclama la
cooperación interamericana, y en segundo lugar, porque siendo la razón fundamental
de la Reunión de Punta del Este el común propósito de dar un nuevo impulso al
desarrollo del Continente, se está aceptando implícitamente que esos bienes del
patrimonio cultural representan un valor económico y son susceptibles de erigirse en
instrumentos del progreso.
El acelerado proceso de empobrecimiento que vienen sufriendo una mayoría de
los países americanos como consecuencia del estado de abandono e indefensión en
que se encuentra su riqueza monumental y artística, demanda la adopción de
medidas de emergencia, tanto a nivel nacional como internacional, pero la eficacia
práctica de las mismas dependerá, en último término, de su adecuada formación
dentro de un plan sistemático de revalorización de los bienes patrimoniales en función
del desarrollo económico-social.
Las recomendaciones del presente informe van dirigidas en ese sentido y se ciñes
específicamente, a la adecuada conservación y utilización de los monumentos y
lugares de interés arqueológicos, histórico y artístico, de conformidad con lo que
dispones en el Capítulo V Esfuerzos Multinacionales Literal d) de la Declaración de
Presidentes de América.
No obstante precisa reconocer que, dada la íntima relación que guardan entre sí el
continente arquitectónico y el contenido artístico, resulta imprescindible extender la
debida protección a otros bienes muebles y objetos valiosos del patrimonio cultural a
fin de evitar que se sigan deteriorando y sustrayendo impunemente y de procurar,
asimismo, que contribuyan al logro de los fines perseguidos mediante su adecuada
exhibición de acuerdo con la moderna técnica museográfica.

II. CONSIDERACIONES GENERALES

1. La idea de espacio es inseparable del concepto de monumento, por lo que la tutela
del Estado puede y debe extenderse al contexto urbano, al ámbito natural que lo
enmarca y a los bienes culturales que encierra.
Pero puede existir una zona, recinto o sitio de carácter monumental, sin que ninguno
de los elementos que lo constituyen aisladamente considerados merezca esa
designación.
2. Los lugares pintorescos y otras bellezas naturales objeto de defensa y protección por parte del Estado, no son propiamente monumentos nacionales. La huella histórica o artística del hombre es esencial para conferir a un paraje o recinto determinado esa
categoría específica.
3. Cualquiera que fuese el valor intrínseco de un bien o las circunstancias que concurran a realzar su importancia y significación histórica o artística, el mismo no constituirá un monumento en tanto que no recaiga una expresa declaración del Estado en ese sentido. La declaración de monumento nacional implica su identificación y registro oficiales. A partir de ese momento el bien en cuestión quedará sometido al régimen de protección que señale la Ley.
4. Todo monumento nacional está implícitamente destinado a cumplir una función social. Corresponde al Estado hacer que la misma prevalezca y determinar, en los distintos casos, la medida en que dicha función social es compatible con la propiedad privada y el interés de los particulares.

III. EL PATRIMONIO MONUMENTAL Y EL MONUMENTO AMERICANO

1. Es una realidad evidente que América y en especial Iberoamérica, constituye una
región extraordinariamente rica en recursos monumentales. A los grandiosos
testimonios de las culturas precolombinas se agregan las expresiones monumentales,
arquitectónicas, artística e históricas del largo período colonial exuberante en
variedad de formas. Un acento propio, producto del fenómeno de aculturación,
contribuye a imprimir a los estilos importados el sentido genuinamente americano de
múltiples manifestaciones locales que los caracteriza y distingue. Ruinas
arqueológicas de capital importancia, no siempre accesibles o del todo exploradas, se
alternan con sorprendentes supervivencias del pasado; complejos urbanos y villas
enterradas, susceptibles de erigirse en centros del mayor interés y atracción.
2. No es menos cierto que gran parte de este patrimonio, se ha arruinado
irremediablemente en el curso de las últimas décadas o se encuentra hoy en trance
inminente de perderse. Múltiples factores han contribuido y siguen contribuyendo a
mermar las reservas de los bienes culturales de la mayoría de los países de
Iberoamérica, pero es necesario reconocer que la razón fundamental de la
destrucción progresivamente acelerada de ese potencial de riqueza, radica en la
carencia de una política oficial capaz de imprimir eficacia práctica a las medidas
proteccionistas vigentes y de promover la revalorización del patrimonio monumental
en función del interés público y para beneficio económico de la nación.
3. En los críticos momentos en que América se encuentra comprometida en un gran
empeño progresista que implica la explotación exhaustiva de sus recursos naturales y
la transformación progresiva de sus estructuras económico-sociales, los problemas
que se relacionan con la defensa, conservación y utilización de los monumentos,
sitios y conjuntos monumentales adquieren excepcional importancia y actualidad.
4. Todo proceso de acelerado desarrollo trae consigo la multiplicación de infraestructura y la ocupación de extensa áreas por instalaciones industriales y construcciones inmobiliarias que alteran y aún deforman por completo el paisaje, borrando las huellas y expresiones del pasado, testimonios de una tradición histórica de inestimable valor.
5. Gran número de ciudades de Iberoamérica que atesoraban en un ayer todavía
cercano un rico patrimonio monumental, muestra evidente de su pretérita grandeza,
templos, plazas, fuentes y callejas que en conjunto acentuaban su personalidad y
atractivo, han sufrido tales mutilaciones y degradaciones en su perfil arquitectónico
que lo hacen irreconocible. Todo ello en nombre de un malentendido y peor
administrado progreso urbano.
6. No es exagerado afirmar que el potencial de riqueza destruida con estos
irresponsables actos de vandalismo urbanístico en numerosas ciudades del
Continente, excede con mucho a los beneficios que para la economía nacional se
derivan de las instalaciones y mejoras de infraestructura con que pretenden
justificarse.

IV. LA SOLUCIÓN CONCILIATORIA

1. La necesidad de conciliar las exigencias del progreso urbano con la salvaguardia de
los valores ambientales, es ya hoy día una norma inviolable en la formulación de los
planes reguladores a nivel tanto local como nacional. En este sentido todo plan de
ordenación deberá realizarse en forma que permita integrar al conjunto urbanístico
los centros o complejos históricos de interés ambiental.
2. La defensa y valoración del patrimonio monumental y artístico no contraviene, teórica ni prácticamente, con una política de regulación urbanística científicamente desarrollada. Lejos de ello, debe constituir el complemento de la misma. Para la
confirmación de este criterio se transcribe el siguiente párrafo del Informe Weiss
presentado a la Comisión Cultural y Científica del Consejo de Europa (1963): “es
posible equipar a un país sin desfigurarlo: de preparar y servir al provenir sin destruir
el pasado. La elevación del nivel de vida debe limitarse a la realización de un
bienestar material progresivo: debe ser asociado a la creación de un cuadro de vida
digno del hombre”.
3. La continuidad del horizonte histórico y cultural de América, gravemente
comprometido por el entronizamiento de un proceso anárquico de modernización,
exigen la adopción de medidas de defensa, recuperación y revalorización del
patrimonio monumental de la región y la formulación de planes nacionales y
multinacionales a corto y largo plazo.
4. Precisa reconocer que los organismos internacionales especializados, han reconocido
la dimensión del problema y han venido trabajando con ahínco en los últimos años,
por lograr soluciones satisfactorias. América tiene a su disposición la experiencia
acumulada.
5. A partir de la “Carta de Atenas” de 1932, muchos han sido los Congresos
Internacionales que se han sucedido hasta conformar el actual criterio dominante.
Entre los que más han ahondado en el problema aportando recomendaciones
concretas figura el de la Unión Internacional de Arquitectos de Moscú (Moscú 1958);
el Congreso de la Federación Internacional de Vivienda y Urbanismo (Santiago de
Compostela 1961); que tuvo por lema el problema de los “conjuntos históricos”, El
Congreso de Venecia (Venecia 1964) y el más reciente del ICOMOS en Cáceres
(Cáceres 1967), que aportan a ese tema de tanto interés americano un punto de
vista eminentemente práctico.

V. VALORACIÓN ECONÓMICA DE LOS MONUMENTOS

1. Partimos del supuesto de que los monumentos de interés arqueológico, histórico y
artístico constituyen también recursos económicos al igual que las riquezas naturales
del país. Consecuentemente, las medidas conducentes a su preservación y adecuada
utilización no ya sólo guardan relación con los planes de desarrollo, sino que forman o
deben formar parte de los mismos.
2. En la más amplia esfera de las relaciones interamericanas, reiteradas
recomendaciones y resoluciones de distintos organismos del sistema llevaron
progresivamente el problema al más alto nivel de consideración: La reunión de los
Jefes de Estado (Punta del Este, 1967).
3. Es evidente que la inclusión del problema relativo a la adecuada preservación y
utilización del patrimonio monumental en la citada reunión, responde a las mismas
fundamentales razones que llevaron a los presidentes de América a convocarla: la
necesidad de dar a la Alianza para el Progreso un nuevo y más vigoroso impulso y de
ofrecer, a través de la cooperación continental, la mayor ayuda que demanda el
desarrollo de los países miembros de la OEA.
4. Lo anterior explica el empleo del término “utilización” que figura en el punto 2.A.
Capítulo V de la Declaración de los Presidentes:

Esfuerzos multinacionales
...
2. Encomendar a los organismos competentes de la OEA que:
d) Extiendan la cooperación interamericana a la conservación y utilización de los
monumentos arqueológicos, históricos y artísticos.
5. Más concretamente en la Resolución 2 de la Segunda Reunión Extraordinaria del
Consejo Interamericano Cultural, convocada a los únicos efectos de dar cumplimiento
a lo dispuesto en la Declaración de los Presidentes, dentro del área de competencia
del Consejo, se dice: ...”La extensión de la asistencia técnica y la ayuda financiera al patrimonio cultural de los Estados miembros, se llevará a cabo en función de su desarrollo económico y turístico.
6. En suma, se trata de movilizar los esfuerzos nacionales en el sentido de procurar
el mejor aprovechamiento de los recursos monumentales de que se disponga,
como medio indirecto de favorecer el desarrollo económico del país. El anterior
implica una tarea previa de planificación a nivel nacional: es decir, la evaluación
de los recursos disponibles y la formulación de proyectos específicos dentro de un
plan regulador general.
7. La extensión de la cooperación interamericana a ese aspecto del desarrollo lleva
implícito el reconocimiento de que el esfuerzo nacional no es por sí solo suficiente
para acometer un empeño que en la mayoría de los casos excede sus actuales
posibilidades. Es únicamente a través de la acción multinacional que muchos
Estados miembros, en proceso de desarrollo, pueden procurarse los servicios
técnicos y los recursos financieros indispensables.


VI. LA PUESTA EN VALOR DEL PATRIMONIO CULTURAL

1. El término “puesta en valor”, que tiende a hacerse cada día más frecuente entre
los expertos, adquiere en el ámbito americano una especial aplicación. Si algo
caracteriza este momento es, precisamente la urgente necesidad de utilizar al
máximo el caudal de sus recursos y es evidente que entre los mismos figura el
patrimonio monumental de las naciones.
2. Poner en valor un bien histórico o artístico equivale a habitarlo en las condiciones
objetivas y ambientales que, sin desvirtuar su naturaleza, resalten sus
características y permitan su óptimo aprovechamiento. La puesta en valor debe
entenderse que se realiza en función de un fin trascendente que en el caso de
Iberoamérica sería contribuir al desarrollo económico de la región.
3. En otras, palabras, se trata de incorporar a un potencial económico un valor
actual: de poner en productividad una riqueza inexplotada mediante un proceso
de revalorización que lejos de mermar su significación puramente histórica o
artística, la acrecienta, pasándola del dominio exclusivo de minorías eruditas al
conocimiento y disfrute de mayorías populares.
4. En síntesis, la puesta en valor del patrimonio monumental y artístico implica una
acción sistemática, eminentemente técnica dirigida a utilizar todos y cada no de
esos bienes conforme a su naturaleza, destacando y exaltando sus características
y méritos hasta colocarlos en condiciones de cumplir la nueva función a que están
destinados.
5. Precisa destacar que, en alguna medida, el área de emplazamiento de una
construcción de principal interés resulta comprometida por razón de vecindad
inmediata al monumento, lo que equivale a decir que, de cierta manera, pasará a
formar parte del mismo una vez que haya sido puesto en valor. Las normas
proteccionistas y los planes de revalorización tienen que extenderse, pues, a todo
el ámbito propio del monumento.
6. De otra parte, la puesta en valor de un monumento ejerce una beneficiosa acción
que se refleja sobre el perímetro urbano en que éste se encuentra emplazado y
aún desborda esa área inmediata, extendiendo sus efectos a zonas más distantes.
Ese incremento del valor real de un bien por acción refleja constituye una forma
de plusvalía que ha de tomarse en cuenta.
7. Es evidente, que en la medida en que un monumento atrae la atención del
visitante, aumentará la demanda de comerciantes interesados en instalar
establecimientos apropiados a su sombra protectora. Esa es otra consecuencia
previsible de la puesta en valor e implica la adopción previa de medidas
reguladoras que a la vez que facilitan y estimulan la iniciativa privada, impidan la
desnaturalización del lugar y la pérdida de las finalidades primordiales que se
persiguen.
8. De todo lo expuesto, se desprende que la diversidad de monumentos y
edificaciones de destacada interés histórico y artístico, ubicados dentro de un
núcleo de valor ambiental, se relacionan entre sí y ejercen un efecto multiplicador
sobre el resto del área que resultaría revalorizadas en conjunto como
consecuencia de un plan de puesta en valor y de saneamiento de sus principales
construcciones.


VII. LOS MONUMETNOS EN FUNCIÓN DE TURISMO
1. Los valores propiamente culturales no se desnaturalizan ni comprometen al vincularse con los interese turísticos y, lejos de ello, la mayor atracción que conquistan los monumentos y la afluencia creciente de admiradores foráneos, contribuyen a afirmar la conciencia de su importancia y significación nacionales. Un monumento restaurado adecuadamente, un conjunto urbano puesto en valor, constituyen no sólo una lección viva de historia sino un legítimo motivo de dignidad nacional. En el más vasto marco de las relaciones internacionales, esos testimonios del pasado estimulan los sentimientos de comprensión, armonía y comunidad espiritual aún entre pueblos que se mantienen rivales en política. Cuanto contribuya a exaltar los valores del espíritu por muy ajena que fuera la intención a los fines culturales, ha de derivar en beneficio de esta última. Europa debe al turismo, directa o indirectamente, la salvaguarda de una gran parte de su patrimonio cultural condenado a su completa e irremediable destrucción, y la sensibilidad contemporánea, más visual que literaria, tiene la oportunidad de enriquecerse con la contemplación de nuevos ejemplos de la
civilización occidental rescatados técnicamente gracias al poderoso estímulo turístico.
2. Si los bienes del patrimonio cultural juegan tan importante papel en la promoción del turismo, es lógico que las inversiones que se requieren para su debida restauración y habilitación dentro de su marco técnico especializado, deben hacerse
simultáneamente a las que reclama el equipamiento turístico, o mejor dicho, integrar
ambas en un solo plan económico de desarrollo regional.
3. La Conferencia de Naciones Unidas sobre Viajes Internacionales y Turismo (Roma
1963) no solamente recomendó que se diera una alta prioridad a las inversiones en
turismo dentro de los planes nacionales, sino que hizo resaltar que “desde el punto de
vista turístico, el patrimonio cultural, histórico y natural de las naciones, constituye
un valor sustancialmente importante”, y que, en consecuencia, urgía “la adopción de
adecuadas medidas dirigidas a asegurar la conservación y protección de ese
patrimonio”(Informe final Doc. 4). A su vez la Conferencia sobre Comercio y
Desarrollo de las Naciones Unidas (1964), recomendó a las agencias y organismos de
financiación, tanto gubernamentales como privados “ofrecer asistencia, en la forma
más apropiada, para obras de conservación, restauración y utilización ventajosa de
sitios arqueológicos, históricos y de belleza natural”. (Resolución Anexo A.IV.24).
Últimamente el Consejo Económico y Social del citado organismo mundial, después
de recomendar a la Asamblea General designar el año de 1967 como “año del
Turismo Internacional”, resolvió invitar a los organismos de las Naciones Unidas y a
las agencias especializadas, a que dieran “favorable” consideración a las solicitudes
de asistencia técnica y financiera de los países en desarrollo, a fin de acelerar en los
mismos el mejoramiento de sus recursos turísticos” (Resolución 1109-XL).
4. En relación con ese tema, que ha venido siendo objeto de especial atención por parte de la Secretaría General de la UNESCO, se ha llevado a cabo un exhaustivo estudio con la colaboración de un organismo, no gubernamental de gran prestigio, la Unión Internacional de las Organizaciones Oficiales de Turismo. Dicho estudio confirma los criterios expuestos y después de analizar las razones culturales, educativas y sociales que justifican el uso de la riqueza monumental en función del turismo, insiste en los beneficios económicos que se derivan de esa política para las áreas territoriales
correspondientes. Dos extremos de particular interés merecen ser destacados: a) la
afluencia turística que determina la apropiada revalorización de un monumento,
asegura la rápida recuperación del capital invertido para estos fines; b) la actividad
turística que se origina como consecuencia de la adecuada presentación de un
monumento y que de abandonarse determinaría su extinción, conlleva una profunda
transformación económica de la región en la que mismo se halla enclavado.
5. Dentro del Sistema Interamericano, además de las numerosas recomendaciones y
acuerdos que abundan en la importancia que debe concederse, tanto a nivel nacional
como regional al problema que implica el abandono en que se encuentra buena parte
del patrimonio cultural de los países del Continente, recientes reuniones
especializadas han abordado el tema específico de la función que los monumentos de
interés artístico e histórico tienen en el desarrollo de la industria turística. La
Comisión Técnica de Fomento del Turismo, en su Carta Reunión (julio-agosto 1967)
resolvió hacerse solidaria de las conclusiones adoptadas por la correspondiente
Comisión de Equipamiento Turístico entra las que figuran las siguientes:
“ Que los monumentos y otros bienes de naturaleza arqueológica, histórica y artística
pueden y deben ser debidamente preservados y utilizados en función del desarrollo
como incentivos esenciales de la afluencia turística”
“ Que en los países de gran riqueza patrimonial de bienes de interés arqueológico,
histórico y artístico, dicho patrimonio constituye un factor decisivo en su
equipamiento turístico y, en consecuencia, debe ser tomado en cuenta en la
formalización de los planes correspondientes”.
“ Que los intereses propiamente culturales y los de índole turística se conjugan en
cuanto concierne a la debida preservación y utilización del patrimonio monumental y
artístico de los pueblos de América, por lo que se hace aconsejable que los
organismos y unidades técnicas de una y otra área de la actividad interamericana
trabajen en ese sentido de forma coordinada”.
6. Desde el punto de vista exclusivamente turístico, los monumentos son parte del
“equipo” de que se dispone para desarrollar esa industria en una región, pera en
la medida en que dicho monumento puede servir al uso a que se destina,
dependerá no ya sólo de su valor intrínseco, es decir, de su significación o interés
arqueológico, histórico o artístico sino de las circunstancias adjetivas que
concurran en el mismo y faciliten su adecuada utilización. De ahí que las obras de
restauración no sean siempre suficientes por sí solas para que un monumento
pueda ser explotado entrando a formar parte del equipo turístico de una región.
Puede ser igualmente necesarias la realización de otras obras de infraestructura,
tales como un camino que facilite el acceso al monumento o un albergue que
aloje a los visitantes al término de una jornada de viaje. Todo ello manteniendo el
carácter ambiental de la región.
7. Las ventajas económicas y sociales del turismo monumental figuran en las más
modernas estadísticas, especialmente en las de aquellos países europeos que
deben su actual prosperidad al turismo internacional y que cuentan entre sus
principales fuentes de riqueza con la reserva de bienes culturales.

VIII. EL INTERÉS SOCIAL Y LA ACCIÓN CÍVICA.

1. Es presumible que los primeros esfuerzos dirigidos a revalorizar el patrimonio
monumental encuentren una amplia zona de resistencia dentro de la órbita de los
intereses privados. Años de abandono oficial y un impulsivo afán de renovación
que caracteriza a las naciones en proceso de desarrollo, contribuyen a hacer
cundir el menosprecio por todas las manifestaciones del pasado que no se ajustan
al molde ideal de un moderno estilo de vida. Carentes de la suficiente formación
cívica para juzgar el interés social como una expresión decantada del propio
interés individual, incapaces de apreciar lo que más conviene a la comunidad
desde el lejano punto de observación del bien público, los habitantes de una
población contagiada de la “fiebre del progreso” no pueden medir las
consecuencias de los actos de vandalismo urbanístico que realizan alegremente
con la indiferencia o complicidad de las autoridades competentes.
2. Del seno de cada comunidad puede y debe surgir la voz de alarma y la acción
vigilante y previsora. El fomento de agrupaciones cívicas pro-defensa del
patrimonio, cualquiera que fuese su denominación y composición, ha dado
excelentes resultados, especialmente en localidades que no disponen aún de
regulación urbanística y donde la acción protectora a nivel nacional resulta débil o
no siempre eficaz.
3. Nada puede contribuir mejor a la toma de conciencia que se busca, que la
contemplación del ejemplo propio. Una vez que se aprecian los resultados de
ciertas obras de restauración y rehabilitación de edificios, plazas y lugares, suele
operarse una favorable reacción ciudadana que paraliza la acción destructora y
permite la consecución de objetivos más ambiciosos.
4. En cualquier caso, la colaboración espontánea y múltiple de los particulares en los
planes de puesta en valor del patrimonio histórico y artístico, es absolutamente
imprescindible, muy en especial, en las pequeñas comunidades. De ahí que en la
preparación de dichos planes deba tenerse en cuenta la conveniencia de realizar
un programa puente de educación cívica, desarrollado sistemática y
simultáneamente junto a la ejecución del proyecto.

IX LOS INSTRUMENTOS DE LA PUESTA EN VALOR

1. La adecuada utilización de los monumentos de máximo interés histórico y artístico
implica, en primer lugar, la coordinación de las iniciativas y esfuerzos de carácter
cultural y económico-turísticos. En la medida que esos intereses coincidentes se
aúnen e identifiquen los resultados perseguidos los resultados serán más
satisfactorios.
2. Esa necesaria coordinación no puede tener lugar si no existen en el país en
cuestión las condiciones legales y los instrumentos técnicos que la hagan posible.
3. Dentro del marco cultural, son requisitos previos a cualquier propósito oficial
dirigido a revalorizar su patrimonio monumental contar con una legislación oficial,
una organización técnica y una planificación también a nivel nacional.
4. La integración de los proyectos culturales y económicos debe producirse a nivel
nacional como paso previo a toda gestión de asistencia o cooperación exterior.
Esta. Tanto en el orden técnico como financiero, es el complemento del esfuerzo
nacional. A los Gobiernos de los distintos Estados Miembros toca la iniciativa: a los
países corresponde la tarea previa de formular sus proyectos e integrar éstos en
los planes generales para el desarrollo. Las medidas y procedimientos que a
continuación se recomiendan van dirigidos hacia esos fines.
Recomendaciones (a nivel nacional)
1. Los proyectos de puesta en valor del patrimonio monumental forman parte de los
planes de desarrollo nacional y, en consecuencia, deben integrarse en los mismos.
Las inversiones que se requieren para la ejecución de dichos proyectos deben
hacerse simultáneamente a las que reclaman el equipamiento turístico de la zona
o región objeto de reevaluación.
2. Corresponde al Gobierno dotar al país de las condiciones que pueden hacer
posible la formulación y ejecución de proyectos específicos de puesta en valor
3. Son requisitos indispensables a los anteriores:
Reconocimiento de una alta prioridad a los proyectos de puesta en valor de la riqueza monumental dentro del Plan Nacional para el Desarrollo.
Legislación adecuada o, en su defecto, otras disposiciones gubernativas que faciliten el proyecto de puesta en valor haciendo prevalecer en todo momento el interés público.
Dirección coordinada del proyecto a través de un Instituto idóneo capaz de centralizar la ejecución del mismo en todas sus etapas.
Designación de un equipo técnico que pueda contar con la asistencia exterior durante la formulación de los proyectos específicos durante su ejecución.
4. La puesta en valor de la riqueza monumental sólo puede llevarse a efecto dentro
de un marco de acción planificada; es decir, conforme a un plan regulador de
alcance nacional o regional. En consecuencia, es imprescindible la integración de
los proyectos que se promuevan con los planes reguladores existentes en la
ciudad, o región de que se trate. De no existir dichos planes se procederá a
establecerlos en forma consecuente.
5. La necesaria coordinación de los intereses propiamente culturales relativos a los
monumentos o a los conjuntos ambientales y los de índole turística, deberá
producirse en el seno de la dirección coordinada del proyecto tal y como se ha
especificado anteriormente, como paso previo a toda gestión de asistencia técnica
o de ayuda financiera exterior.
6. La cooperación de los interese privados y el respaldo de la opinión pública es
imprescindible para la realización de todo proyecto de puesta en valor.
En este sentido debe tenerse en cuenta durante la formulación del mismo, el
desarrollo de una campaña cívica que favorezca la formación de una conciencia
pública.
Recomendaciones (a nivel internacional)
1. Reiterar la conveniencia de que los países de América se adhieran a la “Carta de
Venecia” como norma mundial en materia de preservación de sitios y monumentos
históricos, sin prejuicio de adoptar cuantos otros compromisos y acuerdos se hagan
recomendables dentro del Sistema Interamericano.
2. Extender el concepto generalizado de monumento a las manifestaciones propias de la cultura de los siglos XIX y XX.
3. Vincular a la necesaria revalorización del patrimonio monumental y artístico de las
naciones de América a otros países extracontinentales y, de manera muy especial a
España y Portugal, dada la participación histórica de ambos en la formación de dicho
patrimonio y dada también, la comunidad de valores culturales que los mantienen
unidos a los pueblos de ese Continente.
4. Recomendar a la Organización de Estados Americanos, extender la cooperación que
ha convenido prestar a la revalorización de los monumentos de interés arqueológico,
histórico y artístico a otros bienes del patrimonio cultural que constituyen los fondos
propios de museos y archivos, así como también el acervo sociológico del folklore
nacional.
5. Para la restauración se hace absolutamente necesario, antes de acometer un
proyecto de esta índole, el trabajo previo de investigación histórica. Dado que España
conserva en sus archivos abundante material de planos sobre las ciudades de
América; fortalezas y gran número de edificios, junto con una copiosísima
documentación oficial, y dado que la catalogación de esos imprescindibles
documentos se halla detenida en fecha anterior a la de la gran mayoría de las
construcciones coloniales, lo que dificulta en extremo su utilización; se hace
altamente recomendable que la Organización de Estados Americanos coopere con
España en la labor de actualizar y facilitar las investigaciones en los archivos
españoles, y especialmente en el de Indias de Sevilla.
6. Recomendar que se redacte un nuevo instrumento hemisférico que sustituya al
“Tratado de Muebles de Valor Histórico”(1935), capaz de proteger en forma más
amplia y efectiva a esa parte importantísima del patrimonio cultural del Continente de
los múltiples riesgos que la amenazan.
7. Mientras lo anterior no se lleve a cabo, se recomienda que el Consejo Interamericano Cultural resuelva, en su próxima reunión, recabar de todos los Estados Miembros, la adopción de medidas de emergencia capaces de eliminar los riesgos del comercio ilícito de piezas del patrimonio cultural y que active la devolución de las mismas al país de origen, una vez probada su exportación clandestina o adquisición ilegal.
8. Teniendo presente que la escasez de recursos humanos constituye un grave
inconveniente para la realización de planes de puesta en valor se hace altamente
recomendable proveer lo necesario para la creación de un centro o instituto
especializado en materia de restauración de bienes muebles mediante el
fortalecimiento de los existentes y la creación de otros nuevos.
9. Sin perjuicio de lo anterior y a fin de satisfacer de inmediato tan imperiosas
necesidades, se recomienda a la Secretaría General de la OEA utilizar las facilidades
que brindan sus actuales programas de Becas y Capacitación Extracontinental y,
también celebrar con en Instituto de Cultura Hispánica, al amparo del acuerdo de
cooperación técnica OEA-España y con el Centro Regional Latinoamericano de
Estudios para la Conservación y restauración de Bienes Culturales de México, sendos
acuerdos de colaboración.
10. Toda vez que se hace necesario intercambiar experiencias sobre los problemas
propios de América y conviene mantener una adecuada unidad de criterios en la
materia, se recomienda reconocer a la Agrupación de Arquitectos Especializados en
Restauración de Monumentos, con sede provisional en el Instituto de Cultura
Hispánica de Madrid, y propiciar su instalación definitiva en cada uno de los Estados
Miembros.
Medidas legales
1. Es necesario actualizar la legislación proteccionista vigente en los Estados
Americanos, a fin de hacer su aplicación eficaz para los fines que se persiguen.
2. Es necesario revisar las regulaciones locales que rigen en materia de publicidad, al
objeto de controlar toda forma publicitaria que tienda a alterar las características
ambientales de las zonas urbanas de interés histórico.
3. A los efectos de la legislación proteccionista, el espacio urbano que ocupan los
núcleos o conjuntos monumentales y de interés ambiental deben delimitarse como
sigue:
Zona de protección rigurosa, que corresponderá a la mayor densidad monumental o ambiental.
Zona de protección o respeto, con una mayor tolerancia.
Zona de protección del paisaje urbano, a fin de procurar una integración de la misma con la naturaleza circundante.
4. Al actualizar la legislación vigente, los países deberán tener en cuenta la plusvalía que adquieren los bienes inmuebles incluidos dentro de la zona de puesta en valor, así
como en alguna medida en los aledaños.
5. También debe tenerse en cuenta la posibilidad de estimular la iniciativa privada
mediante la implantación de un régimen de exenciones fiscales en los edificios que se
restauren con capital particular y dentro de las regulaciones que establezcan los
organismos competentes. Desgravaciones de tipo fiscal pueden establecerse,
también, como compensación a las limitaciones impuestas a la propiedad particular
por motivos de utilidad pública.
Medidas técnicas
1. La puesta en valor de un monumento o conjunto urbano de interés ambiental es el
resultado de un proceso eminentemente técnico y, en consecuencia, su tratamiento
oficial debe estar confiado directamente a una dependencia de carácter especializado
que centralice todas las actividades.
2. Cada proyecto de puesta en valor constituye un problema específico y requiere una
solución también específica.
3. La colaboración técnica de los expertos en las distintas disciplinas que han de
intervenir en la ejecución de un proyecto, es absolutamente esencial. De la acertadas
coordinación de los especialistas habrá de depender en buena medida del resultado
final.
4. La prioridad de los proyectos queda subordinada a la estimación de los beneficios
económicos que de su ejecución se derivarían para una región dada. Pero en todo lo
posible debe tenerse en cuenta la importancia intrínseca de los bienes objeto de
restauración y la situación de emergencia en que los mismos se encuentran.
5. En general, todo proyecto de puesta en valor envuelve problemas de carácter
económico, histórico, técnico y administrativo. Los problemas técnicos de
conservación, restauración y reconstrucción varían según la índole del bien, los
monumentos arqueológicos, por ejemplo, exigen la colaboración de especialistas en la
materia.
6. La naturaleza y alcance de los trabajos que se deben realizar en un monumento
exigen decisiones previas, producto del exhaustivo examen de las condiciones y
circunstancias que concurren en el mismo. Decidida la clase de intervención a la que
habrá de ser sometido el monumento, los trabajos subsiguientes deberán continuarse
con absoluto respeto a lo que evidencia muestra o a los documentos auténticos en los
que la restauración se basa.
7. En los trabajos de revalorización de zonas ambientales, precisa la previa definición de sus límites y valores.
8. La puesta en valor de una zona histórica ambiental, ya definida y evaluada implica:
a) Estudio y determinación de su uso eventual y de las actividades que en la misma
habrán de desarrollarse.
b) Estudio de la magnitud de las inversiones y de las etapas necesarias hasta ultimar los trabajos de restauración y conservación, incluyendo las obras de infraestructura y
adaptaciones que exija el equipamiento turístico para su puesta en valor.
c) Estudio analítico del régimen especial al que la zona quedará sometida, a fin de que
las construcciones existentes y las nuevas puedan ser controladas de forma eficaz.
d) La reglamentación de las zonas adyacentes al núcleo histórico, debe establecer
también la normativa con relación al uso de la tierra, la densidad, la relación
volumétrica como factor determinante del paisaje urbano y natural.
e) Estudio de la magnitud de las inversiones necesarias para el saneamiento de la zona.
f) Estudio de las medidas de prevención necesarias para el debido mantenimiento
constante de la zona que se trata de poner en valor.
9. La limitación de los recursos disponibles y el necesario adiestramiento de los equipos
técnicos requeridos por los planes de puesta en valor, hacen aconsejable, la previa
formulación de un proyecto piloto en el lugar en el que mejor se conjuguen los
intereses económicos y las facilidades técnicas.
10. La puesta en valor de un núcleo urbano de interés histórico ambiental de extensión
que exceda de las posibilidades económicas inmediatas, puede y debe proyectarse
en dos o más etapas que se ejecutarán progresivamente de acuerdo con las
conveniencias del equipamiento turístico, bien entendido que el proyecto debe
concebirse en su totalidad, sin que se interrumpan o aplacen los trabajos de
catalogación, investigación o inventario.

LISTA DE TECNICOS PARTICIPANTES
Guillermo de Zéndegui, Secretario Técnico de la Reunión; Renato Soeiro; Carlos M. Larrea; José Ma. Vargas; Agustín Moreno; Oswaldo de la Torre; Earle W. Newton; José M. Glez.-Valcárcel; Carlos Flores Marini; Manuel E. del Monte; Manuel del Castillo Negrete; Benjamín Carrión; Hernán Crespo; Filoteo Samaniego; Carlos Zevallos: Miguel A. Vasco; Christopher Tunnard; Jorge Luján M.; Fernando Silva-Santisteban; Graziano Gasparini; Instituto Panamericano de Geografía e Historia-Representados por Lidia C. de Camacho.

agosto 26, 2007

Tres notas sobre Autenticidad


1. Autenticidad y alteridad.

“Desde el restaurante del primer nivel de la Tour Eiffel, la mirada del visitante de la Exposición Universal de París de 1889 registraba en primer plano dos construcciones a ambos lados de su eje sudoeste/noreste. Se trataba de los pabellones mexicano y chileno. En su localización especular, estos edificios representan los dos extremos entre los que oscila la cultura arquitectónica latinoamericana moderna en el imaginario de occidente. Del lado derecho del observador, el pabellón mexicano era una suerte de monumento prehispánico que, se suponía, debía expresar el carácter de la arquitectura de ese país. Del lado izquierdo, el pabellón chileno era una estructura prefabricada desarmable que fue luego transportada y vuelta a montar en Santiago de Chile.”
Francisco Liernur
[1]


Si la UNESCO fuera una gran torre que nos permitiera subirnos a ella, veríamos de un lado la Casa Estudio Barragán (Tacubaya, México D.F. inscrita en la Lista de Patrimonio Mundial en 2004) y del otro los Barrios Históricos de la Ciudad Puerto de Valparaíso (Valparaíso, Chile, inscritos en la misma Lista en 2003).
Ambos casos, aún dentro de sus grandes diferencias, son considerados tipológicamente como patrimonio moderno, donde la UNESCO reconoce indicadores de autenticidad e integridad como parte de las condiciones para ser inscritos en la Lista.
En ambos casos la justificación de su autenticidad fue uno de los puntos más complejos, ello debido en gran parte a que no fueron suficientemente dimensionados en el contexto de su significado historiográfico, donde se comience con una lectura sobre las condiciones estructurales de los proyectos historiográficos locales de cara a la producción de significados en aquellas obras, conjuntos o áreas urbanas locales que son valorados patrimonialmente en el contexto global.
Cuestión muy reciente si de modernidad se trata, de hecho en la solapa del clásico libro de Sir Banister Fletcher se anota -recién en su vigésima edición de 1996- que “ por primera vez la arquitectura del siglo XX es considerada como un todo y asumida en perspectiva histórica”[2]
De este modo Valparaíso y Barragán se presentan como contextos de significación modernos toda vez que sus características son activadas por las obras que los valorizan.
Obras muy locales de alto valor identitario, ahora de reconocido valor global, esto es legitimadas desde la alteridad.
En el caso de Barragán el valor de su obra se instala con características que son una respuesta precursora de la nueva sensibilidad que ocupará a muchos arquitectos en el mundo desde la década del sesenta, en donde la memoria, el lugar, el contexto natural y el respeto por el habitante dejará atrás el formalismo funcionalista hegemónico, que no hizo otra cosa que ignorar todo lo anterior.
En el caso de Valparaíso estamos en presencia de un conjunto ambiental valorizado desde una peculiar muestra de modernización vernacular hacia fines del siglo XIX. Dónde se manifiesta un complejo proceso de asimilación y readaptación de un lenguaje arquitectónico internacional que se adecua a soluciones locales, con respuestas que tienen un alto valor autónomo en sus soluciones funcionales y de emplazamiento.
Es aquí donde algunos hablarán de “neoclasicismo tardío”[3], el que desemboca claramente en un eclecticismo que sólo va a declinar tardíamente hacia mediados del siglo XX, dando cuenta de su diseminación en lo que la historiografía arquitectónica reciente ha denominado la “arquitectura tradicionalista”.[4]
Estas categorías ciertamente no las encontramos fácilmente aceptadas en el contexto de una cultura arquitectónica global, ya que la emergencia y desarrollo de lo que históricamente se conocerá como el Movimiento Moderno Internacional no solo concentrara buena parte de la atención y esfuerzo intelectual por parte de la historiografía del siglo XX, donde los territorios postcoloniales han sido integrados a ese contexto global por la vía de la integración políticamente correcta de la efectiva marginalización de su producción arquitectural, incluyendo a esta en capítulos residuales, fragmentarios y esporádicos de la historiográfica de corriente principal y dominante.
Es por lo anterior que la producción historiográfica sobre la arquitectura latinoamericana ha tenido que superar rápidamente tres momentos metodológicos para hacerse legible, desde la simple identificación de cabezas de serie –en su valoración como monumentos- hasta el reconocimiento de sus valores urbanos -en el límite metodológico con la historia urbana- sumado a un puñado de reflexiones formalistas sobre la noción de filiación estilística en torno a polémicas sobre la identidad de la producción arquitectónica.
Estos tres momentos han venido a ser puestos en discusión sólo durante las últimas décadas, desde enfoques que incorporan la sociología del arte, el análisis estructural y su función operativa en el contexto de su puesta en valor patrimonial.[5]
Cuestión donde en el otro, la autenticidad siempre es una impertinencia semántica, ya que la revancha de la copia es la crisis del original.

2. Autenticidad y amnesia.

Desde Goya sabemos que el “sueño de la razón produce monstruos”, por lo que imaginemos despertar del sueño, sin memoria.
Clínicamente el término anamnesis define el examen realizado a personas que presentan pérdida de memoria o amnesia. Constituye la prueba encargada de reunir todos los datos personales, hereditarios y familiares del paciente, anteriores a la enfermedad. Busca, en el mejor de los casos, la reminiscencia o transferencia de huellas mnémicas ubicadas en algún lugar de tiempo.
Esto nunca es un proceso de restablecimiento sino de construcción, ya que el paciente no sería capaz de identificar su pasado, sólo de asumirlo como propio.
La memoria pierde, en este momento, su vigencia en el tiempo, convirtiéndose en un objeto atemporal, con referencias únicas en su reconstrucción imaginada. Los efectos colectivos a nivel social de esta operación ya los ha señalado Hosbwam[6], cuando demostraba hace algunos años como en las sociedades postcoloniales existía una tendencia a inventar tradiciones.
Se olvida para recordar, se recuerda por ausencia. Por lo que necesariamente se termina fabricando un producto, una memoria nueva, sin pasado.
El relato de esa memoria se construye a través de unos intérpretes que componen los hechos y experiencias anteriores, otorgándole sentido temporal, histórico.
Lo autentico no estaría entonces en una suerte de “verdad original”, sino que más bien por la capacidad de construir un relato verosímil y legitimador.
Esa autenticidad legitimada es la que se expresa en nuestras sociedades a partir de un ejercicio de domesticar la historia que finalmente termina en una “democracia de la memoria”.
La democracia de la memoria da paso a la “gestión del recuerdo”
En el ámbito urbano los típicos fenómenos asociados a esta “gestión del recuerdo” en que se han convertido las operaciones de intervención patrimonial, fundamentados en esta autenticidad amnésica, han sido los excesos del fachadismo y el neopristinismo.


3. Autenticidad y originalidad.

Ha pasado poco más de una década de Nara[7], y sus conclusiones fueron coincidentes en reconocer a la autenticidad como una “firma de si mismo”, asumiendo la tradición que en el mundo occidental reconoce en la autoría un síntoma de originalidad y legitimación, de ahí el llamado “Culto Moderno a los Monumentos”[8] que se convierte en profesión de fe incluso en los momentos más iconoclastas, por lo que en la actual discusión crítica sobre la intervención en el territorio con el objetivo de (re)producir culturalmente la imagen de una comunidad se evidencia la carencia y lo dificultoso que es el entender la autenticidad a través de un "test" que evalúe las condiciones de historicidad, artisticidad y monumentalidad en base a la "firma".
Firma única y patentada, por lo demás, que es la que se puede suponer de un territorio económico neoliberal.
Sin embargo hoy hasta la firma está en crisis, pensemos en los dolores de cabeza que le produce al copywright las infinitas posibilidades de clonación que permiten los formatos digitales. Peor si comprobaos que hoy ya convivimos con los e-monuments; esto es bienes patrimoniales que dependen de un soporte mediático-electrónico para su transferencia, donde hay una retracción del sujeto que los “observa” a partir de su representación formal, en este caso en formato virtual.
Esta característica de virtualidad inmediatamente les haría perder su condición aureática. Una pérdida generada por la incesante iteración que, sin duda, va acompañada de dos importantes y nuevas oportunidades como son la accesibilidad, generada por la fricción espacial propiciada por las nuevas tecnologías de la información; y la permeabilidad a soportar intervenciones, que como retóricas de simulación se imponen a las ya tradicionales previsiones de la mínima intervención y reversibilidad.
Una sociedad que se copia a si misma, unos productores y autores que utilizan el pastiche como retórica de la cita y el fragmento –recordemos el postmodernismo y el contextualismo- y unos operadores y actores urbanos que asumen la sociedad del espectáculo con todo el cinismo que les permite su avidez han sobreexpuesto nuestra memoria, iluminándola con una luz que más que dar cuenta de luces y sombras, aplana todo con la calidez de la seguridad ciudadana integrándose a la cuenta de los dispositivos de control social más que las pertinencias del significado patrimonial, en cuantas de nuestras ciudades no hemos sido testigos de cómo la simple lógica del “ornato y aseo municipal” se transfiere al “gasto” patrimonial, invocándose el nombre del patrimonio como aval para externalidades que terminan desnaturalizando su autenticidad.
Más aún, desde un punto de vista esencial la luz en las obras de arquitectura las hace visual por defecto, esto significa que no es una condición sinequanon que la arquitectura se perciba por los ojos. De hecho la arquitectura puede ser recorrida, habitada y disfrutada por los ciegos.
La impúdica sobre exposición a la que se ven sometidas hoy en día las obras arquitectura, ha develado el equívoco mediático de creer que la arquitectura es un arte visual.
Este es por cierto un indicador de autenticidad muy afectado por la retórica de la hipervisibilidad monumental, generada por una contaminación lumínica proveniente del equipamiento urbano que ha sobrexpuesto nuestros monumentos y conjuntos históricos a una irracional iluminación que nunca tuvieron en su origen.
Por otro lado, y también a nivel de superficie, el color no es un elemento estructural del espacio arquitectónico, pero de hecho incide en su condición de visibilidad.
Sin embargo es un estado de la obra.
La autenticidad más que un estado de la obra es una condición de esta, por lo que nos parece equívoco suponer que habrá un momento de mayor autenticidad –por ejemplo el momento inmediatamente a su producción- y otro de menor autenticidad –por ejemplo el momento de su reproducción- toda vez que la condición de autenticidad es lo que la hace única e irrepetible.
Consideraciones exclusivamente técnicas y cientificistas simplificadoras de un retorno a un estado inicial desconocido; y en otras ocasiones son el resultado de la defensa de intereses comerciales más o menos encubiertos a base de exigencias funcionales, de economía, de mantenimiento, de seguridad, cuando no directamente políticas.
Eso es todo, lo demás sería caer en una larga casuística, me temo, sufrida por todos en alguna medida… pero terminemos con una última reflexión acerca de esa autenticidad de todos.
El 11 de noviembre de 1997, en la vigésimo novena sesión de la Conferencia General de la UNESCO, se aprobó unánimemente la Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos, que en su artículo 11 dice: “El genoma humano es la base de la unidad fundamental de todos los miembros de la familia humana y del reconocimiento de su dignidad intrínseca y su diversidad. En sentido simbólico, el genoma humano es el patrimonio de la humanidad.”
Desde el momento en que la UNESCO declara “en sentido simbólico” –de que otra manera podría ser- al Genoma Humano como Patrimonio de la Humanidad, la amplia discusión postcolonial sobre la identidad ya no resistiría más embates que los de su propia inactualidad, dejando atrás una serie interrogantes no resueltas que –como ruinas y escombros de mayor o menor jerarquía- deban cuenta de la diferencia, la multiculturalidad o la autenticidad, entre otros sendos bastiones epistemológicos de resistencia a la homogenización sistemática que el capitalismo avanzado impone a través de la globalización.
Puede resultar curioso para algunos, patético para otros, comprobar que nuestro patrimonio genético, aquél que a través del tiempo biológico nos hace únicos como especies sobre este planeta, no es otra cosa que un argumento más a merced del triunfo del capitalismo avanzado.
Ello porque la igualdad genética, al no ser cultural, no tiene motivo para reconocer la igualdad fundada en un proyecto histórico determinado. Pienso por ejemplo en la libertad, la igualdad y la fraternidad como reza el ideario revolucionario que fuera diseminado mediáticamente por un grupo de “compatriotas del genoma humano” durante tanto tiempo.
De hecho hemos sido testigos en los últimos doscientos años de como la “patrimonialidad” del genoma humano en tensión con su territorialización ha puesto de rodillas todo lo que de solidario, tolerante y fraterno pudo haber tenido la utopía en la que se han instalado su discurso.
La puesta en valor patrimonial del “genoma humano” nos hace asistir hoy al desplazamiento de la discusión geopolítica por la discusión biológica.
Esto es: el “buen salvaje” como metáfora de ese origen social del genoma humano. O lo que es igual: el desplazamiento de las políticas del territorio por las políticas del cuerpo.[9]
Hoy la más mínima reflexión sustentable sobre la planificación territorial se hace sobre las causas y los efectos que movilizan el cuerpo social para la construcción de “su lugar”, por lo que la digresión de estas siete breves notas se desliza desde la pregunta: ¿es hoy en día la autenticidad ese genoma del cuerpo social?


José de Nordenflycht
en LÓPEZ MORALES, Francisco (ed.) Nuevas Miradas Sobre la Autenticidad e Integridad en el Patrimonio Mundial de las Américas, ICOMOS, Monuments and Sites XIII, 2007.


Notas

[1] LIERNUR, Jorge Francisco “Un nuevo mundo para el espíritu nuevo: los descubrimientos de América Latina por la cultura arquitectónica del siglo XX” en Escritos de Arquitectura del Siglo 20 en América Latina, Tanais Ediciones, Madrid, 2002, pág. 27.
[2] Hemos consultado la reimpresión del año 2001 hecha en base a la vigésima edición de 1996. CRUICKSHANK, Dan (ed.) Sir Banister Fletcher’s A History of Architecture, Architectural Press, London, 2001.
[3] NICOLINI, Alberto “Neoclásico tardío en Hispanoamérica.” en Anales del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas “Mario J. Buschiazzo”, Buenos Aires, n°s 35-36, 2000-2001. Págs. 85 y ss.
[4] PIGAFETTA Giorgio e Ilaria ABBONDANDOLO La arquitectura tradicionalista, Celeste Ediciones, Madrid, 2002.
[5] Ver en especial las reflexiones teóricas de WAISMAN Marina El interior de la Historia. Historiografía Arquitectónica para uso de Latinoamericanos, Escala Editorial, Bogotá, 1990 y GUTIÉRREZ Ramón Arquitectura latinoamericana. Textos para la Reflexión y la Polémica, Epígrafe Editores, Lima, 1997.
[6] HOSBWAM, Eric y Terence RANGER La invención de la tradición, Editorial Crítica, Barcelona, 2002.
[7] Al respecto no creo que sea una casualidad que en la presente reunión se repitan nombres que hicieron importantes aportes a la definición de un marco conceptual sobre la autenticidad en la Reunión de Nara. Cfr. PETZET, Michael “”In the full richness of their authenticity”- The Test of Authenticity and the New Cult of Monuments” y JOKILEHTO, Jukka “Authenticity: a General Framework for the Concept”, en LARSEN, Kurt Einar (ed.) Nara Conference on Authenticity, Tapir, 1995.
[8] RIEGL, Aloïs Der moderne Denkmalkultus. Sein Wesen und seine Entstehung, Viena y Leipzig, 1903. (El culto moderno a los monumentos, Visor, Madrid, 1987, traducción de Ana Pérez López).
[9] NORDENFLYCHT, José de “Un lugar para el local”, ponencia presentada al seminario Revisitando Chile: identidades, mitos e historias, Comisión Bicentenario Valparaíso, 19 y 20 de diciembre de 2002:

NUEVAS MIRADAS SOBRE LA AUTENTICIDAD


Nuestro colega y amigo mexicano el Dr. Francisco López Morales es el editor de la nueva publicación de la Serie Monumentos y Sitios de ICOMOS (XIII, 2007), que recoge el debate sostenido por especialistas mundiales en torno a la convocatoria “Nuevas Miradas Sobre la Autenticidad e Integridad en el patrimonio Mundial de las Américas”, celebrada en San Miguel de Allende, Guanajuato, 24 al 26 de agosto de 2005.
En esa reunión participaron los miembros de ICOMOS CHile, Angel Cabeza y José de Nordenflycht.


agosto 17, 2007

Propuestas de Intervención Calle Serrano


El Centro de Estudios para el Desarrollo Urbano Contemporáneo DUC ha organizado la exposición "Propuestas Académicas de Intervención en la Calle Serrano", convocando a Talleres de las Escuelas de Arquitectura de la Universidad Diego Portales, Universidad de Chile, Universidad de Valparaíso y Universidad Técnica Federico Santa María.
Esta actividad terminará con un encuentro de reflexión a partir de estas propuestas donde participarán representantes de la I. Municipalidad de Valparaíso, Colegio de Arquitectos, Consejo de Monumentos Nacionales, Plan Valparaíso e ICOMOS Chile.

Inauguración: viernes 17 de agosto 18:30 hrs.
Encuentro de reflexión: martes 24 de agosto 09:00/13:30 hrs.
Santo Domingo 26 Plaza La Matriz Valparaíso

más info en www.duc.cl

agosto 13, 2007

LOS HIJOS DE DÉDALO



La madrugada del 10 de diciembre de 2004 despertamos con la alarma de incendio. Una violenta columna de fuego y humo resplandecía amenazante a muy poca distancia de nuestras ventanas. Por primera vez éramos testigos directos –y por suerte no víctimas- del impenitente y triste ulular de sirenas a las que nos tiene acostumbrado el paisaje sonoro de Valparaíso.
Han pasado casi tres años de ello y la sorpresa convertida en un primer momento en temor, dio paso a la indignación, que encuentra hoy la posibilidad de instalar una breve reflexión.
Sobre el origen y causa de la destrucción del inmueble de calle Severín n° 10 no nos detendremos. Si, en lo que ello significa como parte de una propuesta para intervenir en su preexistencia, ya que accidental o intencional, temida o deseada, la pérdida y el deterioro nos obliga a pensar que la intervención ya comenzó.
La inserción de obra nueva en entorno heredado es una condicionante a la que prácticamente se someten todos los arquitectos que proyectan obras en la actualidad, de hecho esto ya es un tópico[1] que va más allá de las polémicas sobre las restricciones normativas y la inversión inmobiliaria. Esto supone una cultura proyectual responsable[2], que asuma que, en las intervenciones sobre el patrimonio el impacto cero no existe. Por lo que podremos discutir cómo y dónde ubicarnos en el amplio rango de la administración de su obsolescencia.
Es en ese rango donde debemos precisar algunas cuestiones y distinguir otras, desde nuestra pertinencia como representantes de una comunidad de especialistas que asesora a la Convención de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Lo primero sería partir por el reconocimiento de que la obra de arquitectura existe en “traza y alzada” –como querían los tratadistas antiguos-. Desde que ésta es proyectada hasta que está habitada, en medio de lo cual hay una práctica que depende de muchos factores: materiales, constructivos, formales, legales, sociales, económicos… en fin, no le vamos a decir a los arquitectos en que consiste su trabajo.
Sin embargo el trabajo de construir ciudad –y eso también lo sabían los antiguos- no sólo se la adjudica el gremio de los hijos de Dédalo, y permítaseme aquí esta manida metáfora sobre el origen de la arquitectura, ya que muchas veces algunos de ellos terminan como en el mito griego: quemados y cayendo desde las alturas pese a las recomendaciones del padre.
Habilitando entonces el significante metodológico de la figura de “Los hijos de Dédalo”, queremos detenernos precisamente en las “recomendaciones del padre” sobre la traza y la alzada del bien común heredado, o lo que es lo mismo: el patrimonio.
La propuesta presentada a partir de esta investigación demuele la caja muraria existente, dejando sólo un pequeño testigo. Suponemos que la opción tras de ello sería escapar a los excesos del fachadismo[3], en lo que podríamos estar de acuerdo. Sin embargo esta decisión tiene un efecto sobre la traza, toda vez que la nueva plaza propuesta supone retranquear la línea de edificación existente desde el siglo XVIII. Debemos recordar que la calle Santo Domingo tiene actualmente un trazado idéntico al consignado en la planimetría de Frezier de 1712, y que se puede seguir en el plano de Birt de 1765, por lo que es una distorsión importante el retranqueo de la actual fachada para inventar otra plaza.
Desde la Carta de Venecia[4] sabemos que las intervenciones deben llevar “la marca de nuestro tiempo”, sin embargo ese mismo instrumento deontológico ha sido sometido a numerosas revisiones –tal vez la más significativa sea la Carta de Burra- que han ido insistiendo que la marca no puede convertirse en cicatriz, ni menos en ortopedia.[5]
De ahí que la secuencia: destruir lo existente y construir obra nueva, rime con su efecto: obstruir. Obstruir lo preexistente, que es la memoria de la traza , misma que fue tanta veces defendida como insumo patrimonial por Myriam Waisberg[6]. Esto sin siquiera considerar lo que hay bajo ella, es decir la arqueología urbana[7], cuestión que en Valparaíso por cierto sólo se ha trabajado accidentalmente –en el literal sentido de la palabra- cada vez que una obra pública –privatizada- da cuenta de la necesidad de excavar.
Cuando en Marzo recién pasado el Director del Centro de Patrimonio Mundial de la UNESCO, el arquitecto Francesco Bandarin, visitó Valparaíso, quedó claro a través de su experta opinión que las estructuras siniestradas en la Calle Serrano son absolutamente recuperables, misma recuperación que es necesaria en todos aquellos otros inmuebles que se encuentren en el área del Sitio Patrimonio Mundial, donde lo importante será estar alertas a que los componentes del mismo no se distorsionen.
Tres meses más, tarde durante la última sesión del Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO celebrada en Cristchurch (Nueva Zelanda), se sancionó un documento sobre la discusión en torno a los valores excepcionales universales de los Sitios inscritos en la Lista, cuestión en la que ICOMOS ha venido trabajando en los últimos años[8]. Lo importante en esa discusión es que son precisamente estos valores universales excepcionales los que definen los criterios por lo cuales finalmente un sitio se inscribe en la lista de Patrimonio Mundial y se mantiene en ésta. Los efectos de este debate no se dejaron esperar, ya que es en esta misma sesión en donde por primera vez se retira un sitio de la Lista[9], dejando en claro que la legitimidad de la misma no puede ser puesta en riesgo por las unilaterales decisiones que los estados parte hagan respecto de sus conveniencias de todo tipo por sobre sus compromisos patrimoniales con la comunidad internacional.
La autenticidad e integridad del bien inscrito en la Lista debe mantenerse, las amenazas sobre la una son la ruina de la otra.
En una sociedad que se copia a si misma, donde productores y autores utilizan el pastiche como retórica de la cita y el fragmento –recordemos el postmodernismo y el contextualismo- a los que se suman unos operadores urbanos que asumen la sociedad del espectáculo con todo el cinismo que les permite su avidez, se corre el peligro de la sobre exposición de nuestra memoria, iluminándola con una luz que más que dar cuenta del “juego de los volúmenes bajo ella”, aplana todo con la calidez de la seguridad ciudadana, integrándose a la cuenta de los dispositivos de control social más que a las pertinencias del significado patrimonial, siendo testigos de cómo la simple lógica del “ornato y aseo” se transfiere al “gasto” patrimonial, invocándose el nombre del patrimonio como aval para externalidades que terminan desnaturalizando su autenticidad.
Aunque sea ampliamente reconocido que el primer paso para la protección del patrimonio es su conocimiento, la ciudadanía no debe ser sólo informante sino que también intérprete de ese legado, ya que no solamente la destrucción del patrimonio es una demostración de poder, sino que también, y de manera más compleja, la conservación selectiva que el poder hace de un legado cultural determinado.
Decidir qué es lo que se conserva, decidir qué es lo que nos representa será mucho más determinante que la destrucción y el olvido. Por lo tanto, y aunque muchas veces los intereses defendidos por el tercer sector organizado sea calificado como de “difuso” por el lenguaje jurídico, la participación social es hoy fundamental en los proyectos de intervención en la preexistencia.
Es precisamente dentro de la validez de un ejercicio académico, que supone el derecho a la participación desde la Universidad en el debate sobre la ciudad, que la propuesta hecha por el arquitecto Jorge Sánchez y su equipo de investigación tiene el mérito de sumarse a los esfuerzos que han puesto la mirada sobre ese sector tan sensible de la ciudad de Valparaíso y su patrimonio.
Saludamos el valor de los hijos de Dédalo, pero con fraternal disenso nosotros preferimos la tierra.

José de Nordenflycht
Presidente ICOMOS-Chile

( Texto leído con ocasión de la presentación de la investigación “Una Propuesta de Revalorización Patrimonial del Sitio ubicado en la calle Severín 10” del equipo dirigido por Jorge Sánchez Reyes, Director del Centro de Estudios Patrimoniales, Urbanísticos y Museográficos de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso, 13 de agosto de 2007. )


[1] Para el caso latinoamericano ver el texto de nuestra colega del ICOMOS Mexicano NOELLE, Louise “El papel de la arquitectura del siglo XX en los centros urbanos patrimoniales.”, en Arquitectónica, Universidad Iberoamericana, México D.F., n° 6, otoño 2004.
[2] UNESCO “Recomendación relativa a la salvaguardia de los conjuntos históricos y su función en la vida contemporánea”, 19a Conferencia General UNESCO, Nairobi, 26 de octubre al 30 de noviembre de 1976.
[3] Sobre el debate en torno a la problemática del fachadismo ver AA.VV. FaCadisme et identité urbaine, Éditions du Patrimoine, Paris, 2001.
[4] ICOMOS International charters for conservation and restoration, vol. I de la serie Monuments and Sites de ICOMOS, Lipp GMBH, München, 2001.
[5] MARQUIS-KYLE, Peter y Meredith WALKER The Illustrated Burra Charter. Making good decisions about the care of important places, Australia ICOMOS, Prestige Litho, Brisbane, 1992.
[6] WAISBERG, Myriam La Traza Urbana Patrimonio Consolidado de Valparaíso, Cicop Argentina, Buenos Aires, 1999.
[7] El estado del debate sobre la pertinencia metodológica de la arqueología urbana se puede revisar en SCHULLER, Manfred Building Archeology, vol. VII de la serie Monuments and Sites de ICOMOS, Lipp GMBH, Manchen, 2002.
[8] UNESCO, “Discussion on the outstanding universal value” World Heritage 31 COM, Paris, 23 mayo 2007. En www.unesco.org
[9] Nos referimos al Santuario del Órix Árabe, sitio que fue reducido en un 90% de su superficie por la República de Omán, contraviniendo su valor excepcional universal.

junio 26, 2007

> La polémica batalla por las Siete Maravillas <

"Más de 100 millones de personas votarán en la encuesta mundial para la elección de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno, según pronóstico confirmado por organizadores de un concurso devenido auténtica batalla, que ha revelado tendencias, contradicciones, pasiones e intereses.
"Esta es la primera votación que se realiza a nivel mundial", dijo la portavoz del concurso, Tia Viering, citada por el sitio digital www.new7wonders.com, que promueve el certamen, previsto para concluir el sábado 7 del mes 7, de 2007 -en unas tres semanas-, con una publicitada ceremonia que se efectuará en el Estadio de la Luz o Benéfica de Lisboa, Portugal.
"Se trata -explicó- de crear por primera vez una memoria global, siete símbolos de una unidad global, siete símbolos de una herencia global compartida".
Criterios respaldados por expertos comparan la convocatoria con grandes shows o espectáculos, en tanto la califican de "poco ortodoxa" y de "confrontación desenfrenada en la cual compiten países captando votos para que sus monumentos se sitúen en la lista final".
El sitio -al que diariamente se transmiten unos 200,000 mensajes de todo tipo- ha recibido muestras de inconformidad -algunas en tonos irrepetibles- sobre la lista de maravillas propuesta, de la cual forman parte 21 sitios finalistas (8 de Europa, 5 de América, 5 de Asia y Oceanía, 2 de Africa y uno de Medio Oriente).
Por América compiten la antigua ciudad maya de Chichén Itzá (México), el Cristo Redentor (Brasil), las ruinas incas de Machu Pichu (Perú), las estatuas monumentales Moais (Chile) y la Estatua de la Libertad (EU).
Los restantes son la Acrópolis (Grecia), el Coliseo Romano (Italia), el Palacio Alambra (España), la Torre Eiffel (Francia), la Catedral de San Basilio (Rusia), el Castillo Neuschwanstein (Alemania), el Stonehenge (Gran Bretaña) y Hagia Sophia (Turquía).
Además, la Gran Muralla (China), el Palacio de Angkor (Cambodia), el Templo Kiyomisu (Japón), el Taj Mahal (India), la Opera de Sydney (Australia), la ciudad de Petra (Jordania), la Pirámide de Giza (Egipto) y la ciudad de Timbuktu (Mali).
De acuerdo con el más reciente informe sobre la marcha de la puja, los 10 con más votos son la Acrópolis, Chichén Itzá, el Coliseo, la Torre Eiffel, la Gran Muralla, Machu Pichu, Petra, el Cristo Redentor, las Moais y el Taj Mahal.
La votación puede realizarse de manera gratuita a través del sitio (www.new7wonders.com), correo electrónico o por teléfono.
"Si uno aprecia la cultura de otro, es mucho más duro hacer la guerra contra él", opinó Tia Viering, quien comentó hizo notar la participación de internautas desde lugares donde los ciudadanos "no están acostumbrados a votar ni decidir por ellos mismos".
La polémica iniciativa, que auspician la Fundación Nuevas Siete Maravillas (N7W) y la UNESCO, se adjudica al millonario cineasta suizo Bernard Weber, quien propuso convocar un concurso de esta naturaleza tras la destrucción, en 2001, en Afganistán, de la estatua gigante del Buda de Bamyan, a consecuencia de la invasión de esa nación centroasiática por tropas de Estados Unidos.
Según Weber, "una de las facetas más importantes del trabajo de la Organización de Naciones para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en el ámbito cultural es el de su Comité de Patrimonio Mundial, el cual ha reconocido un número creciente de sitios patrimoniales de la Humanidad" (más de 830 en la actualidad). Esa dependencia de la ONU asesoró en la categorización y selección de las llamadas nuevas maravillas hasta reducir a 70 la cifra preliminar.
El presidente del Panel de Expertos de la Fundación N7W y ex director de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza, argumentó que siempre apoyó "iniciativas individuales que contribuyeran a la promoción del patrimonio mundial y ayudaran a respaldar la diversidad cultural". El reconocido funcionario español será el encargado de anunciar los siete ganadores.
Desde que se abriera el sitio para los sufragios, hasta el hoy, han votado más de 60 millones de personas. Centros independientes calculan en unos tres mil millones el número de ciudadanos (casi el 70 por ciento de la población mundial) que no saben nada respecto a la encuesta ni ejercerán el voto por carecer de acceso a medios para hacerlo.

De Chichén Itzá a la Gran Pirámide de Giza
De figurar entre las maravillas seleccionadas, como todo parece indicar, Chichén Itzá pudiera sufrir el impacto de una avalancha de más de dos millones de turistas al año, muy por encina de los promedios actuales (1.2 millones), de acuerdo con augurios de signo diverso formulados por arqueólogos, operadores de turismo y personas simples que temen por uno de los lugares emblemáticos de la cultura y la historia universales.
El propio director de Chichén Itzá, el arqueólogo Eduardo Pérez de Heredia, advirtió en fecha reciente que esa posibilidad "va a obligar a implementar restricciones porque hay un límite en la capacidad de carga, que no debería superar los 1.5 millones de personas por año".
Esa preocupación se combina hoy con manifestaciones de orgullo y respaldo de millares de numerosas personas que han conocido que la reconocida metrópolis política, religiosa y cultural (construida alrededor del año 435 de Nuestra Era) es más que una pirámide.
La selección de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo que promueve el magnate suizo es solo "una actividad discriminatoria que fomenta la competición y la desigualdad", advirtió el mencionado experto.
La campaña del señor Weber, más que beneficiar, "puede afectar nuestro patrimonio", debido al incremento descontrolado del turismo, según el punto de vista del presidente del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios de México, Javier Villalobos Jaramillo.
"Chichén Itzá ya es Patrimonio de la Humanidad. Tiene la más alta distinción que puede tener. Yo les diría que no votaran", advirtió Villalobos Jaramillo, citado por la versión digital de la revista Proceso.
La zona arqueológica yucateca no cuenta con la infraestructura ni con los planes de protección patrimonial necesarios para hacer frente a dos millones de vacacionistas, coinciden expertos.
Criterios de ese tipo convierten a los mexicanos en rehenes de sus propias decisiones -o indecisiones-, al enfrentarlos de hecho a la molesta alternativa de votar o no hacerlo, de dar la espalda a la oportunidad -quizás única- de que una de sus incontables reliquias precolombinas sea reconocida a escala mundial o de propiciar un justo reconocimiento.
"Todos ellos son personas que contribuirán a una globalización más positiva. Este evento supondrá la primera memoria global de nuestra Historia", apuntó el fundador de N7W, Bernard Weber.
El centro arqueológico de Chichén Itzá, capital más sobresaliente de los mayas a finales del período clásico (750 a 1200 después de Nuestra Era), fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1988.
Una situación diferente afrontan otros finalistas como la Gran Muralla, que ha descendido ligeramente entre los favoritos.
"Nada de preocupación", comentó esta semana un funcionario para calmar los ánimos de algunos de coterráneos, en alusión velada a un posible alud de internautas del gigante asiático de más de 1,300 millones de habitantes, donde sólo 140 millones tiene acceso a la Internet y unos 800 millones no saben el significado de ese vocablo porque jamás lo han escuchado en sus aldeas.
Dirigentes de esa nación han reconocido las limitaciones en materia de acceso a la llamada Red de Redes, además de diferencias insondables en lo concerniente al dominio de idiomas para acceder al sitio y votar.
"Si la Gran Muralla fracasa, nunca perderá su significado cultural e histórico para los chinos", señaló un artículo publicado en el periódico en inglés China Daily, aunque la denominada Academia de la Gran Muralla -situada en Badaling, en las afueras de Beijing- no se ha alineado con esa filosofía y ha emprendido abiertas acciones publicitarias para la promoción de la ciclópea construcción, considerada una de las obras maestras de la ingeniería en general, no solo de la militar.

Perú dice sí; Egipto, lo contrario
Las autoridades de Perú impulsan a ultranza una campaña centrada en el sector turístico para que visitantes y ciudadanos tomen conciencia de la importancia del voto en respaldo a Machu Pichu, la llamada Ciudad Perdida del imperio incaico.
"Tenemos que votar por lo nuestro", escribió una persona que se identificó como Edgar Saldaña en un portal digital destinado a promover ese polo peruano.
Pero en Egipto las promociones son de signo contrario. Autoridades del estado norafricano solicitaron a los organizadores del concurso no incluir en la porfía a la Pirámide de Giza, en una reacción que denotó "celo por su historia y el legado de sus civilizaciones antiguas".
Esa magnífica obra no fue relacionada en el más reciente informe de votación difundido por los organizadores, según los cuales se trata de un "candidato honorario".
De los monumentos de la Antigüedad destacados por el poeta Antípatron de Sidón en el siglo II Antes de Nuestra Era, sólo uno ha llegado hasta nuestros días: la Gran Pirámide, en la llanura de Giza, Egipto. Es la tumba desde el 2570 ANE del faraón Keops, según consignan las crónicas de Heródoto.
"No es justo... Las Pirámides son la única Maravilla del mundo antiguo, y deberían respetarse y dejarlas así", afirmó el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, el arqueólogo Zahi Hawas, quien rechazó la alternativa de poner a competir "en igualdad de condiciones" a la monumental edificación de Giza con otras nada similares como la Estatua de la Libertad o la Torre Eiffel.
Empero, mientras Egipto toma distancia, en España se lucha a brazo partido para conseguir mejorar el apartado onceno puesto al que ha sido relegada la majestuosa Alhambra, considerado el más antiguo y mejor conservado de todos los palacios árabes.
"Vote por la Alambra porque representa la dignidad y el diálogo", dice una de las incontables consignas promocionales difundidas no solo en la región de Granada sino en todo el país ibérico.
En México, por el contrario, con respaldo total por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia y de la Secretaría de Turismo, el gobierno federal y los estaduales, empresas e instituciones diversas han apoyado iniciativas como la producción y venta de 25 millones de latas de una conocida bebida con una imagen de Chichén Itzá, en tanto apareció una pavorosa vista del recinto maya en tarjetas telefónicas y en los 189 restaurantes Sanborns de toda la nación.
Pérez de Heredia lamentó que la imagen del Castillo de Kukulcán, centro sagrado de los mayas en Chichen Itzá, "se banalice" a través de una campaña publicitaria de Coca-Cola.
El especialista explicó, además, que el estado de Yucatán cuenta con 20 sitios arqueológicos abiertos al público (como las ciudades mayas de Uxmal, Ek Balan y Kabah) y "no necesariamente -dijo- todo el mundo tiene que venir a Chichén Itzá", término que en lengua maya significa "a la orilla del pozo de los itzáes".

Algunos porqués y otros elementos
Entre los cuestionamientos más frecuentes en torno al controvertido concurso se incluye el de por qué se escogió a Lisboa como sede de la esperada ceremonia.
Fuentes del comité organizador argumentaron que ni Portugal ni su capital cuentan en sus territorios con ninguna de las maravillas propuestas, lo que convierte al país en una supuesta "plaza neutral".
Hasta el momento han confirmado su presencia en el acto las afamadas actrices Bipasha Basu, Jennifer López y Hilary Swank, el actor Ben Kingsley, el tenor Alessandro Safina, el bailarín y coreógrafo Joaquín Cortés, el primer hombre que pisó la Luna, Neil Armstrong, y el astro del fútbol portugués Cristiano Ronaldo.
Unos 160 canales de televisión transmitirán en vivo el megashow, a iniciarse a las 21:30 horas y cuyo presupuesto supera ya los 12 millones de euros (casi 15 millones de dólares), de acuerdo con los organizadores.
El escenario tendrá una dimensión de 10,000 metros cuadrados y dispondrá del mayor panel de fondo que se haya construido hasta el presente, con 200,000 watts de potencia en el sonido y 52 proyectores simultáneos que emplearán 1,264 metros de cable de fibra óptica.
Unas 300 toneladas de equipos y elementos de escena estarán en juego durante el espectáculo, en el cual estarán implicados más de 600 técnicos y especialistas de 10 países que laborarán junto a otras 6,500 personas.
¿Por qué se anunciarán las siete maravillas el día 7 del mes siete de 2007? La interrogante permanece sin respuesta hasta hoy.
¿Sabes la fecha de nacimiento de Bernard Weber?, me pregunté, para inocularme al instante un obligado paso más en la investigación de rutina.Es suizo-canadiense, cineasta, explorador, curador de museo, filántropo, aviador, aventurero y millonario -adjetivo que no le place le adjudiquen-, pero el día en que vino a este mundo convulso y desigual no lo encuentro ni en el sitio N7W, ni en ninguno de los ahora socorridos megabuscadores de Internet, ni en centros espirituales."


Extraído del Diario Digital mexicano POR ESTO, artículo de Patricio López viernes, 15 de junio de 2007
http://www.poresto.net/content/view/3687/70/

junio 21, 2007

La farandulización del Patrimonio



Mientras la UNESCO se desmarca de la campaña mediática conducida por intereses de un particular, el Gobierno de Chile hace un llamado a participar en ella.


Curioso.

Más curioso aún si pensamos que los enormes esfuerzos hechos por la UNESCO para mantener una credibilidad en la Lista de Patrimonio Mundial, son virtualmente –aquí literalmente dicho- destrozados en un confuso click, que con la supuesta promesa de hacernos parte de una operación de puesta en valor patrimonial, a lo único que nos acerca es a la cada vez más peligrosa confusión donde en nombre del patrimonio se apela al beneficio de sus externalidades depredatorias.

Lo único que nos permite explicar esto es nuestro acostumbramiento -como nos tienen los medios- a convertir opiniones furtivas y caprichosas en la legitimación de la agenda pública y luego –a la luz de estos hechos- en política de Estado.

Como organismo asesor de la UNESCO, en todo lo relativo a la Convención de Patrimonio Mundial, nos sumamos a la difusión de la posición de esta institución, la que transcribimos a continuación:

"Frente al riesgo de que se produzca una confusión perjudicial, la UNESCO desea reafirmar que no existe ninguna relación entre el programa de la UNESCO dedicado a proteger el patrimonio mundial y la actual campaña relativa a las “7 nuevas maravillas del mundo”.
Esta campaña mediática fue iniciada a título privado en el año 2000 por el señor Bernard Weber con la idea de seleccionar las 7 nuevas maravillas del mundo mediante un proceso de votación en el que participaran ciudadanos del mundo entero. A pesar de haber sido invitada a apoyar dicha iniciativa en reiteradas ocasiones desde su lanzamiento, la UNESCO decidió no colaborar con el señor Weber en este proyecto. La UNESCO tiene como objetivo y como mandato ayudar a los países a identificar, proteger y preservar el Patrimonio Mundial. Para la Organización, no basta con reconocer un valor sentimental o emblemático a ciertos sitios y clasificarlos en una lista nueva. Es necesario poder definir criterios científicos, evaluar la calidad de las candidaturas, definir marcos legislativos y de gestión y conseguir que las autoridades responsables se comprometan a ponerlos en marcha, facilitando también un sistema de seguimiento permanente del estado de conservación de esos sitios. Se trata por lo tanto de un trabajo técnico de conservación unido a una labor de persuasión política. Es también una tarea pedagógica de fondo encaminada a dar a conocer los valores que vehiculan los sitios, las amenazas que se ciernen sobre ellos y las acciones que han de emprenderse para impedir su pérdida. Por lo tanto, no existe ningún punto de comparación entre la iniciativa mediática del señor Weber y la labor científica y educativa que resulta de la inscripción de un sitio en la Lista del Patrimonio Mundial. La lista de las 7 nuevas maravillas será fruto de un esfuerzo privado que sólo refleja la opinión del público con acceso a Internet, y no la del mundo en su conjunto. Esta acción no podrá pues en manera alguna contribuir de manera significativa y duradera a la preservación de los sitios elegidos por el público. "
(fuente: http://www.unesco.org/)



José de Nordenflycht
Presidente ICOMOS Chile

mayo 27, 2007

LOS DÍAS SIN PATRIMONIO NO EXISTEN

Merecer más de un “Día del Patrimonio”, se titulaba una pequeña nota que publicamos hace siete años en el diario El Mercurio de Valparaíso en el contexto del “Día del Patrimonio”, actividad que inauguraba en ese momento el gobierno de la época.

Nosotros celebramos la iniciativa, no podía ser de otra manera, pero la poníamos en la situación y distancia que nos merece el diagnóstico técnico y ciudadano del estado del patrimonio en nuestro país y particularmente en el espacio local.

Han pasasdo siete años de eso y la paradoja persiste: no existe el día del patrimonio así como no existen los días sin patrimonio, el patrimonio por definición siempre debe estar, esa es su naturaleza, si por alguna razón no estuviera nunca lo mereció o fue devastado por que lo era.

Valparaíso – y después de siete años lo sabemos bien- es una ciudad en la cual los días sin patrimonio no existen.

Es por esto que que debemos seguir insistiendo que la sustentabilidad de las operaciones sobre el sistema patrimonial tiene su principio activo en la consideración de que su origen es consolidado en la sociedad como un logro de ésta.

Por lo que ésta sería el mejor objetivo conductor de los esfuerzos a los que podría convocar esta fecha, para que las expectativas sean convertidas en un pacto de solidaridad con las generaciones futuras.


José de Nordenflycht
Presidente ICOMOS Chile

mayo 23, 2007

Sylvia Pirotte: Premio Conservación de Monumentos Nacionales 2007


Sylvia Pirotte, actual integrante del Directorio de ICOMOS Chile para el trienio 2006-2008, ha sido reconocida con al Premio Conservación de Monumentos Nacionales.

Creado en 1997, es un reconocimiento que otorga el Estado de Chile anualmente a las personas e instituciones cuya trayectoria se destaca por su dedicación y compromiso por la protección y conservación del patrimonio cultural y natural de nuestro país.

Desde el año 2000, el galardón es otorgado por el/la Presidente de la República o el/la Ministro/a de Educación, en el marzo de la celebración del Día del Patrimonio Cultural.

Los ganadores del Premio Conservación de Monumentos Nacionales 2007 son: Sylvia Pirotte Midleton (Categoría Persona), Junta General de Caciques del Butawillimapu (Categoría Organización Social), Cuerpo de Guardaparques de la CONAF (Categoría Institución Pública o Privada), y Farmacia Herbolaria Mapuche Makelawen (Categoría Empresas) y Radio Universidad de Chile (Categoría Medios de Comunicación).

La premiación se realizará este viernes 25 de mayo en la ciudad de Talca, ocasión en que la Ministra de Educación, Señora Yasna Provoste Campillay entregará los galardones a los distinguidos en las diversas categorías, en el marco de la declaratoria del Ramal Talca-Constitución como Monumento Nacional.

Queremos compartir la alegría que este reconocimiento significa y enviar nuestras más afectuosas felicitaciones a Sylvia.


Directorio ICOMOS Chile

mayo 18, 2007

RAMÓN GUTIÉRREZ: EL ARCHIVO DE LA MIRADA.


Mi primer encuentro con Ramón lo recuerdo muy bien.
Nos pilló en bandos encontrados.
Estábamos en el claustro del Museo Franz Meyer en Ciudad de México, era octubre de 1999 y comenzaba una nueva Asamblea General del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios ICOMOS.
Él, como siempre fiel a sus amigos, abordaba frontalmente el apoyo del candidato mexicano a la presidencia del ICOMOS, por nuestra parte apoyábamos a la candidata española al mismo cargo.
Ninguno de los dos ganó.
Obviamente ganó un tercero, quien reelecto dos veces, todavía nos sigue presidiendo.
No deja de ser curioso que entre la opción americanista por un arquitecto mexicano y la opción hispanista por una abogada española, haya mediado la victoria de un historiador del arte alemán.
Curioso si pensamos que uno de los referentes conceptuales de americanistas declarados hacia las primeras décadas del siglo XX, como Angel Guido, haya sido Heinrich Wölfflin, un historiador del arte alemán.
En ese contexto Ramón nos interpeló con eruditas referencias a nuestro apellido, recordando –en relación a esa situación- que los gringos venían siempre a hacerse la América, y no siempre les resultaba como lo tenían calculado.
Por cierto nosotros conocíamos a Ramón de múltiples lecturas que, desde décadas atrás, habían contribuido a fortalecer el trabajo de historiografía en la región.
Después vinieron más afortunados encuentros, al menos para mí, uno de ellos por supuesto que fue en Valparaíso. Ambos estábamos invitados a un Seminario sobre Patrimonio organizado por el Municipio, en el contexto de los afanes de éste por lograr inscribir a la ciudad en la Lista de Patrimonio Mundial.
Entre sesión y sesión no faltó tiempo para acompañarlo en un safari bibliófilo local. Recuerdo muy bien como compró un paquete de fotografías y postales que en fracción de segundos hojeó y que,, sin dudar regateó en menos segundos frente a un sorprendido dependiente.
Al salir del local inmediatamente observé como la satisfacción le iluminaba el rostro mientras se apuraba en mostrarme un par de fotos nocturnas de Cusco de los Hermanos Vargas, ahí estaba su “presa”, que por cierto hoy incrementa la importante colección del Centro de Documentación de Arquitectura Latinoamericana CEDODAL.
En ese momento se me evidenció que el trabajo de Ramón operaba desde “un archivo de la mirada”, donde la información no solamente se activaba a través de un sinnúmero de relaciones, sino que desde el sentido que era capaz de construir a partir de estos vestigios visuales, donde el arte y la arquitectura no eran otra cosa que la expresión empíricas de las identidades en nuestra América.
Después de ello vinieron varios encuentros más, todos ellos iban dejando una cantidad no menor de preguntas y ansiedades de mi parte en relación con todos los temas que nos ocupaban, y digo “nos”, porque en la medida que iba explorando uno u otro tema insistentemente me aparecían fragmentos de su vasta bibliografía que –como tránsitos abiertos- ahora sería muy largo de enumerar.
Con ocasión de la visita de Ramón Gutiérrez para dictar esta Seminario en el programa de Magíster en Historia del Arte de nuestra Universidad, debemos recordar que nuestro invitado no sólo es uno de los más prolíficos protagonistas de la producción historiográfica sobre arquitectura latinoamericana, sino que también tiene una amplia labor docente que comienza en la Universidad Nacional del Nordeste donde funda el Departamento de Historia de la Arquitectura y la recordada revista D.A.N.A. (Documentos de Arquitectura Nacional y Americana), continúa como director de cursos de postgrado en Cusco (UNESCO) y -luego de ser profesor e investigador en distintas universidades de América y Europa- su vigencia académica la mantiene hasta el día de hoy, coordinando un programa de Doctorado en la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla).
Hoy en día uno de sus afanes está en el proyecto de inscripción de Buenos Aires en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, cuestión que como Valparaíso en su momento, será compleja y difícil, pues se intentan instalar nuevas categorías en un debate sobre el estado de la noción Paisaje Cultural.
En los últimos meses el debate terminológico sobre la acepción Paisaje Cultural ha estado en revisión en el seno de ICOMOS, desde le reunión de Jerusalén en junio del año recién pasado (Nuevas Aproximaciones a la Conservación Urbana), pasando por la reunión de San Petersburgo (Conservación y Gestión de Centros Históricos inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial) en febrero, hasta la reciente reunión del Comité Científico Internacional de Ciudades Históricas de ICOMOS CIVVIH, celebrada en Helsinki el mes pasado, se dejó en claro que no todos los conjuntos urbanos son paisajes culturales y que el consenso corre por la denominación Paisaje Histórico Urbano. (PHU).
Todo esto ha venido a poner el caso de Buenos Aires en una línea de vanguardia que –como en su día ocurrió con Valparaíso- obligará a repensar muchas de las interpretaciones en curso, problematizando el canon y redefiniendo el impacto que este tendrá en el Valor Universal Excepcional, condición fundamental para integrar la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
El camino no es fácil, ya que no solamente hay que luchar con unas estructuras conceptuales que siguen siendo expresión de una impostura epistémica, sino que más allá de ello se debe construir identidad a partir de la diseminación social del cambio cultural que nos haga responsables a todos nosotros como habitantes del patrimonio americano.
No deja de ser sintomático que un Seminario de Historiografía del Arte y la Arquitectura comience con una exposición sobre un caso de tanta actualidad en la coyuntura patrimonial mundial, lo que reivindica el rol activo y la responsabilidad ética del trabajo del historiador, en donde la generación del conocimiento es el primer momento metodológico de la puesta en valor patrimonial.
Y de eso, el trabajo de Ramón es un testimonio imprescindible, por lo que esperamos que para muchos de los que hoy están aquí este sea el primer encuentro de varios que anuncien su retorno a partir de cada lección entregada en sus libros.





Presentación de José de Nordenflycht al Seminario "Memoria, Historia y Patrimonio Los caminos de la historiografía en América", dictado por el arquitecto Ramón Gutiérrez en la Universidad Adolfo Ibáñez, Santiago de Chile, 17 y 18 de mayo de 2007

mayo 08, 2007

De la convención global a la convicción local.





Un libro está siempre cruzado por sus historias, ajenas y propias.

Por cierto de estas últimas nos darán cuenta en su momento los autores, sin embargo de las primeras el resto de nosotros podrá comenzar a construir su imaginario lector a partir del sentido que convoque desde cada una de nuestras memorias, las páginas que se nos entregan reunidas bajo un título tan urgente como necesario.

Podemos comenzar diciendo que más allá de los efectos y sus credos, este es un libro de historia.

Por cierto un libro de historia muy especial, como es la historia de la arquitectura. Toda vez que ésta se hace en presencia de los acontecimientos, si convenimos en que el habitar nos remite a ese unísono del cada vez que son las obras de arquitecturas.

Este libro anuncia un retorno, que como el acontecer aludido va más allá de donde va la voluntad de construir un saber que sea operativo en el contexto de los esfuerzos por hacer de Valparaíso la ciudad que merecen sus habitantes, los cuales hoy, como sabemos están en el centro de las atenciones del mundo.

Por lo pronto la planimetría del Palacio Subercauseaux de la Calle Serrano, recientemente siniestrado, más que un testimonio histórico es una herramienta proyectual. Y eso hace la diferencia entre modelo y tipo, no siempre convenientemente esclarecida, donde mientras el primero alude a las condiciones de transferencia hegemónica de una práctica por socializar un habitar que nunca termina por corresponderse al lugar, el segundo da cuenta de una apropiación de las condiciones del lugar para generar una obra nueva.

Es esa novedad lo que se consideró como característica universal excepcional a la hora de la entrada de Valparaíso a la Lista de Patrimonio Mundial.

Por todo lo anterior -y ese más que se desprenderá de las propias lecturas- es que cuando mis colegas y amigos Cecilia Jiménez y Mario Ferrada me solicitaron muy amablemente que los acompañara con algunas palabras en este momento, no podríamos sino sentirnos cómplices de un tejido mayor sobre el cual se van a tejer esas otras historias de este libro.

A recordar que la investigación es siempre un arte coral, nos debemos a los otros tanto como ellos a nosotros, un texto es un tejido, ya lo decía Barthes, del cual nosotros vamos hilvanando sólo aquello que somos capaces de poner en valor.


Como la historia que hace doce años, en este mismo lugar, recordamos haber presenciado, donde el entusiasmo de pocos se convirtió en el deseo de muchos.

El arquitecto cubano Daniel Taboada proponía como una de las conclusiones de las V Jornadas de Restauración Arquitectónica que se propusiera a las autoridades locales y nacionales la inscripción de Valparaíso en la Lista de Patrimonio Mundial.

Doña Myriam Waisberg con el rigor y aplomo que la caracterizaban se llegó a ruborizar con el entusiasmo desplegado por los colegas extranjeros, entre los cuales se hacían sentir las convencidas voces de entrañables personajes como Alberto Nicolini y Marina Waisman, entre otros.

Don Pablo Mondragón por su lado, a la sazón en su calidad de Decano y Presidente de ese –a la postre- histórico evento académico, secundaba la moción, con no menos perturbación, resonando las palabras patrimonio de la humanidad.

Eran otros tiempos, lejos del actual en donde la retórica patrimonial ya integra el sentido común de lo “políticamente correcto”. Eran tiempos en que quienes habíamos desarrollado nuestro trabajo en los anónimos cuarteles académicos, sabíamos que llegaba el momento ético de conjugar el tiempo patrimonial: futuro.

Era un momento en que sólo algunos sospechábamos lo mucho que había que invertir para que el imaginario especulativo de la convención mundial se convirtiera en una concreta rentabilidad simbólica de la convicción local.

Y sin duda el trabajo de Cecilia y Mario ha operado en tal sentido, por lo que hoy día no sólo es un aporte más que incrementa la -aún lamentable escasa masa crítica-, sino que se deberá entender como un acto de fe en la tarea de ser solidarios con las generaciones futuras.

Al menos es eso lo que nosotros queremos entender.




José de Nordenflycht, Presidente ICOMOS Chile
Texto leído con ocasión de la presentación de la publicación “Identidad Arquitectónica del Área Histórica de Valparaíso” de los arquitectos Cecilia Jiménez y Mario Ferrada, Sala El Farol, Universidad de Valparaíso, Valparaíso 7 de mayo de 2007.

SEMINARIO RAMÓN GUTIÉRREZ


mayo 01, 2007

Identidad Arquitectónica de Valparaíso

El pròximo lunes 7 de mayo a las 19:00 hrs en la Sala El Farol de la Universidad de Valparaíso (Blanco 1113) será el lanzamiento de la Exposición y Publicación “Identidad Arquitectónica del Área Histórica de Valparaíso”.
Esta actividad es el resultado de un proyecto de investigación realizado por los miembros de ICOMOS Chile Cecilia Jiménez y Mario Ferrada, financiado por la Dirección de Investigación y Posgrado de la Universidad de Valparaíso.
Sintetiza las tipologías de edificios relevantes de este sector de la ciudad, que han sido el resultado de las condicionantes histórico-geotopográficas de Valparaíso, entre mediados del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX. Entre los casos estudiados cabe consignar: Palacio Subercaseaux (recientemente siniestrado); Mercado Puerto; Turri; Librería Ivens; Hotel Colón; entre otros, todos los cuales cuentan con una acuciosa planimetría e investigación sobre su origen y desarrollo, determinando variables históricas, urbanas y arquitectónicas.
Todo esto hace que el producto de la investigación, pueda tener una utilidad directa en las actuales faenas de gestión para la recuperación del sector Puerto de la Ciudad; aparte del valor documental innegable para esta arquitectura.
La presentación de esta publicación la hará José de Nordenflycht, Presidente de ICOMOS Chile.