agosto 26, 2007

Tres notas sobre Autenticidad


1. Autenticidad y alteridad.

“Desde el restaurante del primer nivel de la Tour Eiffel, la mirada del visitante de la Exposición Universal de París de 1889 registraba en primer plano dos construcciones a ambos lados de su eje sudoeste/noreste. Se trataba de los pabellones mexicano y chileno. En su localización especular, estos edificios representan los dos extremos entre los que oscila la cultura arquitectónica latinoamericana moderna en el imaginario de occidente. Del lado derecho del observador, el pabellón mexicano era una suerte de monumento prehispánico que, se suponía, debía expresar el carácter de la arquitectura de ese país. Del lado izquierdo, el pabellón chileno era una estructura prefabricada desarmable que fue luego transportada y vuelta a montar en Santiago de Chile.”
Francisco Liernur
[1]


Si la UNESCO fuera una gran torre que nos permitiera subirnos a ella, veríamos de un lado la Casa Estudio Barragán (Tacubaya, México D.F. inscrita en la Lista de Patrimonio Mundial en 2004) y del otro los Barrios Históricos de la Ciudad Puerto de Valparaíso (Valparaíso, Chile, inscritos en la misma Lista en 2003).
Ambos casos, aún dentro de sus grandes diferencias, son considerados tipológicamente como patrimonio moderno, donde la UNESCO reconoce indicadores de autenticidad e integridad como parte de las condiciones para ser inscritos en la Lista.
En ambos casos la justificación de su autenticidad fue uno de los puntos más complejos, ello debido en gran parte a que no fueron suficientemente dimensionados en el contexto de su significado historiográfico, donde se comience con una lectura sobre las condiciones estructurales de los proyectos historiográficos locales de cara a la producción de significados en aquellas obras, conjuntos o áreas urbanas locales que son valorados patrimonialmente en el contexto global.
Cuestión muy reciente si de modernidad se trata, de hecho en la solapa del clásico libro de Sir Banister Fletcher se anota -recién en su vigésima edición de 1996- que “ por primera vez la arquitectura del siglo XX es considerada como un todo y asumida en perspectiva histórica”[2]
De este modo Valparaíso y Barragán se presentan como contextos de significación modernos toda vez que sus características son activadas por las obras que los valorizan.
Obras muy locales de alto valor identitario, ahora de reconocido valor global, esto es legitimadas desde la alteridad.
En el caso de Barragán el valor de su obra se instala con características que son una respuesta precursora de la nueva sensibilidad que ocupará a muchos arquitectos en el mundo desde la década del sesenta, en donde la memoria, el lugar, el contexto natural y el respeto por el habitante dejará atrás el formalismo funcionalista hegemónico, que no hizo otra cosa que ignorar todo lo anterior.
En el caso de Valparaíso estamos en presencia de un conjunto ambiental valorizado desde una peculiar muestra de modernización vernacular hacia fines del siglo XIX. Dónde se manifiesta un complejo proceso de asimilación y readaptación de un lenguaje arquitectónico internacional que se adecua a soluciones locales, con respuestas que tienen un alto valor autónomo en sus soluciones funcionales y de emplazamiento.
Es aquí donde algunos hablarán de “neoclasicismo tardío”[3], el que desemboca claramente en un eclecticismo que sólo va a declinar tardíamente hacia mediados del siglo XX, dando cuenta de su diseminación en lo que la historiografía arquitectónica reciente ha denominado la “arquitectura tradicionalista”.[4]
Estas categorías ciertamente no las encontramos fácilmente aceptadas en el contexto de una cultura arquitectónica global, ya que la emergencia y desarrollo de lo que históricamente se conocerá como el Movimiento Moderno Internacional no solo concentrara buena parte de la atención y esfuerzo intelectual por parte de la historiografía del siglo XX, donde los territorios postcoloniales han sido integrados a ese contexto global por la vía de la integración políticamente correcta de la efectiva marginalización de su producción arquitectural, incluyendo a esta en capítulos residuales, fragmentarios y esporádicos de la historiográfica de corriente principal y dominante.
Es por lo anterior que la producción historiográfica sobre la arquitectura latinoamericana ha tenido que superar rápidamente tres momentos metodológicos para hacerse legible, desde la simple identificación de cabezas de serie –en su valoración como monumentos- hasta el reconocimiento de sus valores urbanos -en el límite metodológico con la historia urbana- sumado a un puñado de reflexiones formalistas sobre la noción de filiación estilística en torno a polémicas sobre la identidad de la producción arquitectónica.
Estos tres momentos han venido a ser puestos en discusión sólo durante las últimas décadas, desde enfoques que incorporan la sociología del arte, el análisis estructural y su función operativa en el contexto de su puesta en valor patrimonial.[5]
Cuestión donde en el otro, la autenticidad siempre es una impertinencia semántica, ya que la revancha de la copia es la crisis del original.

2. Autenticidad y amnesia.

Desde Goya sabemos que el “sueño de la razón produce monstruos”, por lo que imaginemos despertar del sueño, sin memoria.
Clínicamente el término anamnesis define el examen realizado a personas que presentan pérdida de memoria o amnesia. Constituye la prueba encargada de reunir todos los datos personales, hereditarios y familiares del paciente, anteriores a la enfermedad. Busca, en el mejor de los casos, la reminiscencia o transferencia de huellas mnémicas ubicadas en algún lugar de tiempo.
Esto nunca es un proceso de restablecimiento sino de construcción, ya que el paciente no sería capaz de identificar su pasado, sólo de asumirlo como propio.
La memoria pierde, en este momento, su vigencia en el tiempo, convirtiéndose en un objeto atemporal, con referencias únicas en su reconstrucción imaginada. Los efectos colectivos a nivel social de esta operación ya los ha señalado Hosbwam[6], cuando demostraba hace algunos años como en las sociedades postcoloniales existía una tendencia a inventar tradiciones.
Se olvida para recordar, se recuerda por ausencia. Por lo que necesariamente se termina fabricando un producto, una memoria nueva, sin pasado.
El relato de esa memoria se construye a través de unos intérpretes que componen los hechos y experiencias anteriores, otorgándole sentido temporal, histórico.
Lo autentico no estaría entonces en una suerte de “verdad original”, sino que más bien por la capacidad de construir un relato verosímil y legitimador.
Esa autenticidad legitimada es la que se expresa en nuestras sociedades a partir de un ejercicio de domesticar la historia que finalmente termina en una “democracia de la memoria”.
La democracia de la memoria da paso a la “gestión del recuerdo”
En el ámbito urbano los típicos fenómenos asociados a esta “gestión del recuerdo” en que se han convertido las operaciones de intervención patrimonial, fundamentados en esta autenticidad amnésica, han sido los excesos del fachadismo y el neopristinismo.


3. Autenticidad y originalidad.

Ha pasado poco más de una década de Nara[7], y sus conclusiones fueron coincidentes en reconocer a la autenticidad como una “firma de si mismo”, asumiendo la tradición que en el mundo occidental reconoce en la autoría un síntoma de originalidad y legitimación, de ahí el llamado “Culto Moderno a los Monumentos”[8] que se convierte en profesión de fe incluso en los momentos más iconoclastas, por lo que en la actual discusión crítica sobre la intervención en el territorio con el objetivo de (re)producir culturalmente la imagen de una comunidad se evidencia la carencia y lo dificultoso que es el entender la autenticidad a través de un "test" que evalúe las condiciones de historicidad, artisticidad y monumentalidad en base a la "firma".
Firma única y patentada, por lo demás, que es la que se puede suponer de un territorio económico neoliberal.
Sin embargo hoy hasta la firma está en crisis, pensemos en los dolores de cabeza que le produce al copywright las infinitas posibilidades de clonación que permiten los formatos digitales. Peor si comprobaos que hoy ya convivimos con los e-monuments; esto es bienes patrimoniales que dependen de un soporte mediático-electrónico para su transferencia, donde hay una retracción del sujeto que los “observa” a partir de su representación formal, en este caso en formato virtual.
Esta característica de virtualidad inmediatamente les haría perder su condición aureática. Una pérdida generada por la incesante iteración que, sin duda, va acompañada de dos importantes y nuevas oportunidades como son la accesibilidad, generada por la fricción espacial propiciada por las nuevas tecnologías de la información; y la permeabilidad a soportar intervenciones, que como retóricas de simulación se imponen a las ya tradicionales previsiones de la mínima intervención y reversibilidad.
Una sociedad que se copia a si misma, unos productores y autores que utilizan el pastiche como retórica de la cita y el fragmento –recordemos el postmodernismo y el contextualismo- y unos operadores y actores urbanos que asumen la sociedad del espectáculo con todo el cinismo que les permite su avidez han sobreexpuesto nuestra memoria, iluminándola con una luz que más que dar cuenta de luces y sombras, aplana todo con la calidez de la seguridad ciudadana integrándose a la cuenta de los dispositivos de control social más que las pertinencias del significado patrimonial, en cuantas de nuestras ciudades no hemos sido testigos de cómo la simple lógica del “ornato y aseo municipal” se transfiere al “gasto” patrimonial, invocándose el nombre del patrimonio como aval para externalidades que terminan desnaturalizando su autenticidad.
Más aún, desde un punto de vista esencial la luz en las obras de arquitectura las hace visual por defecto, esto significa que no es una condición sinequanon que la arquitectura se perciba por los ojos. De hecho la arquitectura puede ser recorrida, habitada y disfrutada por los ciegos.
La impúdica sobre exposición a la que se ven sometidas hoy en día las obras arquitectura, ha develado el equívoco mediático de creer que la arquitectura es un arte visual.
Este es por cierto un indicador de autenticidad muy afectado por la retórica de la hipervisibilidad monumental, generada por una contaminación lumínica proveniente del equipamiento urbano que ha sobrexpuesto nuestros monumentos y conjuntos históricos a una irracional iluminación que nunca tuvieron en su origen.
Por otro lado, y también a nivel de superficie, el color no es un elemento estructural del espacio arquitectónico, pero de hecho incide en su condición de visibilidad.
Sin embargo es un estado de la obra.
La autenticidad más que un estado de la obra es una condición de esta, por lo que nos parece equívoco suponer que habrá un momento de mayor autenticidad –por ejemplo el momento inmediatamente a su producción- y otro de menor autenticidad –por ejemplo el momento de su reproducción- toda vez que la condición de autenticidad es lo que la hace única e irrepetible.
Consideraciones exclusivamente técnicas y cientificistas simplificadoras de un retorno a un estado inicial desconocido; y en otras ocasiones son el resultado de la defensa de intereses comerciales más o menos encubiertos a base de exigencias funcionales, de economía, de mantenimiento, de seguridad, cuando no directamente políticas.
Eso es todo, lo demás sería caer en una larga casuística, me temo, sufrida por todos en alguna medida… pero terminemos con una última reflexión acerca de esa autenticidad de todos.
El 11 de noviembre de 1997, en la vigésimo novena sesión de la Conferencia General de la UNESCO, se aprobó unánimemente la Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos, que en su artículo 11 dice: “El genoma humano es la base de la unidad fundamental de todos los miembros de la familia humana y del reconocimiento de su dignidad intrínseca y su diversidad. En sentido simbólico, el genoma humano es el patrimonio de la humanidad.”
Desde el momento en que la UNESCO declara “en sentido simbólico” –de que otra manera podría ser- al Genoma Humano como Patrimonio de la Humanidad, la amplia discusión postcolonial sobre la identidad ya no resistiría más embates que los de su propia inactualidad, dejando atrás una serie interrogantes no resueltas que –como ruinas y escombros de mayor o menor jerarquía- deban cuenta de la diferencia, la multiculturalidad o la autenticidad, entre otros sendos bastiones epistemológicos de resistencia a la homogenización sistemática que el capitalismo avanzado impone a través de la globalización.
Puede resultar curioso para algunos, patético para otros, comprobar que nuestro patrimonio genético, aquél que a través del tiempo biológico nos hace únicos como especies sobre este planeta, no es otra cosa que un argumento más a merced del triunfo del capitalismo avanzado.
Ello porque la igualdad genética, al no ser cultural, no tiene motivo para reconocer la igualdad fundada en un proyecto histórico determinado. Pienso por ejemplo en la libertad, la igualdad y la fraternidad como reza el ideario revolucionario que fuera diseminado mediáticamente por un grupo de “compatriotas del genoma humano” durante tanto tiempo.
De hecho hemos sido testigos en los últimos doscientos años de como la “patrimonialidad” del genoma humano en tensión con su territorialización ha puesto de rodillas todo lo que de solidario, tolerante y fraterno pudo haber tenido la utopía en la que se han instalado su discurso.
La puesta en valor patrimonial del “genoma humano” nos hace asistir hoy al desplazamiento de la discusión geopolítica por la discusión biológica.
Esto es: el “buen salvaje” como metáfora de ese origen social del genoma humano. O lo que es igual: el desplazamiento de las políticas del territorio por las políticas del cuerpo.[9]
Hoy la más mínima reflexión sustentable sobre la planificación territorial se hace sobre las causas y los efectos que movilizan el cuerpo social para la construcción de “su lugar”, por lo que la digresión de estas siete breves notas se desliza desde la pregunta: ¿es hoy en día la autenticidad ese genoma del cuerpo social?


José de Nordenflycht
en LÓPEZ MORALES, Francisco (ed.) Nuevas Miradas Sobre la Autenticidad e Integridad en el Patrimonio Mundial de las Américas, ICOMOS, Monuments and Sites XIII, 2007.


Notas

[1] LIERNUR, Jorge Francisco “Un nuevo mundo para el espíritu nuevo: los descubrimientos de América Latina por la cultura arquitectónica del siglo XX” en Escritos de Arquitectura del Siglo 20 en América Latina, Tanais Ediciones, Madrid, 2002, pág. 27.
[2] Hemos consultado la reimpresión del año 2001 hecha en base a la vigésima edición de 1996. CRUICKSHANK, Dan (ed.) Sir Banister Fletcher’s A History of Architecture, Architectural Press, London, 2001.
[3] NICOLINI, Alberto “Neoclásico tardío en Hispanoamérica.” en Anales del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas “Mario J. Buschiazzo”, Buenos Aires, n°s 35-36, 2000-2001. Págs. 85 y ss.
[4] PIGAFETTA Giorgio e Ilaria ABBONDANDOLO La arquitectura tradicionalista, Celeste Ediciones, Madrid, 2002.
[5] Ver en especial las reflexiones teóricas de WAISMAN Marina El interior de la Historia. Historiografía Arquitectónica para uso de Latinoamericanos, Escala Editorial, Bogotá, 1990 y GUTIÉRREZ Ramón Arquitectura latinoamericana. Textos para la Reflexión y la Polémica, Epígrafe Editores, Lima, 1997.
[6] HOSBWAM, Eric y Terence RANGER La invención de la tradición, Editorial Crítica, Barcelona, 2002.
[7] Al respecto no creo que sea una casualidad que en la presente reunión se repitan nombres que hicieron importantes aportes a la definición de un marco conceptual sobre la autenticidad en la Reunión de Nara. Cfr. PETZET, Michael “”In the full richness of their authenticity”- The Test of Authenticity and the New Cult of Monuments” y JOKILEHTO, Jukka “Authenticity: a General Framework for the Concept”, en LARSEN, Kurt Einar (ed.) Nara Conference on Authenticity, Tapir, 1995.
[8] RIEGL, Aloïs Der moderne Denkmalkultus. Sein Wesen und seine Entstehung, Viena y Leipzig, 1903. (El culto moderno a los monumentos, Visor, Madrid, 1987, traducción de Ana Pérez López).
[9] NORDENFLYCHT, José de “Un lugar para el local”, ponencia presentada al seminario Revisitando Chile: identidades, mitos e historias, Comisión Bicentenario Valparaíso, 19 y 20 de diciembre de 2002:

NUEVAS MIRADAS SOBRE LA AUTENTICIDAD


Nuestro colega y amigo mexicano el Dr. Francisco López Morales es el editor de la nueva publicación de la Serie Monumentos y Sitios de ICOMOS (XIII, 2007), que recoge el debate sostenido por especialistas mundiales en torno a la convocatoria “Nuevas Miradas Sobre la Autenticidad e Integridad en el patrimonio Mundial de las Américas”, celebrada en San Miguel de Allende, Guanajuato, 24 al 26 de agosto de 2005.
En esa reunión participaron los miembros de ICOMOS CHile, Angel Cabeza y José de Nordenflycht.


agosto 17, 2007

Propuestas de Intervención Calle Serrano


El Centro de Estudios para el Desarrollo Urbano Contemporáneo DUC ha organizado la exposición "Propuestas Académicas de Intervención en la Calle Serrano", convocando a Talleres de las Escuelas de Arquitectura de la Universidad Diego Portales, Universidad de Chile, Universidad de Valparaíso y Universidad Técnica Federico Santa María.
Esta actividad terminará con un encuentro de reflexión a partir de estas propuestas donde participarán representantes de la I. Municipalidad de Valparaíso, Colegio de Arquitectos, Consejo de Monumentos Nacionales, Plan Valparaíso e ICOMOS Chile.

Inauguración: viernes 17 de agosto 18:30 hrs.
Encuentro de reflexión: martes 24 de agosto 09:00/13:30 hrs.
Santo Domingo 26 Plaza La Matriz Valparaíso

más info en www.duc.cl

agosto 13, 2007

LOS HIJOS DE DÉDALO



La madrugada del 10 de diciembre de 2004 despertamos con la alarma de incendio. Una violenta columna de fuego y humo resplandecía amenazante a muy poca distancia de nuestras ventanas. Por primera vez éramos testigos directos –y por suerte no víctimas- del impenitente y triste ulular de sirenas a las que nos tiene acostumbrado el paisaje sonoro de Valparaíso.
Han pasado casi tres años de ello y la sorpresa convertida en un primer momento en temor, dio paso a la indignación, que encuentra hoy la posibilidad de instalar una breve reflexión.
Sobre el origen y causa de la destrucción del inmueble de calle Severín n° 10 no nos detendremos. Si, en lo que ello significa como parte de una propuesta para intervenir en su preexistencia, ya que accidental o intencional, temida o deseada, la pérdida y el deterioro nos obliga a pensar que la intervención ya comenzó.
La inserción de obra nueva en entorno heredado es una condicionante a la que prácticamente se someten todos los arquitectos que proyectan obras en la actualidad, de hecho esto ya es un tópico[1] que va más allá de las polémicas sobre las restricciones normativas y la inversión inmobiliaria. Esto supone una cultura proyectual responsable[2], que asuma que, en las intervenciones sobre el patrimonio el impacto cero no existe. Por lo que podremos discutir cómo y dónde ubicarnos en el amplio rango de la administración de su obsolescencia.
Es en ese rango donde debemos precisar algunas cuestiones y distinguir otras, desde nuestra pertinencia como representantes de una comunidad de especialistas que asesora a la Convención de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Lo primero sería partir por el reconocimiento de que la obra de arquitectura existe en “traza y alzada” –como querían los tratadistas antiguos-. Desde que ésta es proyectada hasta que está habitada, en medio de lo cual hay una práctica que depende de muchos factores: materiales, constructivos, formales, legales, sociales, económicos… en fin, no le vamos a decir a los arquitectos en que consiste su trabajo.
Sin embargo el trabajo de construir ciudad –y eso también lo sabían los antiguos- no sólo se la adjudica el gremio de los hijos de Dédalo, y permítaseme aquí esta manida metáfora sobre el origen de la arquitectura, ya que muchas veces algunos de ellos terminan como en el mito griego: quemados y cayendo desde las alturas pese a las recomendaciones del padre.
Habilitando entonces el significante metodológico de la figura de “Los hijos de Dédalo”, queremos detenernos precisamente en las “recomendaciones del padre” sobre la traza y la alzada del bien común heredado, o lo que es lo mismo: el patrimonio.
La propuesta presentada a partir de esta investigación demuele la caja muraria existente, dejando sólo un pequeño testigo. Suponemos que la opción tras de ello sería escapar a los excesos del fachadismo[3], en lo que podríamos estar de acuerdo. Sin embargo esta decisión tiene un efecto sobre la traza, toda vez que la nueva plaza propuesta supone retranquear la línea de edificación existente desde el siglo XVIII. Debemos recordar que la calle Santo Domingo tiene actualmente un trazado idéntico al consignado en la planimetría de Frezier de 1712, y que se puede seguir en el plano de Birt de 1765, por lo que es una distorsión importante el retranqueo de la actual fachada para inventar otra plaza.
Desde la Carta de Venecia[4] sabemos que las intervenciones deben llevar “la marca de nuestro tiempo”, sin embargo ese mismo instrumento deontológico ha sido sometido a numerosas revisiones –tal vez la más significativa sea la Carta de Burra- que han ido insistiendo que la marca no puede convertirse en cicatriz, ni menos en ortopedia.[5]
De ahí que la secuencia: destruir lo existente y construir obra nueva, rime con su efecto: obstruir. Obstruir lo preexistente, que es la memoria de la traza , misma que fue tanta veces defendida como insumo patrimonial por Myriam Waisberg[6]. Esto sin siquiera considerar lo que hay bajo ella, es decir la arqueología urbana[7], cuestión que en Valparaíso por cierto sólo se ha trabajado accidentalmente –en el literal sentido de la palabra- cada vez que una obra pública –privatizada- da cuenta de la necesidad de excavar.
Cuando en Marzo recién pasado el Director del Centro de Patrimonio Mundial de la UNESCO, el arquitecto Francesco Bandarin, visitó Valparaíso, quedó claro a través de su experta opinión que las estructuras siniestradas en la Calle Serrano son absolutamente recuperables, misma recuperación que es necesaria en todos aquellos otros inmuebles que se encuentren en el área del Sitio Patrimonio Mundial, donde lo importante será estar alertas a que los componentes del mismo no se distorsionen.
Tres meses más, tarde durante la última sesión del Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO celebrada en Cristchurch (Nueva Zelanda), se sancionó un documento sobre la discusión en torno a los valores excepcionales universales de los Sitios inscritos en la Lista, cuestión en la que ICOMOS ha venido trabajando en los últimos años[8]. Lo importante en esa discusión es que son precisamente estos valores universales excepcionales los que definen los criterios por lo cuales finalmente un sitio se inscribe en la lista de Patrimonio Mundial y se mantiene en ésta. Los efectos de este debate no se dejaron esperar, ya que es en esta misma sesión en donde por primera vez se retira un sitio de la Lista[9], dejando en claro que la legitimidad de la misma no puede ser puesta en riesgo por las unilaterales decisiones que los estados parte hagan respecto de sus conveniencias de todo tipo por sobre sus compromisos patrimoniales con la comunidad internacional.
La autenticidad e integridad del bien inscrito en la Lista debe mantenerse, las amenazas sobre la una son la ruina de la otra.
En una sociedad que se copia a si misma, donde productores y autores utilizan el pastiche como retórica de la cita y el fragmento –recordemos el postmodernismo y el contextualismo- a los que se suman unos operadores urbanos que asumen la sociedad del espectáculo con todo el cinismo que les permite su avidez, se corre el peligro de la sobre exposición de nuestra memoria, iluminándola con una luz que más que dar cuenta del “juego de los volúmenes bajo ella”, aplana todo con la calidez de la seguridad ciudadana, integrándose a la cuenta de los dispositivos de control social más que a las pertinencias del significado patrimonial, siendo testigos de cómo la simple lógica del “ornato y aseo” se transfiere al “gasto” patrimonial, invocándose el nombre del patrimonio como aval para externalidades que terminan desnaturalizando su autenticidad.
Aunque sea ampliamente reconocido que el primer paso para la protección del patrimonio es su conocimiento, la ciudadanía no debe ser sólo informante sino que también intérprete de ese legado, ya que no solamente la destrucción del patrimonio es una demostración de poder, sino que también, y de manera más compleja, la conservación selectiva que el poder hace de un legado cultural determinado.
Decidir qué es lo que se conserva, decidir qué es lo que nos representa será mucho más determinante que la destrucción y el olvido. Por lo tanto, y aunque muchas veces los intereses defendidos por el tercer sector organizado sea calificado como de “difuso” por el lenguaje jurídico, la participación social es hoy fundamental en los proyectos de intervención en la preexistencia.
Es precisamente dentro de la validez de un ejercicio académico, que supone el derecho a la participación desde la Universidad en el debate sobre la ciudad, que la propuesta hecha por el arquitecto Jorge Sánchez y su equipo de investigación tiene el mérito de sumarse a los esfuerzos que han puesto la mirada sobre ese sector tan sensible de la ciudad de Valparaíso y su patrimonio.
Saludamos el valor de los hijos de Dédalo, pero con fraternal disenso nosotros preferimos la tierra.

José de Nordenflycht
Presidente ICOMOS-Chile

( Texto leído con ocasión de la presentación de la investigación “Una Propuesta de Revalorización Patrimonial del Sitio ubicado en la calle Severín 10” del equipo dirigido por Jorge Sánchez Reyes, Director del Centro de Estudios Patrimoniales, Urbanísticos y Museográficos de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso, 13 de agosto de 2007. )


[1] Para el caso latinoamericano ver el texto de nuestra colega del ICOMOS Mexicano NOELLE, Louise “El papel de la arquitectura del siglo XX en los centros urbanos patrimoniales.”, en Arquitectónica, Universidad Iberoamericana, México D.F., n° 6, otoño 2004.
[2] UNESCO “Recomendación relativa a la salvaguardia de los conjuntos históricos y su función en la vida contemporánea”, 19a Conferencia General UNESCO, Nairobi, 26 de octubre al 30 de noviembre de 1976.
[3] Sobre el debate en torno a la problemática del fachadismo ver AA.VV. FaCadisme et identité urbaine, Éditions du Patrimoine, Paris, 2001.
[4] ICOMOS International charters for conservation and restoration, vol. I de la serie Monuments and Sites de ICOMOS, Lipp GMBH, München, 2001.
[5] MARQUIS-KYLE, Peter y Meredith WALKER The Illustrated Burra Charter. Making good decisions about the care of important places, Australia ICOMOS, Prestige Litho, Brisbane, 1992.
[6] WAISBERG, Myriam La Traza Urbana Patrimonio Consolidado de Valparaíso, Cicop Argentina, Buenos Aires, 1999.
[7] El estado del debate sobre la pertinencia metodológica de la arqueología urbana se puede revisar en SCHULLER, Manfred Building Archeology, vol. VII de la serie Monuments and Sites de ICOMOS, Lipp GMBH, Manchen, 2002.
[8] UNESCO, “Discussion on the outstanding universal value” World Heritage 31 COM, Paris, 23 mayo 2007. En www.unesco.org
[9] Nos referimos al Santuario del Órix Árabe, sitio que fue reducido en un 90% de su superficie por la República de Omán, contraviniendo su valor excepcional universal.

junio 26, 2007

> La polémica batalla por las Siete Maravillas <

"Más de 100 millones de personas votarán en la encuesta mundial para la elección de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno, según pronóstico confirmado por organizadores de un concurso devenido auténtica batalla, que ha revelado tendencias, contradicciones, pasiones e intereses.
"Esta es la primera votación que se realiza a nivel mundial", dijo la portavoz del concurso, Tia Viering, citada por el sitio digital www.new7wonders.com, que promueve el certamen, previsto para concluir el sábado 7 del mes 7, de 2007 -en unas tres semanas-, con una publicitada ceremonia que se efectuará en el Estadio de la Luz o Benéfica de Lisboa, Portugal.
"Se trata -explicó- de crear por primera vez una memoria global, siete símbolos de una unidad global, siete símbolos de una herencia global compartida".
Criterios respaldados por expertos comparan la convocatoria con grandes shows o espectáculos, en tanto la califican de "poco ortodoxa" y de "confrontación desenfrenada en la cual compiten países captando votos para que sus monumentos se sitúen en la lista final".
El sitio -al que diariamente se transmiten unos 200,000 mensajes de todo tipo- ha recibido muestras de inconformidad -algunas en tonos irrepetibles- sobre la lista de maravillas propuesta, de la cual forman parte 21 sitios finalistas (8 de Europa, 5 de América, 5 de Asia y Oceanía, 2 de Africa y uno de Medio Oriente).
Por América compiten la antigua ciudad maya de Chichén Itzá (México), el Cristo Redentor (Brasil), las ruinas incas de Machu Pichu (Perú), las estatuas monumentales Moais (Chile) y la Estatua de la Libertad (EU).
Los restantes son la Acrópolis (Grecia), el Coliseo Romano (Italia), el Palacio Alambra (España), la Torre Eiffel (Francia), la Catedral de San Basilio (Rusia), el Castillo Neuschwanstein (Alemania), el Stonehenge (Gran Bretaña) y Hagia Sophia (Turquía).
Además, la Gran Muralla (China), el Palacio de Angkor (Cambodia), el Templo Kiyomisu (Japón), el Taj Mahal (India), la Opera de Sydney (Australia), la ciudad de Petra (Jordania), la Pirámide de Giza (Egipto) y la ciudad de Timbuktu (Mali).
De acuerdo con el más reciente informe sobre la marcha de la puja, los 10 con más votos son la Acrópolis, Chichén Itzá, el Coliseo, la Torre Eiffel, la Gran Muralla, Machu Pichu, Petra, el Cristo Redentor, las Moais y el Taj Mahal.
La votación puede realizarse de manera gratuita a través del sitio (www.new7wonders.com), correo electrónico o por teléfono.
"Si uno aprecia la cultura de otro, es mucho más duro hacer la guerra contra él", opinó Tia Viering, quien comentó hizo notar la participación de internautas desde lugares donde los ciudadanos "no están acostumbrados a votar ni decidir por ellos mismos".
La polémica iniciativa, que auspician la Fundación Nuevas Siete Maravillas (N7W) y la UNESCO, se adjudica al millonario cineasta suizo Bernard Weber, quien propuso convocar un concurso de esta naturaleza tras la destrucción, en 2001, en Afganistán, de la estatua gigante del Buda de Bamyan, a consecuencia de la invasión de esa nación centroasiática por tropas de Estados Unidos.
Según Weber, "una de las facetas más importantes del trabajo de la Organización de Naciones para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en el ámbito cultural es el de su Comité de Patrimonio Mundial, el cual ha reconocido un número creciente de sitios patrimoniales de la Humanidad" (más de 830 en la actualidad). Esa dependencia de la ONU asesoró en la categorización y selección de las llamadas nuevas maravillas hasta reducir a 70 la cifra preliminar.
El presidente del Panel de Expertos de la Fundación N7W y ex director de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza, argumentó que siempre apoyó "iniciativas individuales que contribuyeran a la promoción del patrimonio mundial y ayudaran a respaldar la diversidad cultural". El reconocido funcionario español será el encargado de anunciar los siete ganadores.
Desde que se abriera el sitio para los sufragios, hasta el hoy, han votado más de 60 millones de personas. Centros independientes calculan en unos tres mil millones el número de ciudadanos (casi el 70 por ciento de la población mundial) que no saben nada respecto a la encuesta ni ejercerán el voto por carecer de acceso a medios para hacerlo.

De Chichén Itzá a la Gran Pirámide de Giza
De figurar entre las maravillas seleccionadas, como todo parece indicar, Chichén Itzá pudiera sufrir el impacto de una avalancha de más de dos millones de turistas al año, muy por encina de los promedios actuales (1.2 millones), de acuerdo con augurios de signo diverso formulados por arqueólogos, operadores de turismo y personas simples que temen por uno de los lugares emblemáticos de la cultura y la historia universales.
El propio director de Chichén Itzá, el arqueólogo Eduardo Pérez de Heredia, advirtió en fecha reciente que esa posibilidad "va a obligar a implementar restricciones porque hay un límite en la capacidad de carga, que no debería superar los 1.5 millones de personas por año".
Esa preocupación se combina hoy con manifestaciones de orgullo y respaldo de millares de numerosas personas que han conocido que la reconocida metrópolis política, religiosa y cultural (construida alrededor del año 435 de Nuestra Era) es más que una pirámide.
La selección de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo que promueve el magnate suizo es solo "una actividad discriminatoria que fomenta la competición y la desigualdad", advirtió el mencionado experto.
La campaña del señor Weber, más que beneficiar, "puede afectar nuestro patrimonio", debido al incremento descontrolado del turismo, según el punto de vista del presidente del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios de México, Javier Villalobos Jaramillo.
"Chichén Itzá ya es Patrimonio de la Humanidad. Tiene la más alta distinción que puede tener. Yo les diría que no votaran", advirtió Villalobos Jaramillo, citado por la versión digital de la revista Proceso.
La zona arqueológica yucateca no cuenta con la infraestructura ni con los planes de protección patrimonial necesarios para hacer frente a dos millones de vacacionistas, coinciden expertos.
Criterios de ese tipo convierten a los mexicanos en rehenes de sus propias decisiones -o indecisiones-, al enfrentarlos de hecho a la molesta alternativa de votar o no hacerlo, de dar la espalda a la oportunidad -quizás única- de que una de sus incontables reliquias precolombinas sea reconocida a escala mundial o de propiciar un justo reconocimiento.
"Todos ellos son personas que contribuirán a una globalización más positiva. Este evento supondrá la primera memoria global de nuestra Historia", apuntó el fundador de N7W, Bernard Weber.
El centro arqueológico de Chichén Itzá, capital más sobresaliente de los mayas a finales del período clásico (750 a 1200 después de Nuestra Era), fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1988.
Una situación diferente afrontan otros finalistas como la Gran Muralla, que ha descendido ligeramente entre los favoritos.
"Nada de preocupación", comentó esta semana un funcionario para calmar los ánimos de algunos de coterráneos, en alusión velada a un posible alud de internautas del gigante asiático de más de 1,300 millones de habitantes, donde sólo 140 millones tiene acceso a la Internet y unos 800 millones no saben el significado de ese vocablo porque jamás lo han escuchado en sus aldeas.
Dirigentes de esa nación han reconocido las limitaciones en materia de acceso a la llamada Red de Redes, además de diferencias insondables en lo concerniente al dominio de idiomas para acceder al sitio y votar.
"Si la Gran Muralla fracasa, nunca perderá su significado cultural e histórico para los chinos", señaló un artículo publicado en el periódico en inglés China Daily, aunque la denominada Academia de la Gran Muralla -situada en Badaling, en las afueras de Beijing- no se ha alineado con esa filosofía y ha emprendido abiertas acciones publicitarias para la promoción de la ciclópea construcción, considerada una de las obras maestras de la ingeniería en general, no solo de la militar.

Perú dice sí; Egipto, lo contrario
Las autoridades de Perú impulsan a ultranza una campaña centrada en el sector turístico para que visitantes y ciudadanos tomen conciencia de la importancia del voto en respaldo a Machu Pichu, la llamada Ciudad Perdida del imperio incaico.
"Tenemos que votar por lo nuestro", escribió una persona que se identificó como Edgar Saldaña en un portal digital destinado a promover ese polo peruano.
Pero en Egipto las promociones son de signo contrario. Autoridades del estado norafricano solicitaron a los organizadores del concurso no incluir en la porfía a la Pirámide de Giza, en una reacción que denotó "celo por su historia y el legado de sus civilizaciones antiguas".
Esa magnífica obra no fue relacionada en el más reciente informe de votación difundido por los organizadores, según los cuales se trata de un "candidato honorario".
De los monumentos de la Antigüedad destacados por el poeta Antípatron de Sidón en el siglo II Antes de Nuestra Era, sólo uno ha llegado hasta nuestros días: la Gran Pirámide, en la llanura de Giza, Egipto. Es la tumba desde el 2570 ANE del faraón Keops, según consignan las crónicas de Heródoto.
"No es justo... Las Pirámides son la única Maravilla del mundo antiguo, y deberían respetarse y dejarlas así", afirmó el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, el arqueólogo Zahi Hawas, quien rechazó la alternativa de poner a competir "en igualdad de condiciones" a la monumental edificación de Giza con otras nada similares como la Estatua de la Libertad o la Torre Eiffel.
Empero, mientras Egipto toma distancia, en España se lucha a brazo partido para conseguir mejorar el apartado onceno puesto al que ha sido relegada la majestuosa Alhambra, considerado el más antiguo y mejor conservado de todos los palacios árabes.
"Vote por la Alambra porque representa la dignidad y el diálogo", dice una de las incontables consignas promocionales difundidas no solo en la región de Granada sino en todo el país ibérico.
En México, por el contrario, con respaldo total por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia y de la Secretaría de Turismo, el gobierno federal y los estaduales, empresas e instituciones diversas han apoyado iniciativas como la producción y venta de 25 millones de latas de una conocida bebida con una imagen de Chichén Itzá, en tanto apareció una pavorosa vista del recinto maya en tarjetas telefónicas y en los 189 restaurantes Sanborns de toda la nación.
Pérez de Heredia lamentó que la imagen del Castillo de Kukulcán, centro sagrado de los mayas en Chichen Itzá, "se banalice" a través de una campaña publicitaria de Coca-Cola.
El especialista explicó, además, que el estado de Yucatán cuenta con 20 sitios arqueológicos abiertos al público (como las ciudades mayas de Uxmal, Ek Balan y Kabah) y "no necesariamente -dijo- todo el mundo tiene que venir a Chichén Itzá", término que en lengua maya significa "a la orilla del pozo de los itzáes".

Algunos porqués y otros elementos
Entre los cuestionamientos más frecuentes en torno al controvertido concurso se incluye el de por qué se escogió a Lisboa como sede de la esperada ceremonia.
Fuentes del comité organizador argumentaron que ni Portugal ni su capital cuentan en sus territorios con ninguna de las maravillas propuestas, lo que convierte al país en una supuesta "plaza neutral".
Hasta el momento han confirmado su presencia en el acto las afamadas actrices Bipasha Basu, Jennifer López y Hilary Swank, el actor Ben Kingsley, el tenor Alessandro Safina, el bailarín y coreógrafo Joaquín Cortés, el primer hombre que pisó la Luna, Neil Armstrong, y el astro del fútbol portugués Cristiano Ronaldo.
Unos 160 canales de televisión transmitirán en vivo el megashow, a iniciarse a las 21:30 horas y cuyo presupuesto supera ya los 12 millones de euros (casi 15 millones de dólares), de acuerdo con los organizadores.
El escenario tendrá una dimensión de 10,000 metros cuadrados y dispondrá del mayor panel de fondo que se haya construido hasta el presente, con 200,000 watts de potencia en el sonido y 52 proyectores simultáneos que emplearán 1,264 metros de cable de fibra óptica.
Unas 300 toneladas de equipos y elementos de escena estarán en juego durante el espectáculo, en el cual estarán implicados más de 600 técnicos y especialistas de 10 países que laborarán junto a otras 6,500 personas.
¿Por qué se anunciarán las siete maravillas el día 7 del mes siete de 2007? La interrogante permanece sin respuesta hasta hoy.
¿Sabes la fecha de nacimiento de Bernard Weber?, me pregunté, para inocularme al instante un obligado paso más en la investigación de rutina.Es suizo-canadiense, cineasta, explorador, curador de museo, filántropo, aviador, aventurero y millonario -adjetivo que no le place le adjudiquen-, pero el día en que vino a este mundo convulso y desigual no lo encuentro ni en el sitio N7W, ni en ninguno de los ahora socorridos megabuscadores de Internet, ni en centros espirituales."


Extraído del Diario Digital mexicano POR ESTO, artículo de Patricio López viernes, 15 de junio de 2007
http://www.poresto.net/content/view/3687/70/

junio 21, 2007

La farandulización del Patrimonio



Mientras la UNESCO se desmarca de la campaña mediática conducida por intereses de un particular, el Gobierno de Chile hace un llamado a participar en ella.


Curioso.

Más curioso aún si pensamos que los enormes esfuerzos hechos por la UNESCO para mantener una credibilidad en la Lista de Patrimonio Mundial, son virtualmente –aquí literalmente dicho- destrozados en un confuso click, que con la supuesta promesa de hacernos parte de una operación de puesta en valor patrimonial, a lo único que nos acerca es a la cada vez más peligrosa confusión donde en nombre del patrimonio se apela al beneficio de sus externalidades depredatorias.

Lo único que nos permite explicar esto es nuestro acostumbramiento -como nos tienen los medios- a convertir opiniones furtivas y caprichosas en la legitimación de la agenda pública y luego –a la luz de estos hechos- en política de Estado.

Como organismo asesor de la UNESCO, en todo lo relativo a la Convención de Patrimonio Mundial, nos sumamos a la difusión de la posición de esta institución, la que transcribimos a continuación:

"Frente al riesgo de que se produzca una confusión perjudicial, la UNESCO desea reafirmar que no existe ninguna relación entre el programa de la UNESCO dedicado a proteger el patrimonio mundial y la actual campaña relativa a las “7 nuevas maravillas del mundo”.
Esta campaña mediática fue iniciada a título privado en el año 2000 por el señor Bernard Weber con la idea de seleccionar las 7 nuevas maravillas del mundo mediante un proceso de votación en el que participaran ciudadanos del mundo entero. A pesar de haber sido invitada a apoyar dicha iniciativa en reiteradas ocasiones desde su lanzamiento, la UNESCO decidió no colaborar con el señor Weber en este proyecto. La UNESCO tiene como objetivo y como mandato ayudar a los países a identificar, proteger y preservar el Patrimonio Mundial. Para la Organización, no basta con reconocer un valor sentimental o emblemático a ciertos sitios y clasificarlos en una lista nueva. Es necesario poder definir criterios científicos, evaluar la calidad de las candidaturas, definir marcos legislativos y de gestión y conseguir que las autoridades responsables se comprometan a ponerlos en marcha, facilitando también un sistema de seguimiento permanente del estado de conservación de esos sitios. Se trata por lo tanto de un trabajo técnico de conservación unido a una labor de persuasión política. Es también una tarea pedagógica de fondo encaminada a dar a conocer los valores que vehiculan los sitios, las amenazas que se ciernen sobre ellos y las acciones que han de emprenderse para impedir su pérdida. Por lo tanto, no existe ningún punto de comparación entre la iniciativa mediática del señor Weber y la labor científica y educativa que resulta de la inscripción de un sitio en la Lista del Patrimonio Mundial. La lista de las 7 nuevas maravillas será fruto de un esfuerzo privado que sólo refleja la opinión del público con acceso a Internet, y no la del mundo en su conjunto. Esta acción no podrá pues en manera alguna contribuir de manera significativa y duradera a la preservación de los sitios elegidos por el público. "
(fuente: http://www.unesco.org/)



José de Nordenflycht
Presidente ICOMOS Chile

mayo 27, 2007

LOS DÍAS SIN PATRIMONIO NO EXISTEN

Merecer más de un “Día del Patrimonio”, se titulaba una pequeña nota que publicamos hace siete años en el diario El Mercurio de Valparaíso en el contexto del “Día del Patrimonio”, actividad que inauguraba en ese momento el gobierno de la época.

Nosotros celebramos la iniciativa, no podía ser de otra manera, pero la poníamos en la situación y distancia que nos merece el diagnóstico técnico y ciudadano del estado del patrimonio en nuestro país y particularmente en el espacio local.

Han pasasdo siete años de eso y la paradoja persiste: no existe el día del patrimonio así como no existen los días sin patrimonio, el patrimonio por definición siempre debe estar, esa es su naturaleza, si por alguna razón no estuviera nunca lo mereció o fue devastado por que lo era.

Valparaíso – y después de siete años lo sabemos bien- es una ciudad en la cual los días sin patrimonio no existen.

Es por esto que que debemos seguir insistiendo que la sustentabilidad de las operaciones sobre el sistema patrimonial tiene su principio activo en la consideración de que su origen es consolidado en la sociedad como un logro de ésta.

Por lo que ésta sería el mejor objetivo conductor de los esfuerzos a los que podría convocar esta fecha, para que las expectativas sean convertidas en un pacto de solidaridad con las generaciones futuras.


José de Nordenflycht
Presidente ICOMOS Chile

mayo 23, 2007

Sylvia Pirotte: Premio Conservación de Monumentos Nacionales 2007


Sylvia Pirotte, actual integrante del Directorio de ICOMOS Chile para el trienio 2006-2008, ha sido reconocida con al Premio Conservación de Monumentos Nacionales.

Creado en 1997, es un reconocimiento que otorga el Estado de Chile anualmente a las personas e instituciones cuya trayectoria se destaca por su dedicación y compromiso por la protección y conservación del patrimonio cultural y natural de nuestro país.

Desde el año 2000, el galardón es otorgado por el/la Presidente de la República o el/la Ministro/a de Educación, en el marzo de la celebración del Día del Patrimonio Cultural.

Los ganadores del Premio Conservación de Monumentos Nacionales 2007 son: Sylvia Pirotte Midleton (Categoría Persona), Junta General de Caciques del Butawillimapu (Categoría Organización Social), Cuerpo de Guardaparques de la CONAF (Categoría Institución Pública o Privada), y Farmacia Herbolaria Mapuche Makelawen (Categoría Empresas) y Radio Universidad de Chile (Categoría Medios de Comunicación).

La premiación se realizará este viernes 25 de mayo en la ciudad de Talca, ocasión en que la Ministra de Educación, Señora Yasna Provoste Campillay entregará los galardones a los distinguidos en las diversas categorías, en el marco de la declaratoria del Ramal Talca-Constitución como Monumento Nacional.

Queremos compartir la alegría que este reconocimiento significa y enviar nuestras más afectuosas felicitaciones a Sylvia.


Directorio ICOMOS Chile

mayo 18, 2007

RAMÓN GUTIÉRREZ: EL ARCHIVO DE LA MIRADA.


Mi primer encuentro con Ramón lo recuerdo muy bien.
Nos pilló en bandos encontrados.
Estábamos en el claustro del Museo Franz Meyer en Ciudad de México, era octubre de 1999 y comenzaba una nueva Asamblea General del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios ICOMOS.
Él, como siempre fiel a sus amigos, abordaba frontalmente el apoyo del candidato mexicano a la presidencia del ICOMOS, por nuestra parte apoyábamos a la candidata española al mismo cargo.
Ninguno de los dos ganó.
Obviamente ganó un tercero, quien reelecto dos veces, todavía nos sigue presidiendo.
No deja de ser curioso que entre la opción americanista por un arquitecto mexicano y la opción hispanista por una abogada española, haya mediado la victoria de un historiador del arte alemán.
Curioso si pensamos que uno de los referentes conceptuales de americanistas declarados hacia las primeras décadas del siglo XX, como Angel Guido, haya sido Heinrich Wölfflin, un historiador del arte alemán.
En ese contexto Ramón nos interpeló con eruditas referencias a nuestro apellido, recordando –en relación a esa situación- que los gringos venían siempre a hacerse la América, y no siempre les resultaba como lo tenían calculado.
Por cierto nosotros conocíamos a Ramón de múltiples lecturas que, desde décadas atrás, habían contribuido a fortalecer el trabajo de historiografía en la región.
Después vinieron más afortunados encuentros, al menos para mí, uno de ellos por supuesto que fue en Valparaíso. Ambos estábamos invitados a un Seminario sobre Patrimonio organizado por el Municipio, en el contexto de los afanes de éste por lograr inscribir a la ciudad en la Lista de Patrimonio Mundial.
Entre sesión y sesión no faltó tiempo para acompañarlo en un safari bibliófilo local. Recuerdo muy bien como compró un paquete de fotografías y postales que en fracción de segundos hojeó y que,, sin dudar regateó en menos segundos frente a un sorprendido dependiente.
Al salir del local inmediatamente observé como la satisfacción le iluminaba el rostro mientras se apuraba en mostrarme un par de fotos nocturnas de Cusco de los Hermanos Vargas, ahí estaba su “presa”, que por cierto hoy incrementa la importante colección del Centro de Documentación de Arquitectura Latinoamericana CEDODAL.
En ese momento se me evidenció que el trabajo de Ramón operaba desde “un archivo de la mirada”, donde la información no solamente se activaba a través de un sinnúmero de relaciones, sino que desde el sentido que era capaz de construir a partir de estos vestigios visuales, donde el arte y la arquitectura no eran otra cosa que la expresión empíricas de las identidades en nuestra América.
Después de ello vinieron varios encuentros más, todos ellos iban dejando una cantidad no menor de preguntas y ansiedades de mi parte en relación con todos los temas que nos ocupaban, y digo “nos”, porque en la medida que iba explorando uno u otro tema insistentemente me aparecían fragmentos de su vasta bibliografía que –como tránsitos abiertos- ahora sería muy largo de enumerar.
Con ocasión de la visita de Ramón Gutiérrez para dictar esta Seminario en el programa de Magíster en Historia del Arte de nuestra Universidad, debemos recordar que nuestro invitado no sólo es uno de los más prolíficos protagonistas de la producción historiográfica sobre arquitectura latinoamericana, sino que también tiene una amplia labor docente que comienza en la Universidad Nacional del Nordeste donde funda el Departamento de Historia de la Arquitectura y la recordada revista D.A.N.A. (Documentos de Arquitectura Nacional y Americana), continúa como director de cursos de postgrado en Cusco (UNESCO) y -luego de ser profesor e investigador en distintas universidades de América y Europa- su vigencia académica la mantiene hasta el día de hoy, coordinando un programa de Doctorado en la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla).
Hoy en día uno de sus afanes está en el proyecto de inscripción de Buenos Aires en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, cuestión que como Valparaíso en su momento, será compleja y difícil, pues se intentan instalar nuevas categorías en un debate sobre el estado de la noción Paisaje Cultural.
En los últimos meses el debate terminológico sobre la acepción Paisaje Cultural ha estado en revisión en el seno de ICOMOS, desde le reunión de Jerusalén en junio del año recién pasado (Nuevas Aproximaciones a la Conservación Urbana), pasando por la reunión de San Petersburgo (Conservación y Gestión de Centros Históricos inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial) en febrero, hasta la reciente reunión del Comité Científico Internacional de Ciudades Históricas de ICOMOS CIVVIH, celebrada en Helsinki el mes pasado, se dejó en claro que no todos los conjuntos urbanos son paisajes culturales y que el consenso corre por la denominación Paisaje Histórico Urbano. (PHU).
Todo esto ha venido a poner el caso de Buenos Aires en una línea de vanguardia que –como en su día ocurrió con Valparaíso- obligará a repensar muchas de las interpretaciones en curso, problematizando el canon y redefiniendo el impacto que este tendrá en el Valor Universal Excepcional, condición fundamental para integrar la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
El camino no es fácil, ya que no solamente hay que luchar con unas estructuras conceptuales que siguen siendo expresión de una impostura epistémica, sino que más allá de ello se debe construir identidad a partir de la diseminación social del cambio cultural que nos haga responsables a todos nosotros como habitantes del patrimonio americano.
No deja de ser sintomático que un Seminario de Historiografía del Arte y la Arquitectura comience con una exposición sobre un caso de tanta actualidad en la coyuntura patrimonial mundial, lo que reivindica el rol activo y la responsabilidad ética del trabajo del historiador, en donde la generación del conocimiento es el primer momento metodológico de la puesta en valor patrimonial.
Y de eso, el trabajo de Ramón es un testimonio imprescindible, por lo que esperamos que para muchos de los que hoy están aquí este sea el primer encuentro de varios que anuncien su retorno a partir de cada lección entregada en sus libros.





Presentación de José de Nordenflycht al Seminario "Memoria, Historia y Patrimonio Los caminos de la historiografía en América", dictado por el arquitecto Ramón Gutiérrez en la Universidad Adolfo Ibáñez, Santiago de Chile, 17 y 18 de mayo de 2007

mayo 08, 2007

De la convención global a la convicción local.





Un libro está siempre cruzado por sus historias, ajenas y propias.

Por cierto de estas últimas nos darán cuenta en su momento los autores, sin embargo de las primeras el resto de nosotros podrá comenzar a construir su imaginario lector a partir del sentido que convoque desde cada una de nuestras memorias, las páginas que se nos entregan reunidas bajo un título tan urgente como necesario.

Podemos comenzar diciendo que más allá de los efectos y sus credos, este es un libro de historia.

Por cierto un libro de historia muy especial, como es la historia de la arquitectura. Toda vez que ésta se hace en presencia de los acontecimientos, si convenimos en que el habitar nos remite a ese unísono del cada vez que son las obras de arquitecturas.

Este libro anuncia un retorno, que como el acontecer aludido va más allá de donde va la voluntad de construir un saber que sea operativo en el contexto de los esfuerzos por hacer de Valparaíso la ciudad que merecen sus habitantes, los cuales hoy, como sabemos están en el centro de las atenciones del mundo.

Por lo pronto la planimetría del Palacio Subercauseaux de la Calle Serrano, recientemente siniestrado, más que un testimonio histórico es una herramienta proyectual. Y eso hace la diferencia entre modelo y tipo, no siempre convenientemente esclarecida, donde mientras el primero alude a las condiciones de transferencia hegemónica de una práctica por socializar un habitar que nunca termina por corresponderse al lugar, el segundo da cuenta de una apropiación de las condiciones del lugar para generar una obra nueva.

Es esa novedad lo que se consideró como característica universal excepcional a la hora de la entrada de Valparaíso a la Lista de Patrimonio Mundial.

Por todo lo anterior -y ese más que se desprenderá de las propias lecturas- es que cuando mis colegas y amigos Cecilia Jiménez y Mario Ferrada me solicitaron muy amablemente que los acompañara con algunas palabras en este momento, no podríamos sino sentirnos cómplices de un tejido mayor sobre el cual se van a tejer esas otras historias de este libro.

A recordar que la investigación es siempre un arte coral, nos debemos a los otros tanto como ellos a nosotros, un texto es un tejido, ya lo decía Barthes, del cual nosotros vamos hilvanando sólo aquello que somos capaces de poner en valor.


Como la historia que hace doce años, en este mismo lugar, recordamos haber presenciado, donde el entusiasmo de pocos se convirtió en el deseo de muchos.

El arquitecto cubano Daniel Taboada proponía como una de las conclusiones de las V Jornadas de Restauración Arquitectónica que se propusiera a las autoridades locales y nacionales la inscripción de Valparaíso en la Lista de Patrimonio Mundial.

Doña Myriam Waisberg con el rigor y aplomo que la caracterizaban se llegó a ruborizar con el entusiasmo desplegado por los colegas extranjeros, entre los cuales se hacían sentir las convencidas voces de entrañables personajes como Alberto Nicolini y Marina Waisman, entre otros.

Don Pablo Mondragón por su lado, a la sazón en su calidad de Decano y Presidente de ese –a la postre- histórico evento académico, secundaba la moción, con no menos perturbación, resonando las palabras patrimonio de la humanidad.

Eran otros tiempos, lejos del actual en donde la retórica patrimonial ya integra el sentido común de lo “políticamente correcto”. Eran tiempos en que quienes habíamos desarrollado nuestro trabajo en los anónimos cuarteles académicos, sabíamos que llegaba el momento ético de conjugar el tiempo patrimonial: futuro.

Era un momento en que sólo algunos sospechábamos lo mucho que había que invertir para que el imaginario especulativo de la convención mundial se convirtiera en una concreta rentabilidad simbólica de la convicción local.

Y sin duda el trabajo de Cecilia y Mario ha operado en tal sentido, por lo que hoy día no sólo es un aporte más que incrementa la -aún lamentable escasa masa crítica-, sino que se deberá entender como un acto de fe en la tarea de ser solidarios con las generaciones futuras.

Al menos es eso lo que nosotros queremos entender.




José de Nordenflycht, Presidente ICOMOS Chile
Texto leído con ocasión de la presentación de la publicación “Identidad Arquitectónica del Área Histórica de Valparaíso” de los arquitectos Cecilia Jiménez y Mario Ferrada, Sala El Farol, Universidad de Valparaíso, Valparaíso 7 de mayo de 2007.

SEMINARIO RAMÓN GUTIÉRREZ


mayo 01, 2007

Identidad Arquitectónica de Valparaíso

El pròximo lunes 7 de mayo a las 19:00 hrs en la Sala El Farol de la Universidad de Valparaíso (Blanco 1113) será el lanzamiento de la Exposición y Publicación “Identidad Arquitectónica del Área Histórica de Valparaíso”.
Esta actividad es el resultado de un proyecto de investigación realizado por los miembros de ICOMOS Chile Cecilia Jiménez y Mario Ferrada, financiado por la Dirección de Investigación y Posgrado de la Universidad de Valparaíso.
Sintetiza las tipologías de edificios relevantes de este sector de la ciudad, que han sido el resultado de las condicionantes histórico-geotopográficas de Valparaíso, entre mediados del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX. Entre los casos estudiados cabe consignar: Palacio Subercaseaux (recientemente siniestrado); Mercado Puerto; Turri; Librería Ivens; Hotel Colón; entre otros, todos los cuales cuentan con una acuciosa planimetría e investigación sobre su origen y desarrollo, determinando variables históricas, urbanas y arquitectónicas.
Todo esto hace que el producto de la investigación, pueda tener una utilidad directa en las actuales faenas de gestión para la recuperación del sector Puerto de la Ciudad; aparte del valor documental innegable para esta arquitectura.
La presentación de esta publicación la hará José de Nordenflycht, Presidente de ICOMOS Chile.

abril 11, 2007

ESCUDO AZUL – THE BLUE SHIELD


El Comité Chileno Escudo Azul, es un organismo que está reconocido por el Comité Internacional del Escudo Azul (ICBS, International Committee Blue Shield), creado en 1996, por el Consejo Internacional de Archivos (ICA), la Federación Internacional de Bibliotecas (IFLA), el Consejo Internacional de Monumentos (ICOMOS) y el Consejo Internacional de Museos (ICOM).

Este comité chileno busca facilitar las respuestas internacionales a las amenazas o emergencias que pongan en peligro la propia cultura, además de fomentar la protección y el respeto hacia la propiedad cultural, funcionando también en calidad de organismo consultivo para proteger la herencia en peligro. El Escudo Azul podría definirse como el equivalente a la Cruz Roja, dedicado a proteger la herencia cultural de los pueblos, contenidas en Bibliotecas, museos, archivos de diferentes países, con la finalidad de hacer frente a potenciales riesgos como los desastres naturales o los conflictos armados.

El Comité Escudo Azul, red para la protección del patrimonio cultural, busca crear redes de cooperación e integración entre organizaciones a nivel nacional para proteger el patrimonio cultural de nuestro país en casos de emergencia. En este contexto, se han establecido redes, representadas por la Oficina Nacional de Emergencias (ONEMI), el Centro Nacional de Conservación y Restauración (CNCR), además de funcionaros de la Junta Nacional del Cuerpo de Bomberos, Fuerzas Armadas, Representante del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) y del Consejo Internacional de Museos (ICOM). Se busca además, difundir la misión y las actividades del comité chileno y conocer experiencias en relación a planes de emergencia y rescate.

El Escudo Azul de Chile está constituido por: Ximena Cruzat, Subdirectora de la Biblioteca Nacional y Presidenta del Comité; Ana María Maza, representante del Gabinete de la Dibam, Coordinadora de Relaciones Internacionales y Secretaria de Escudo Azul; María Antonieta Palma, Jefa de departamento de conservación y restauración de la Biblioteca Nacional y presidenta del Comité Paritario de la Biblioteca Nacional; Bernarda Cerda, de la Brigada de colecciones de la BN; Paloma Mujica, conservadora y jefa del laboratorio de papel del CNCR; Beatriz Espinosa, Presidenta de ICOM Chile; Gina Fuentes, Jefa de la unidad de conservación y restauración del Archivo de la Administración Siglo XX, Lina Nagel, del Centro de Documentación Bienes Patrimoniales de la Dibam y Karen Fried Agosin, Representante de ICOMOS, Arquitecto de la Oficina de Gestión Patrimonial, Área Tuición Sitio del Patrimonio Mundial, de la I. Municipalidad de Valparaíso.

abril 04, 2007

III CONGRESO CHILENO DE CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN




La Asociación Gremial de Conservadores - Restauradores de Chile, en conjunto con el Museo Histórico y
Militar de Chile, el Centro Nacional de Conservación y Restauración, la Universidad Internacional SEK e ICOMOS Chile
tienen el agrado de invitar a usted a participar en el III Congreso Chileno de Conservación y
Restauración a realizarse en la ciudad de Santiago, entre el 24 y 26 de octubre del año 2007, en las
dependencias del Museo Histórico y Militar.
La Asociación Gremial de Conservadores - Restauradores de Chile, en conjunto con el Museo Histórico y
Militar de Chile, el Centro Nacional de Conservación y Restauración y la Universidad Internacional SEK,
tienen el agrado de invitar a usted a participar en el III Congreso Chileno de Conservación y
Restauración a realizarse en la ciudad de Santiago, entre el 24 y 26 de octubre del año 2007, en las
dependencias del Museo Histórico y Militar.
Este III Congreso constituye el esfuerzo conjunto de la comunidad de conservadores y restauradores de
Chile que, desde el año 2001, ha venido organizando de manera sistemática esta reunión de carácter trienal
con el propósito de revisar, debatir y reflexionar acerca de los avances teóricos y metodológicos de la
disciplina, así como de las prácticas profesionales realizadas sobre el patrimonio cultural.
Este III Congreso constituye el esfuerzo conjunto de la comunidad de conservadores y restauradores de
Chile que, desde el año 2001, ha venido organizando de manera sistemática esta reunión de carácter trienal
con el propósito de revisar, debatir y reflexionar acerca de los avances teóricos y metodológicos de la
disciplina, así como de las prácticas profesionales realizadas sobre el patrimonio cultural.
No obstante, este encuentro marca un hito importante en su desarrollo ya que constituye el primer congreso
que asume oficialmente la recién creada Asociación Gremial de Conservadores - Restauradores de Chile
(AGCR), cuya asamblea constituyente se celebró el 15 de noviembre de 2005. Los estatutos señalan como
mandato la “organización de un congreso a nivel nacional en forma periódica”, orientado a la promoción y
desarrollo de la disciplina.
No obstante, este encuentro marca un hito importante en su desarrollo ya que constituye el primer congreso
que asume oficialmente la recién creada Asociación Gremial de Conservadores - Restauradores de Chile
(AGCR), cuya asamblea constituyente se celebró el 15 de noviembre de 2005. Los estatutos señalan como
mandato la “organización de un congreso a nivel nacional en forma periódica”, orientado a la promoción y
desarrollo de la disciplina.
El III Congreso Chileno de Conservación y Restauración se ha denominado Patrimonio, Conservación y
Ciudadanía. Bajo este enunciado, se desea incitar a la reflexión sobre una serie de temáticas que han
estado en el último tiempo en la agenda ciudadana y que dicen relación con el creciente interés que el
patrimonio cultural ha alcanzado para diversos grupos sociales, tanto como fuente sustentable para el
desarrollo como plataforma simbólica para el reforzamiento de identidades, en un escenario social y cultural
marcado por la globalización. Desde la disciplina de la conservación restauración, interesa perfilar
propuestas y respuestas a interrogantes como ¿Cuál es el rol de conservadores y restauradores frente a
esta inquietud ciudadana? ¿Cómo se integran o asumen las demandas sociales en el marco de nuestro
ejercicio profesional? ¿Qué respuestas damos frente a intereses divergentes acerca de lo que se hace o no
con el patrimonio cultural?
El III Congreso Chileno de Conservación y Restauración se ha denominado Patrimonio, Conservación y
Ciudadanía. Bajo este enunciado, se desea incitar a la reflexión sobre una serie de temáticas que han
estado en el último tiempo en la agenda ciudadana y que dicen relación con el creciente interés que el
patrimonio cultural ha alcanzado para diversos grupos sociales, tanto como fuente sustentable para el
desarrollo como plataforma simbólica para el reforzamiento de identidades, en un escenario social y cultural
marcado por la globalización. Desde la disciplina de la conservación restauración, interesa perfilar
propuestas y respuestas a interrogantes como ¿Cuál es el rol de conservadores y restauradores frente a
esta inquietud ciudadana? ¿Cómo se integran o asumen las demandas sociales en el marco de nuestro
ejercicio profesional? ¿Qué respuestas damos frente a intereses divergentes acerca de lo que se hace o no
con el patrimonio cultural?
Esta línea de reflexión será la columna vertebral del Congreso y estará matizada por las propuestas teóricas,
metodológicas y prácticas que cada uno de ustedes proponga, expresadas en investigaciones e
intervenciones inéditas
Esta línea de reflexión será la columna vertebral del Congreso y estará matizada por las propuestas teóricas,
metodológicas y prácticas que cada uno de ustedes proponga, expresadas en investigaciones e
intervenciones inéditas.

Modalidades de Participación


El Congreso se estructura en función de las siguientes secciones: Simposios Temáticos, Posters,
Conferencias Magistrales y Stand de Bienes y Servicios.
Se invita a los interesados a presentar al Comité Organizador sus contribuciones en las modalidades de
Simposios Temáticos y Posters. Se espera que tales propuestas den cuenta de problemas novedosos y
relevantes, con marcos teóricos y metodológicos sólidos y una praxis profesional ajustada a la ética
disciplinaria. Todas las secciones consideradas en este Congreso cuentan con los mismos derechos de
participación, que incluyen la posibilidad de publicar sus trabajos y propuestas en las Actas.


Simposios Temáticos

Se orientan a la reflexión, discusión y análisis de una temática particular, a través de la presentación de
ponencias. Los Simposios podrán tener la duración de un día, con un máximo de 12 ponencias, o bien, de
medio día con un máximo de 6 ponencias. Cada Simposio contará con la participación de dos
coordinadores y un comentarista, quiénes tendrán la responsabilidad de su organización, velando por la
calidad de las presentaciones y su posterior publicación, así como de aplicar los criterios y normativas
generales que surjan de la Comisión Organizadora del Congreso.
Las sugerencias de Simposio deberán consignar la siguiente información: (a) Título del Simposio, (b)
Relevancia del tema para la disciplina (mínimo una página, máximo dos páginas), (c) Nombre y currículum
de los coordinadores (máximo una página), (d) Nombre y currículum del comentarista (máximo una página),
(e) Nombre de posibles participantes y (f) Al menos tres ponencias comprometidas, incluyendo título, autores
y resumen (mínimo una página, máximo dos páginas).
Las propuestas de Simposios Temáticos se deben enviar a la Coordinación Académica del Congreso
(mailto:crodriguez@cncr.cl, antes del 10 de marzo de 2007, quien informará de los Simposios aceptados el día
30 de marzo de 2007.


Posters

Están destinados a la presentación de temas teóricos, metodológicos o prácticos, a través de paneles con
imágenes y textos apropiados a esta modalidad. Las características técnicas de cada panel se informará
próximamente, no obstante, los autores deben tener presente que el costo de diseño, diagramación y
producción será responsabilidad de cada exponente.
Las propuestas de Posters se recibirán hasta el 15 de abril de 2007 y deberán contener la siguiente
información: (a) Título preliminar del Póster, (b) Nombre y currículum de los exponentes (máximo una
página) y (c) Resumen de las ideas principales que se desarrollarán (mínimo una página, máxima dos
páginas). Éstas se deben enviar a la Coordinación Académica del Congreso – Sección Posters, a cargo de
Luis Solar mailto:lsolar@museoprecolombino.cl Los posters aceptados se informarán el 30 de abril de 2007.


Comisión Institucional

Ángela Benavente C., Presidenta de la Asociación Gremial de Conservadores – Restauradores de Chile
Orlando Carter C., Director Museo Histórico y Militar de Chile
Magdalena Krebs K., Directora Centro Nacional de Conservación y Restauración
Pedro Pujante I., Decano Facultad Estudios del Patrimonio Cultural – Universidad Internacional SEK
José de Nordenflycht C., Presidente de ICOMOS Chile

Comisión Organizadora

Coordinación General

Roxana Seguel Q., Conservadora Jefa Laboratorio de Arqueología – CNCR
Ángela Benavente C., Presidenta AGCR
Teresa Paúl F., Secretaria AGCR
Coordinación Académica
Cecilia Rodríguez M., Conservadora restauradora Laboratorio de Papel – CNCR
Coordinación Financiera
Gloria Román M., Tesorera AGCR

Coordinación Ejecutiva

Guillermo Castillo M., Jefe de Conservación MHM
Coordinación de Difusión y Relaciones Públicas
Verónica Vargas P., Conservadora restauradora textil, MHM

febrero 15, 2007

Tragedia de Valparaíso

Señor Director:

En estos días, como consecuencia de la tragedia que hirió en lo más profundo el corazón mismo del Valparaíso patrimonial, han arreciado las opiniones críticas que se refieren a la realidad extremadamente aflictiva que vive nuestro patrimonio arquitectónico y urbano, situación que parece ser reconocida solamente en ocasiones tan lamentables como la que nos convoca.
Al respecto, cabe recordar que hay un solo aspecto que ninguna tragedia ni fenómeno natural han logrado doblegar jamás: la inconmovible voluntad de una gran mayoría de las autoridades del ámbito político y económico de nuestro país, quienes históricamente se han constituido como un verdadero e insalvable escollo para el reconocimiento y debido resguardo de nuestros valores patrimoniales.

JORGE ATRIA LANNEFRANQUE
Vicepresidente de Icomos Chile

Cartas al Director
Diario El Mercurio de Santiago,
Santiago de Chile,
Miércoles 14 de febrero de 2007

febrero 12, 2007

DESASTRE PATRIMONIAL.Calle Serrano: La Zona Cero de Valparaíso


"La calle Serrano es señalada por la crónica histórica como una arteria adelantada por distintos motivos. Fue la primera calle del Plan de la ciudad de Valparaíso, la primera pavimentada y la primera en que se instaló luz de mercurio. Incluso, en ella debutó el sistema del alumbrado público a gas, paradójicamente el mismo combustible que la convertiría en protagonista de una trágica efeméride 150 años más tarde.El sábado 3 de febrero, la explosión que destruyó cuatro edificios en la centenaria calle Serrano de Valparaíso significó, una vez más, la merma del capital patrimonial de la ciudad-puerto. El accidente, aparte de conmocionar por la pérdida de vidas humanas, sirvió para que la opinión pública se diera cuenta de la frágil situación de nuestro patrimonio. Una realidad que, en todo caso, se puede encontrar en varios otros ejemplos a lo largo del país que, tal vez por ser menos dramáticos y por ello más silenciosos mediáticamente, han pasado inadvertidos.Una de las inquietudes que surgieron, a raíz de esta tragedia, era saber qué es lo que se estaba haciendo para mantener todos aquellos sitios y bienes de Valparaíso que se hicieron merecedores en 2003 del título de Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco. Y saber si cabía la posibilidad de que, después de pérdidas como las de la calle Serrano, pudiera perderse dicha categoría.Sobre esta última inquietud las autoridades ligadas al tema patrimonial dicen que no hay posibilidad de perder dicho título una vez que ha sido entregado. Lo que sí puede pasar es que, a causa de negligencias y de mala mantención, Valparaíso se gane un nuevo título: el de patrimonio en peligro.Al rescate de SerranoEn relación al caso de la calle Serrano, lo cierto es que ya estaban en marcha iniciativas destinadas a la recuperación patrimonial. Una de ellas estaba a cargo del Servicio de Cooperación Técnica, Sercotec, una filial de la Corfo que trabaja en el mejoramiento de las pequeñas y micro empresas. En tal sentido, el trabajo de Sercotec, que ha recibido financiamiento de la Unión Europea, tenía en la mira el carácter comercial de la calle Serrano. De este modo, a fines de 2005 y buena parte de 2006, Sercotec se dedicó a elaborar dos estudios destinados a revitalizar el barrio y a buscar modos de intervención amables con su carácter histórico y de estrecha colaboración con sus comerciantes. Los estudios significaron el levantamiento y catastro de varios inmuebles, 12 en total, entre los que se encontraban el Hotel Garden y el siniestrado edificio Subercaseaux. Datos que ahora han servido enormemente para el trabajo que se ha hecho en la zona actualmente frente a la crisis.El proyecto también buscaba generar una norma de aplicación para letreros, fachadas y vitrinas, utilizando ejemplos internacionales de otras ciudades con perfil patrimonial. Y proponer un sistema de cableado subterráneo junto con el mejoramiento de sus veredas y calzadas.Luego del desastre del sábado 3 (que dejó un saldo de 31 inmuebles con daños graves, más 5 con colapso estructural), el sector de Serrano entre Plaza Echaurren y Plaza Sotomayor pasó a denominarse "zona prioritaria" y, bajo la petición del gobierno, se comenzó a diseñar un programa especial destinado a apoyar a los comerciantes del lugar con la ayuda conjunta del SII y de la Tesorería General de la República. El plan ya está listo y se comenzará a aplicar a partir de mañana con una serie de medidas destinadas a aliviar, en términos de trámites, a los comerciantes en casos como, por ejemplo, la pérdida de sus documentos y libros contables.Otra de las iniciativas de recuperación de la zona estaba en manos de Valpo Mío, entidad dependiente de la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere) y que es algo así como el proyecto heredero del Plan Valparaíso que había en 2002. Dicha entidad, también conocida como Programa de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso, se adjudicó en enero de 2006 un crédito de 25 millones de dólares del BID, más un aporte de 48 millones de dólares del fisco, con el fin de poner en práctica un plan global de reactivación cultural, social y económica para Valparaíso en un proceso de 5 años. Una de las aristas del programa tiene que ver con el rescate patrimonial y justamente, en relación a dicho tema, ya habían comenzado a actuar en el Barrio Puerto y, específicamente, en la calle Serrano, con un catastro de las instalaciones eléctricas. Esto, debido a que las antiguas instalaciones eléctricas son consideradas como potenciales causantes de incendios y, por ende, como posibles agentes de destrucción de los lugares históricos. El estudio que realizó Valpo Mío contempló una muestra de 83 inmuebles, de los cuales 40 pertenecían a la calle Serrano. Y en sectores como el de esta calle, en la que se mezcla el uso residencial con el comercio, los porcentajes de riesgo alcanzaron un 84 por ciento, lo que exigía un cambio prácticamente total de las instalaciones.De hecho, del siniestrado Palacio Subercaseaux el estudio había arrojado como resultado, basándose en la revisión de las catorce unidades existentes en el edificio (entre comerciales y residenciales), que las instalaciones del inmueble realizadas por los usuarios no contaban con una adecuada conexión a tierra, no tenían protección diferencial, la canalización del cableado era altamente deficiente, no cumplía con la norma y existía un sobre consumo respecto a la capacidad instalada.Lo que naturalmente seguía a este estudio era la renovación y reparación de las instalaciones eléctricas, una labor para la cual se estaba en conversaciones con Chilquinta.Ahora, luego del impensado accidente con gas, Valpo Mío ha tenido que reorientar su programa. La petición del alcalde Cornejo fue que designaran un área especial de intervención, la que quedó marcada entre Plaza Aduana y Plaza Sotomayor, un perímetro que obviamente abarca la calle Serrano. Además, está la propuesta del alcalde de comprar los terrenos de los edificios siniestrados, con el fin de evitar el clásico problema que afecta a los privados que se ven sumidos en la desidia al no recibir mayores incentivos para reconstruir y al verse amarrados, al mismo tiempo, por las restricciones constructivas que impone un lugar patrimonial. Un ejemplo de esta desidia es lo que palpablemente se ha visto con el edificio Luis Cousiño, apodado con la decidora chapa de La Ratonera, que ha sufrido el abandono y desmantelamiento total y que ha obligado al municipio a su adquisición, previa aprobación de la Contraloría.En el caso de la adquisición de los terrenos de Serrano se espera la pronta aprobación en una reunión de directorio, en donde tomará parte el propio alcalde junto a los representantes de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y de la Dirección de Presupuesto del Ministerio de Hacienda.Paulina Kaplán, de la oficina de gestión patrimonial de la Municipalidad de Valparaíso, ha dado a conocer que ahora está en marcha una licitación para producir un Plan Director (cuyos resultados estarían en marzo) que será el encargado de dar los lineamientos a seguir para proteger, restaurar y conservar a Valparaíso en su calidad de ciudad patrimonial. Sin embargo, llama la atención que este plan recién se vaya a confeccionar ahora y que no haya existido al momento de la postulación de la ciudad-puerto a la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.José de Nordenflycht, actual presidente de Icomos Chile (ONG dedicada a la conservación patrimonial y que ha actuado como de veedor en algunas postulaciones ante la Unesco), señala que idealmente tendría que haber existido un Plan Director o Maestro antes de la declaratoria de Patrimonio de la Humanidad: "Si el gobierno de Chile logra inscribir el sitio y la Unesco acepta inscribirlo en las condiciones en que estaba, es una responsabilidad compartida. Ahora bien, la Unesco muchas veces ha dado el visto bueno a inscripciones en las que no estaba el apoyo claramente establecido. Y si vamos más atrás es mucho más claro."Entonces cabe la pregunta de qué era lo que había. En concreto, con lo que se contaba era con compromisos y promesas en relación a lo que se necesitaba hacer en Valparaíso y, en el dossier de postulación a la Unesco (en el que aparece destacada la calle Serrano entre los sitios a resguardar), se hablaba de supuestas medidas que ya se habían emprendido, como subsidios para el mejoramiento de fachadas y la preparación de un manual de intervenciones en áreas públicas.Consultada sobre el tema, Kaplan dice que en 2003 lo más parecido a directrices de acción patrimonial, preexistentes a la postulación, eran los instructivos de zona típica, los criterios de intervención urbana (del Seremi-Minvu) y la zona de conservación histórica del plano regulador. Directrices que dificultan cualquier acción debido a que cada una posee diferentes terminologías para abordar lo mismo. Se espera que el Plan Director unifique y homologue todas esas normativas.Sin orientaciónLo que se concluye, entonces, es que nunca existió algo como un Plan Director y la prueba más fehaciente de ello es la licitación que se ha realizado ahora último para confeccionarlo. Por ello, el anunciado aporte de la propia Unesco, que echará mano a un fondo de emergencia para donar 150 mil dólares destinados a la identificación de los riesgos patrimoniales de Valparaíso, puede ser visto como un pequeño gesto para limpiar culpas de aquella festejada declaratoria de Patrimonio de la Humanidad de 2003 que, en realidad, no contaba con las condiciones reales para administrarla.Cuatro años después ya no hay fuegos de artificio, como los que celebraron la declaratoria, sino ruinas y un país que recién comienza a darse cuenta de la responsabilidad que pesa sobre sus hombros.La PlanchadaFue a propósito de la Guerra del Pacífico que la calle Planchada cambió su nombre a Serrano, en homenaje al teniente Ignacio Serrano, quien comandó al segundo grupo de marinos chilenos que abordó el Huáscar, detrás de Prat.Construida en 1692, se convirtió en la primera calle en el Plan, cuando el puerto se dibujaba más bien como una aldea repartida entre los cerros. Era la plataforma baja que tuvo el Castillo San José (actual Museo Lord Cochrane). Desde ella, la ciudad fue creciendo hacia el oriente, viendo cómo se instalaban en ella bodegas de distintas firmas comerciales. Recién a principios del siglo XIX, comienza a tomar un cariz residencial con la construcción de grandes mansiones, que convivían con su perfil ligado al comercio. Joshua Wadington, uno de los hombres más acaudalados de su época (y responsable de estudiar el tema del alumbrado público a gas) levantó en la misma calle una suntuosa residencia. El Senador de la República, don Guillermo Rivera, también la eligió para construir su opulenta residencia, un palacio que todavía subsiste.En 1811, se habían instalado en ella más de treinta casas comerciales como tiendas, hoteles, agencias, locales de comida y otras. En su historia comercial han existido importantes negocios como la Ferretería Karlezi, el Gremio Marino, la librería Universo, el emporio Ansaldo y la tienda Monza, donde era cliente don Jorge Alessandri Rodríguez y el poeta Pablo Neruda. De la década de 1950 siguen funcionando la Casa Ibarra, la Casa Fernández, la vidriería Andina, confecciones Fénix de Cosma y Cía. y la panadería Serrano (junto al ascensor del Cerro Cordillera), que resultó levemente dañada con la explosión del pasado sábado 3."

por Javier Rojahelis
El Mercurio de Santiago
Domingo 11 de febrero de 2007

febrero 09, 2007

Especialistas en Patrimonio Polar Debaten sobre Proyectos de Conservación

"No cabe duda que el territorio antártico cobra cada vez más importancia. No sólo por la problemática del calentamiento global o por ser la mayor reserva mundial de agua dulce, sino porque poco a poco se transforma en un destino turístico de lujo.
Es por ello que miembros del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) de Australia, Argentina y Chile se dan cita(miércoles 07 y jueves 08 de febrero) en la Católica de Valparaíso para debatir en torno a la preservación del patrimonio histórico de la Antártica, en el primer encuentro regional de representantes del International Polar Heritage Comittee (IPHC) del Hemisferio Sur.
Para José de Nordenflycht, presidente del Comité Chileno de ICOMOS y docente de la PUCV, la reunión tiene dos grandes objetivos. Por un lado busca analizar las amenazas y riesgos que enfrentan los bienes culturales del “continente blanco”, y por otro, crear y fortalecer una red de especialistas en el área. Además, se espera elaborar una agenda de proyectos de investigación, gestión y conservación del patrimonio polar en las zonas antárticas.
El IPHC o Comité internacional para el patrimonio histórico polar es una fuente de información sobre las cuestiones relacionadas con el patrimonio humano de las regiones árticas y antárticas. El programa se ofrece a todas las personas que se interesan en la preservación y la protección de la historia de la exploración, la investigación y la explotación en las regiones polares.
Cabe destacar que el período 2007-2008 ha sido declarado como el Año Polar Internacional 2007-2008 (International Polar Year, IPY), como iniciativa de investigación coordinada a escala internacional. Su celebración coincide con el 125 aniversario del Primer Año Polar Internacional (1887-1888), el 75 aniversario del Segundo Año Polar Internacional (1932-1933) y el 50 Aniversario del Año Geofísico Internacional (1957-1958), que condujo al establecimiento del Tratado Antártico."

fuente: www.pucv.cl

febrero 05, 2007

DOLO(R) PATRIMONIAL

En el ámbito patrimonial cultural -así como en el natural- el impacto cero no existe.

Por lo que las amenazas y riesgos son consubstanciales a su estado permanente de obsolescencia.

Así lo único que podemos hacer, incluso los conservacionistas más ortodoxos, es administrar el deterioro.

Esto está claro desde hace más de cuarenta años en el debate internacional sobre las condiciones de puesta en valor del patrimonio, que ha sancionado la fórmula de conservar antes que restaurar.

Fórmula que no es otra que la invocación del viejo adagio “prevenir antes que curar”

Bajo esa lógica resulta absolutamente necesario la existencia de un diagnóstico sobre cada uno de los inmuebles que están potencialmente bajo riesgos de pérdida total que amenazan el sitio inscrito por el Estado de Chile en la lista de patrimonio mundial de la UNESCO denominado "Barrios Históricos de la Ciudad Puerto de Valparaíso".

Es el Estado de Chile quien libremente quiso en su día asumir el deber de administrar este bien cultural, legitimándolo en la valoración de la comunidad internacional.

El problema es que si se pensó que el patrimonio iba a pasar de externalidad negativa a positiva, considerado como un problema más a revertirse en solución -producto de la lógica de la economía urbana neoliberal-, se estaba hipotecando el fin por un medio con unas consecuencias que las tenemos dramáticamente a la vista.

Las explicaciones y el deslinde de culpabilidades sobre el reciente incendio que asolo tres inmuebles de nuestra ciudad corresponderán a la justicia, mediante las anunciadas querellas de la administración local sobre la empresa de servicio que se presume como culpable.

Por cierto que la mitigación del dolor sobre las víctimas supera hoy nuestra metafísica colectiva como vecinos y ciudadanos de Valparaíso.

Sin embargo habrá que estar atentos al proceso de mitigación de este dolo, a partir de las intervenciones que se proyecten para la puesta en valor de unas piezas urbanas claves en el reconocimiento de las características universales excepcionales de Valparaíso.

Toda tragedia es inevitable, eso lo sabían muy bien los antiguos griegos.

Por lo mismo resulta muy complicado, y una falta de consideración con el dolor del otro, insistir en lo que se hizo o se dejó de hacer para evitar una tragedia.

Sin embargo, y eso también lo sabían los mismos griegos, toda tragedia debe ser relatada impenitentemente, una y otra vez, como para que el destino infausto de los otros se incorpore en la construcción del futuro de nosotros.

Por lo que debemos concentrarnos en lo que deberíamos considerar para ese futuro, el que -aunque le sorprenda a varios- es la correcta conjugación del tiempo patrimonial.


José de Nordenflycht
Presidente ICOMOS Chile

PATRIMONIO POLAR


Entre los días 7 y 8 de febrero se relizará en la sede del Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso la "Primera Reunión Regional de Representantes del IPHC ICOMOS del Hemisferio Sur: Argentina, Australia y Chile".
En el encuentro, organizado por el Comité Chileno del International Council on Monuments and Sites (ICOMOS), se revisará experiencias tales como la articulación entre la investigación, la conservación y el turismo de zonas artárticas argentinas. Además, los expertos asistentes provenientes de Chile, Australia y Argentina, presentarán y discutirán la agenda de proyectos de investigación, gestión y conservación del patrimonio polar.
El International Polar Heritage Committee (IPHC) o Comité internacional para el patrimonio histórico polar es una fuente de información sobre las cuestiones relacionadas con el patrimonio humano de las regiones árticas y antárticas. El programa se ofrece a todas las personas que se interesan en la preservación y la protección de la historia de la exploración, la investigación y la explotación en las regiones polares.
Cabe destacar que el período 2007-2008 ha sido declarado como el Año Polar Internacional 2007-2008 (International Polar Year, IPY), como iniciativa de investigación coordinada a escala internacional. Su celebración coincide con el 125 aniversario del Primer Año Polar Internacional (1887-1888), el 75 aniversario del Segundo Año Polar Internacional (1932-1933) y el 50 Aniversario del Año Geofísico Internacional (1957-1958), que condujo al establecimiento del Tratado Antártico.